31

315 31 1
                                    

KUROO TETSURO

Me encontraba hablando por teléfono por Aiko, ella me había preguntado si yo ya había llegado a la residencia a lo que dije que no, que me quedaría a dormir en casa de Kenma, que no tenia de que preocuparse, por supuesto, preferí saltear el hecho de que no éramos solo dos hombres, éramos tres hombres y una chica que dormía tranquilamente alrededor de todos estos.

Pocas veces he visto a Aiko ponerse celosa por otra chica, es tímida de cierta forma, pero no es que no tenga personalidad; alguna que otra vez he intentado ponerla en modo celosa por curiosidad, pero no lo logre.

-Vale cariño, cuídate, nos vemos luego. – Despidió mi novia del otro lado de la línea, suspire pesadamente y finalice la llamada.

Este chico, del cual por cierto no recuerdo su nombre, me estaba llevando al extremo, la forma en la que se le acercaba, tocaba, bromeaba con ella, reía junto a ella.

¿Aparte no es que se llevan varios años de diferencia?

Por dios, Hiroko, ¿Por qué tuviste que volver?

Lo tenía todo tan fácil sin ti aquí.

Pasé mis manos por la cara en clara señal de frustración y salí de la habitación en la que me había metido para obtener privacidad y hablar con Aiko.

Al cerrar la puerta tras mi y darme media vuelta me encontre con aquella desagradable cara, una ira sin sentido se apodero de mí.

-Al fin sales, estaba esperando hace minutos a que lo hicieras, necesito poner en orden un poco esa habitación, que esa es la mía. – Hablo él.

¿Cómo se llamaba?

¿Samuel? ¿Sabandija? ¿Isandijuela?

I...

¿Isamu?

Sí, ese era su asqueroso nombre.

-¿Tu habitación? – Cuestione frunciendo el ceño.

-Claro, es mía. – Respondió sonriente, aumentando mis ganas de borrarle esa estúpida sonrisa con un puñetazo.

No respondí nada más, con la intención de pasar por su lado y esquivar su molesta presencia se movió y me choco el hombro, reteniéndome.

-Y no solo hablo de la habitación. – Murmuro al chocarme.

Cuando me di vuelta para reprochar el muy hijo de puta ya me había cerrado la puerta en la cara.

¿Qué?

Si estábamos hablando de la habitación, ¿Qué más podría ser suyo?

Espera...

Él no acaba de hacer eso.

Oh, claro que no.

Si en verdad es lo que estoy pensado, si ellos realmente son pareja, ¿Por qué tratarla como a un objeto? Es una persona, no algo.

Ni tampoco es como si fuese de su propiedad.

Iba a partirle la cara.

Camine a zancadas por el pasillo, entre frustrado y cabreado.

Me encontre a Kenma en la cocina, vigilando algo que estaba cocinándose, me pare detrás de él y gire mi cabeza hacia el sofá, Hiroko seguía dormida, muy tranquila.

El apartamento era de ambiente abierto, lo que quiere decir que lo único que separaba la cocina de la sala era la isla de la cocina, que ni siquiera llegaba a separarlas del todo.

𝐹𝐴𝐾𝐸 𝐿𝑂𝑉𝐸𝑅, 𝐼 𝐿𝑂𝑉𝐸 𝑌𝑂𝑈. ( Tetsurō Kuroo & Lectora).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora