Parte 18: Principio del fin

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---La vieron con nosotros en los palcos ---comenta Felipe que juega con la comida de su plato

---¡Ah si! ese ratón asustado que os perseguía ---comenta una de las gemelas

---Si, parecía tan fuera de lugar ---se ríen--- ¿Quien es? ¿Una prima lejana tal vez? ---comenta la otra gemela como si no estuviera allí

---No, la señorita aquí presente vive con nosotros como parte de la familia ---comenta Ivan--- Muy pronto se casara con uno de nosotros

---¡¿Cómo así?! ¡si no la hemos visto nunca! ---se queja la mujer

---Ni falta que hace ---zanja Oscar

El ambiente se vuelve mas pesado de lo que ya estaba, Oscar no deja de mirar mal a los presentes invitados y Rosendo esta a la que salta, cualquier comentario le sabe agrio y salta con la replica, Ivan parece ausente mas pendiente de lo que yo pueda estar haciendo o pensando de lo que se habla en la mesa y Felipe, bueno, se nota que es al que peor le caen y el que mas quiere que se marchen cuanto antes.

---¿Y el resto de sus hermanos? ---comenta Ella--- ¿No están en la hacienda?

---Oiga, que aguda... ---se mofa Rosendo

---Hernan se fue al pueblo hacer unas diligencias y supongo que se llevo a Miguel para que le diera el aire ---digo como si nada

---¿Los llama por su nombre? ¿Qué no es mas que una empleada o qué? ---se cabrea Ella

---¿No oyó que soy la señora de la casa y que me voy a casar con uno de los presentes?

---Miuau.... ---las gemelas dicen al unisono

Ella, que aun no se su nombre me mira con odio y si las miradas matasen estoy segura de que ya seria comida para peces de lo fino que me habría picado, Ivan carraspea y como si no fuera nada comienza otra conversacion con el señor Rosales, sobre la fiesta, y las gemelas alegres de que se vaya a dar también participan, en poco todos están hablando de lo mismo. Cansada de esta situacion me reclino en la silla y miro a Oscar que me estaba mirando ya de antes y me sonríe, una sonrisa fugaz y muy disimulada pero lo hace, luego mira a Rosendo al otro lado de la mesa y ambos se ríen, otra vez esa sensación de que tienen poderes mentales pero esta vez sé que se están riendo de las tonterías que sueltan por segundo esas dos caras iguales.

Sobre el segundo plato ya no aguanto mas, me cansan, hablan de mi como si no estuviera haciéndome de menos y todavía menos con cada uno de sus comentarios, solo el hombre parece no ponerme bajo las patas y no creo que sea porque le he caído bien precisamente. Es bastante asqueroso ver como ELLA le lanza miradas dulces y provocativas, sonrisas descaradas y hasta lo toquetea bajo la mesa a Ivan, es tan descarada y tan bruta que hasta Felipe ha dejado sobre la mesa el cubierto y solo bebe, no es el único, Rosendo y Oscar mastican la comida como si fueran vacas costandole tragar la bola de masa.

---¿Qué ocurre niña? no comes ¿te encuentras bien? ---pregunta Rosendo ignorando al resto

---No tengo hambre ---dejo el cubierto y pongo las palmas de las manos sobre la mesa y me levanto--- Me retiro, con permiso

Oscar solo me asiente y de forma disimulada bajo la mesa me tiende una servilleta, al cogerla algo hay en ella y si no me equivoco es uno de los bocadillos de pan casero que había en las bandejas del centro, junto a mi Felipe se levanta y se va de esa comida de locos, ambos nos encerramos en el despacho y solo salimos cuando Rosendo nos avisa de que se han ido y que Oscar no esta para nadie, obviamente de mal humor, así estamos todos creo yo.

Hacienda GavilánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora