Una semana antes...
Se encontraban reunidos en el gran salón, su propósito era buscar la solución apropiada frente a lo que parecía una inminente catástrofe.
Pero, como saber si su papel de especie superior pudiese serles de ayuda para sobrevivir, tenían bien claro que las especies menores no lo lograrían si sucedía y pensar que de estas especies los últimos en la cadena de poder los creerían una invención de sus mentes cuando eran más reales que todo lo que podían ver.
- debemos encontrar al padre creador, por lo que sabemos se encuentra descansando desde hace millones de años – respiro, dando un toque dramático a sus palabras
– todos nosotros sabemos que para él todas sus especies creadas son importantes hacen parte del equilibrio. – acoto Laylah.
- somos los más fuertes – dijo Camael sonriendo con suficiencia.
- Nos designó guardianes de los secretos del universo y protectores de los demás – Nathanael sabía que sus palabras eran parte del juramento que los convertía en los lideres de su raza – y si no me equivoco eso incluye a los ángeles menos fuertes en nuestro Resguardo, el reino de las Hadas, los vampiros, los hombres lobos, los humanos y las especies menores.
-Ninguno de nosotros sabe dónde encontrarlo – expreso en voz alta Mendrion, quizá el mismo lo pensaba, pero no lo decía – ¿cómo encontrarlo Nathanael? Los más antiguos de nosotros desconocemos su lugar de descanso.
- Es una tarea que involucra a la Brújula, y según el último informe, uno de nosotros debe ir al Reino de las hadas – sabía que ese comentario lo haría merecedor de tal destino. – los incidentes se han vuelto cada vez más despiadados.
- Confiaremos en las hadas ¿con esto? – replico Laylah con una mueca en su precioso rostro – creo que empiezas a perder el juicio, tal vez deberíamos ignorar tu opinión.
- crees acaso que nuestros enemigos se lo pensaran dos veces – la cuestiono Yariel – apoyo a Nathanael tiene razón.
Todos eran conscientes de la necesidad de evitar que los Caídos no lograran su cometido porque de esta manera el caos, sería inminente.
Aunque sus existencias inmortales les parecían a algunos una mera fantasía, sonrió él era la prueba de cuan real eran los ángeles, según la categoría humana no era un ángel normal el seria reconocido como arcángel, testigo viviente de parte de la historia del universo.
-La decisión ha sido tomada entonces – afirmo Uriel – de todos nosotros, tu hermano Nathanael, realizaras este viaje, buscaras la Brújula en donde sea que este, y luego guiaras a los nuestros al lugar de descanso para que unidos podamos pedir ayuda a nuestro padre.
Ante la mención de su nombre por parte del más antiguo de ellos, Nathanael se estremeció.
– hermano creo que deberías enviar a otro de nosotros – dijo rápidamente. -nunca he tenido contacto con ninguna de estas criaturas, yo soy un guerrero puntualizo.
-Esta ha sido tu idea – sonrió Laylah definitivamente su declaración tenía toda la intención de ridiculizarlo ante sus hermanos – parece que no eres capaz de llevar a cabo una misión muy sencilla que tu mismo trajiste a nuestra mesa – la socarronería en su mirada le dijo que eso no era todo, esta declaración tenía muchísimo más por lo que no se sorprendió cuando añadió – puedo hacerlo yo misma no vaya a ser que tus bellísimas plumas se ensucien.
No podía confiar en ella, había algo en su instinto que le decía que de todos los presentes ella constituía un verdadero peligro.
-Lo haré - dijo sorprendiéndose a sí mismo – y ninguno de ustedes tendrá la libertad de cuestionarme, además Laylah se cómo mantener mis alas limpias, en su lugar, requiere disciplina y constancia llevo miles de años haciéndolo. – sabía que si no se retiraba de allí de su boca saldrían palabras que no podría recoger, en ocasiones el silencio era mucho más efectivo en estas situaciones por lo que salió rápidamente del salón.
Mientras se preparaba para hacer esta búsqueda se preguntaba a si mismo ¿en qué lugar del mundo estaría la brújula? ¿Cómo lograría saber que era realmente la brújula? Podría sucumbir el universo o la hallaría primero.
Era muy consciente de su entorno, por ese motivo no se sorprendió al sentir la presencia de Arihel entrando en su habitación – si me lo pidieras sabes que iría contigo, tal vez necesites ayuda – propuso ella.
-Acaso tienes desconfianza en mis habilidades o quizás dudas de mis lealtades – replico y sabía que no era ninguna pregunta por lo que no le dio tiempo de responderle – sabes que hace tiempo tus jueguecillos de poder ya no son capaces de trastornarme como lo hicieron en su momento – dijo secamente – si me disculpas – expreso mientras recogía su pequeña bolsa de equipaje.
- de acuerdo, puede que me halla equivocado eres perfectamente consiente que esto sucedió hace mucho tiempo Nathanael – trato de acercarse - ¿en qué lugar iniciaras la búsqueda? – él sabía que usaba su belleza para que todos respondieran a su favor, lástima que ya no lo deslumbrara como antes.
- todos sabemos que debemos consultar con los protectores del secreto – sin embargo, no mencionó que tales guardianes podrían no tener intenciones de revelar nada – ellos prestaran su ayuda o no.
Sabía que tal búsqueda podría tardar años y no tenía todo ese tiempo, seguro su presencia les daría una idea de la situación frente a la que se encontraban tal vez pudiera evitar el fin del mundo.
-Propiamente no eres tan dramático – señalo Arihel – seguro tendremos tiempo suficiente – y en un suspiro se fue finalmente.
Era un guerrero, había luchado por muchos motivos, escogido un bando cuando fue necesario y hacer lo correcto siempre, estar en el bando del bien no siempre lo recompensaba de las formas placenteras.
Una vida tan larga empezaba a sentirse vacía para Nathanael, talvez debía encontrar un nuevo sentido para su existencia.
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LA BRUJULA
FantasyDonde la fantasía se torna en realidad y lo imposible es meramente una suposición, nadie se encuentra seguro.