Capítulo 6

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— ¿Y entonces qué vamos a hacer? —Sonia miró a su tía con gesto desesperado. Desde que se había enterado de la fuga de Dante Gotti no había querido salir de la habitación, ni tan siquiera para la cena.

— Esperar. Nos han pedido un plazo de dos días para hacer que él vuelva, sino volveremos a España y tu padre pedirá la cabeza del chico estoy segura.

Sonia no quería la cabeza del tal Dante en bandeja de plata como su padre pediría, pero se conformaba con darle una buena paliza. No quería casarse, pero eso no era razón para no sentirse rechazada de una forma humillante.

Su prometido había huido y estaba en paradero desconocido. Desde hacía dos semanas. Y ella estaba allí compuesta y sin novio. Cuando volviese a España de una forma tan vergonzosa sería el hazmerreír de todas las familias del negocio y todo por ese idiota.

Pero la culpa era suya. Tenía que haber hecho lo mismo, haber huido y que le hubiese importado todo un pito.

—Nena, no te preocupes. Conozco a Zeus... bueno casi todo de Zeus y él no lanza promesas así por qué sí... más o menos. En fin, dejando de lado nuestro matrimonio, cuando se trata de asuntos del negocio es cien por cien fiable. Si nos ha pedido un plazo de cuarenta y ocho horas es porque en menos de veinticuatro Dante Gotti estará aquí.

—Quizás yo debería dejarle plantado ahora. No me hace ninguna gracia tener que casarme con alguien desconocido, pero ahora que me ha dejado abandonada como si fuese una apestada. Soy una Cid, una heredera Cid no estoy tan mal, ¿no?

Azahara se echó a reír.

—Cielo, creo que no hay nada que le importe menos a Dante que el que seas una heredera. Y no, no estás tan mal, tienes mi trasero.

—No le veo la gracia. —Sonia salió de su habitación e intentó encontrar la forma de llegar al jardín. Necesitaba aire fresco y dar un paseo.

Estaba cerca del lago y sintió deseos de refrescar sus pies. Se descalzó y se sentó en el embarcadero sumergiendo sus piernas hasta las rodillas sintiendo como el agua fría hacía que se relajase al instante. El frío tenía ese efecto en ella.

—Tú debes ser Sonia. No hemos tenido tiempo de vernos, quizás no me recuerdes. Has cambiado mucho desde la última vez que nos vimos.

No, Sonia prácticamente no recordaba su rostro, pero sí su voz. Ella se levantó rápidamente haciendo que perdiese el equilibrio y que casi se cayera al lago.

—Señor Gotti. —Saludó inclinándose brevemente.

—Puedes llamarme Zeus, o incluso Rory. Al fin y al cabo soy... era tu tío. Supongo que Ella ya te ha informado de la situación. —Sonia asintió— Bien. Quiero decirte que no debes preocuparte. Dante está en un avión de vuelta a Italia.

—¡Qué bien! —intentó que su voz sonase alegre, pero no lo consiguió.

—Es un buen chico, muy inteligente y muy estudioso. Eso es bueno, pero te seré sincero va a ser complicado porque en cuanto a su relación con las personas le cuesta. Además, él ya estuvo casado y no acabó bien.

—Eso lo sé. Mi tía me lo ha contado. De todas formas, no importa. Los jefes lo habéis decidido todo, no hay más que hablar. Si me disculpa.

Zeus se apartó dejando pasar a Sonia, pero de forma impulsiva le lanzó la pregunta.

—¿Tengo alguna posibilidad? —Sonia se giró confundida— Con Azahara. ¿Hay alguna posibilidad de que ella vuelva conmigo?

La pregunta le pilló desprevenida, durante unos segundos se quedó sin palabras. No sabía qué decirle, sabía que su tía seguía sintiendo algo por Zeus, pero tampoco quería decírselo, sería una traición.

Saga Familia Gotti 7: Infierno (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora