La zona oscura

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"Frente a mi hay un plato con huevos y papas revueltos, ver el plato me produce una sensación de ansiedad, y frustración, empiezo a sentir que no puedo respirar y me estoy mareando, la mujer que apareció en la pesadilla anterior está de vuelta creo que es mi mamá, y está sentada junto a mí con un plato igual que el mío, en el sueño soy una niña de 4 años, llevo un vestido blanco de mangas cortas, con un lazo rosa a la altura de la cintura, la falda del vestido es amplia y tiene un estampado de flores rosas, la mujer a mi lado lleva puesto un pantalón de vestir negro, una camisa blanca y tacones.

Por una ventana entra la luz de las primeras horas del día, sería una escena agradable, de no ser por la sensación de pánico que recorre todo mi cuerpo, la mujer habla para decirme que me apure a desayunar, pero no consigo hacerlo, volteo a ver el plato de comida y me quedo mirándolo absorta en mis pensamientos, no entiendo porque me aterra un simple plato de comida, la mujer vuelve a hablar y me le quedo viendo

¿Por qué no comes?

— Me da miedo — lo digo con apenas un hilo de voz.

¿La comida?

Si.

Deja de decir tonterías y come, se me hace tarde.

¿A dónde vas?

A trabajar y tú con tu abuela.

¿Por qué?

Hija por favor come.

Pero me da miedo — la voz se me quiebra y empiezo a llorar me siento abrumada y no sé qué hacer, ni siquiera sé porque me da miedo la comida, lo medito por un momento, ahora lo sé, es por los payasos, mis ligas para el cabello tienen un figura de payaso en cada una de las puntas, son amarillos con blanco los zapatos son rojos y la sonrisa pintada en la cara también, los ojos son solo dos puntitos negros, le digo a mi mamá.

No quiero comer, la comida es como los payasos de mis ligas, las ligas tampoco me gustan.

Me la quedo mirando, su rostro ligeramente empieza a contorsionarse, en sus labios aparece una brutal sonrisa roja que muestra unos dientes demasiado grandes para el tamaño de su boca, los ojos más grandes de lo normal y hundidos, los párpados completamente negros, con la mirada enloquecida, el ceño fruncido, la cara completamente blanca, la nariz deformada como de puerco y roja, de la cabeza le brotan unos cuantos mechones de cabello amarillo, después dice:

¿Segura no quieres comer?

Mientras habla me doy cuenta de que solo tiene dientes en la parte de arriba, le faltan los dientes de abajo, me hace gracia verlo

No tienes dientes — y empiezo a reír"

Nuevamente el brillo excesivo de las lámparas me hace cerrar los ojos y sentirme algo aturdida, pero hoy desperté con un humor especialmente bueno, con ánimo y esperanzas renovadas ¿en qué? No lo sé, pero sé siente bien y espero no auto sabotearme, trato de ignorar el momento de debilidad que tuve ayer por lo que quiero creer fue la noche, casi enseguida la cara de Luca entra en mi campo visual, tiene el cabello un poco revuelto, su cara está particularmente cerca de la mía, me molesta que invada tanto mi espacio personal, está tan cerca que puedo respirar su aliento, levantó la mano y le doy un ligero empujón en el pecho para alejarlo de mí, su expresión no cambia pero cuando habla me extraña su pregunta:

— ¿Qué soñabas?

— ¿Por qué lo dices? — empiezo a incorporarme para sentarme con la espalda pegada a la pared, Luca arrastrándose por el colchón me sigue para colocarse en la misma posición que yo.

Génesis 2.0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora