No estar no significa no existir

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-Como demonios se dieron cuenta que eras tu? El piercing debió camuflarte?- Arthur no salió del asombro

-El olor lo delató. Típico error de principiante. Agradezco que hayan comprado la mentira de que su transformación se debió a su atributo- Sonia estaba impasible devorando un sándwich con Betel en su regazo

-Jeje si, me apresuré tanto que olvidé cubrir eso. Pero lo tendré en cuenta para la próxima.- Rigel no creía que caería en errores simples

-A propósito, hablaste con tu abuelo? Voy a finiquitar tu asunto de una vez por todas. Mi mujer necesita paz mental-

-Si, te espera hoy. Se asustó cuando le dije que el dragón negro quería discutir sobre un negocio con el pero aceptó la reunión- Arthur los miraba con sospecha

Una sonrisa maliciosa se formó en el rostro de Sonia y Rigel. Solo buscaban sacarse de encima cualquier factor que complicara sus vidas. Terminaron su almuerzo y cada quien regreso a su trabajo.

Cerca de las 4pm, alguien tocó a la puerta. Eran Jodie Spencer, la madre de Arthur y su hija Yolandi. Sonia las llamó para preparar el golpe a los Spencer sin decirle nada a su hermano.

-Jodie y Yoly! Tanto tiempo, cómo han estado?- Sonia las saludo

-Sonia! Felicidades, Arthy dijo que ya pusiste tu huevo!- Yolandi abrazó a Sonia y cuando se sentaron ella le entregó a Betel para que la acurrucara un rato

Para Sonia, Jodie y Yolandi eran buena gente. Se llevaban bien a pesar de no saber quien era ella realmente, debido a que siempre ayudó y cuidó de Arthur en la academia cuando más necesitado estaba.

Arthur sufría de ansiedad y depresión crónica desde niño siendo su madre y hermana su único apoyo emocional en las largas horas de terapia psiquiátrica.

Los intentos de suicidio eran recurrentes y sus familiares creían que debían internarlo, pero Yolandi tomó la iniciativa de ayudarlo siendo la causante de sus hobbys conspiranoicos que lo alentaron a avanzar con su tratamiento.

Cuando ingresó a la academia, los ataques de psicosis se volvieron un problema drástico. Entre medicamentos y visitas al hospital, Jodie llego a creer que su hijo moriría joven pero Sonia apareció y como si fuera un milagro, Arthur empezó a mejorar.

Su progreso le dio esperanza y agradeció que su hijo por fin saliera de su habitación para interactuar con el mundo. Arthur y Sonia se consideraban hermanos y Jodie comenzó a tratarla como a una hija más.

Cuando Yolandi cumplió 13, fue enviada a la academia en Ciudad del Cabo y Arthur volvió a deprimirse pero Sonia llegó a su rescate. Lo llevó a Peach&Lemon para hacerse amigo de las liebres y para su sorpresa, su hijo ya no parecía el mismo. Actuaba más inusual que de costumbre pero eso era lo de menos, ya no sufría de ataques y dejó la medicación lentamente.

La gratitud que Jodie tenia para con Sonia era inconmensurable. Pasaron los años y su relacion siguió igual de amistosa que siempre, incluso cuando tuvo que viajar para quedarse con Yolandi, Sonia prometió cuidar de Arthur hasta su regreso.

Al regresar a Johannesburgo hace una semana, se enteró que Sonia ya estaba casada y esperando un bebé, la noticia la lleno de alegría y más el que cumpliera su promesa de estar al pendiente de su hijo. Ayer le pidió que vinieran para hablar sobre un trabajo para los Mcain a pedido de los rishis y ella aceptó.

-Bueno Sonia, estoy ansiosa por oír de ese trabajo. Apuesto que tiene que ver con la reconstrucción del estadio Dagda, todos están rediseñando la nueva funcionalidad que le darán-

-Te pido disculpas por mentirte, pero no es por eso que las llame. Use esa excusa para hablarles en privado sobre cierto asunto delicado- el rostro de Sonia era desolador

El Hada Madrina mató al Príncipe Azul (Reboot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora