Capítulo único

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Observaste con diversión cómo abría otro paquete de dulces y comía sin detenerse, saboreando rápidamente a cada segundo todos los aperitivos que le habías traído, y cuando terminaba, comenzaba a rebuscar más, hundiendo su gran mano dentro. Viendo como continuaba ese ciclo, no pudiste reprimir tus risas, que no se escuchaban tan altas, pero merecían la atención de Murasakibara.

―¿Hmn? ―al darse cuenta que su pareja rió sin ocultarlo, obtuvo su atención y lo miró expectante, cual niño al encontrar algo interesante―. Murochin, ¿de qué te ríes? ―arrastró las palabras e inclinó su cabeza al costado, acercando su rostro con el de Himuro.

―No es nada, Atsushi―unos segundos antes que el grandulón comience a refunfuñar, compró más aperitivos, o dulces, en cualquier caso―. Toma.

Murasakibara lo vio con desdén sin vergüenza ni disimulo, y sonriendo como un niño, abrazó a Himuro.

―Gracias, Murochin ―una vez más, como siempre, arrastró sus palabras y apoyó su barbilla en la cabeza del otro, simulando una almohada ―. Te amo. ―pronunció, y al segundo, le sacó  los dulces a un sorprendido Tatsuya.

Ante las repentinas palabras, no hizo otra cosa que asentir y antes que Murasakibara comience la rutina de comer y hablar, se colocó de puntillas y besó los labios del más alto. Por último, acariciando su cabeza con cariño y una sonrisa, dijo: ―Yo también amo a Atsushi.


Aperitivos「MuraHimu」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora