【 P R Ó L O G O 】

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Assinis, una simple adolescente de dieciséis años de edad

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Assinis, una simple adolescente de dieciséis años de edad.

Ella era feliz, ella era luz.

Siempre sonriente, siempre brillante hasta en los peores momentos, pero lo qué realmente la estaba ahogando era ser el centro de rehabilitación de los demás y no ser el suyo propio.

Sus emociones eran altibajos constantes, pero nunca se dio cuenta. Incluso cuándo estaba apunto de colapsar. Incluso cuándo llegó al precipicio de su alma.

Tan descarada de la vida se convirtió. Ocultó todo lo que sucedía, todo lo que se guardaba por temor a que le dijesen que es una exagerada o una dramática.

“Ningún adolescente de tu edad tiene problemas”.

Eso le decía su madre. Su madre, una mujer de cuarenta y seis años de edad, cristiana decía ser ella, inculcarle a sus hijas la voluntad de Dios y vivir bajo su temor.

La relación con su madre empeoró cuándo se dio cuenta que ya no estaría bajo su poder, que ya no podía controlar a su querida hija Assinis, la más pequeña de la casa.

Su hermana mayor, Demien, ella era su adoración, aunque no lo demostrara, la admiraba mucho, sus logros y su carácter, no quería ser cómo ella, por supuesto que no, pero de ella tomaba lo mejor. Aunque su madre dijera que no.

Assinis fui cayendo, lentamente que le dolía, lentamente que podía romperse en el proceso, tan lento qué ella misma se decía: solo soy exagerada, solo busco llamar la atención.

O eso su madre le hacía creer.

Ella solo intentaba ser feliz, sanamente. No cómo los adolescentes de su edad, que salían, tomaban alcohol, drogas, sexo.

Y a ella jamás se le antojó ninguna de esas ideas, no tenía amigos, jamás los tuvo realmente, sólo conversaba con personas que conocía a través del Internet.

Assinis sólo quería ser ella misma, poderse consentir, disfrutar a su manera.

Disfrutar a su manera.

Su madre pensaría que esa simple oración significaba vestir como un mundano, hacer lo que un mundano hace.

Le jodia todo eso de la iglesia, porque ella respetaba los ideales, las creencias, pero tal cómo su madre decía:"si usas una falda corta no tienes temor de Dios" "actúas de una manera en la iglesia y otra en la calle, eres una doble cara".

Muchas veces se dejó llevar por la presión social, por su familia, por su madre. Todo lo que hacía, era para quedar bien con su familia, pero ¿Acaso ella se sentía conforme consigo misma?.

La respuesta es no, ella quería hacerse feliz a sí misma, pero si lo hacía, su madre la vería con otros ojos, su familia igual, y aunque Assinis dijese:"no me importa que digan los demás de mí".

En el fondo lo hacia. Le importaba la opinión de su hermana, y más que de su madre, de su tía.

Su tía Abra, ella era cómo una Ángel para Assinis, la adoraba con el alma, era cómo su segunda madre, incluso, quería más a su tía que a su madre. No quería fallarle, las incontables veces que su madre le amenazó diciéndole:"si haces esto le diré a tu tía".

Ella moría del miedo al escuchar eso, defraudar a su tía sería lo peor para ella, ahora no lo entienden, lo importante que Abra se convirtió para Assinis, pero con el paso de esto, lo harán.

La adolescente tenía que ser perfecta, buenas notas, buena hija, buena hermana, buena sobrina, buena prima, apoyar en casa, trabajar, y lo único que tenía como escape era su móvil, bueno, ella no tenía celular, sino tomaba el de su madre.

Pues su madre jamás le dejó tener uno, ya sea por el dinero, o por haberse portado mal.

Jamás le dejó hacer nada que la hiciera feliz, parecía que intentaba joderla. Y su excusa de siempre:"uno no nace sabiendo ser padre".

Y bueno, era cierto, uno tampoco sabe cómo ser hijo, pero ahí van, tratando de hacer feliz a su progenitor, pero, ¿dónde quedan ellos?.

Unos reprimidos, unos infelices o unos tres metros bajo tierra.

El suicidio, se sentía dramática al tener esa idea en su cabeza, que podía solucionar su vida hablando con su madre, pero cuántas veces lo intentó y nada funcionó.

Han leído demasiadas veces la palabra madre, por aquí. Bueno, ella no conocía a su padre, no cómo tal, pues lo recordaba nítidamente. Según la historia contada, su padre jamás quiso conocer ni a su hermana ni a ella en su nacimiento; a los seis años de edad ella dice que observó cómo un hombre entró a la casa, no lo conocía pero parecía que su mamá sí.

A la mañana siguiente resultó que era su padre, dos días después, ya vivían juntos. Un año después se separaron. Diez años después, él vuelve, aunque está vez no lo vio, ni su hermana ni su madre. Su padre sólo hablaba con la que una vez fue su esposa, por chat.

Le parecía patético, estaba consciente que él no había regresado por ellas, sino sólo por su madre, para tener una mujer a su lado.

Pero a quién le interesaba eso.

Fingía estar bien.

Sus lágrimas mojaban la almohada cada noche.

Y su mente parecía darle una mala jugada.

Se sentía sola.

Se sentía mal.

Se sentía patética.

No tenía autoestima.

Y lo único que quería era serle fiel a sí misma, sin importar los demás, solo darse un descanso.

Pero al final, solo sería un descanso para siempre.

¿Por qué te dicen que la adolescencia es la mejor etapa?.

Ansiedad, problemas familiares, estrés, discusiones.

La vida no es difícil, uno la hace difícil.

Cierto, pero, creo que desde otra perspectiva es el etorno que lo provoca y nuestras reacciones. Assinis sólo quería liberarse de esa catarsis.

Ella debió vivir dulcemente, todos debieron, pero ella no resistió.






















Moon ☪

C A T A R S I SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora