CHE LO SPETTACOLO ABBIA INIZIO, AMORE
_____________________
Como si no pudiera evitar que mi cuerpo reaccionara a sus órdenes, comienzo a abrirme el abrigo hasta que mis muslos quedan expuestos bajo el dobladillo del vestido que se me pega a la piel, y luego... lo miro.
—¿Hasta dónde quieres que me lo suba? —inquiero intentando mostrarme indiferente, como si esto que siento dentro no se tratara más que de una actuación.
Como si su mano no despertara un hormigueo por todo mi cuerpo cuando se posa con suavidad por encima de mi muslo, comenzando a subir por él hasta detenerse lo suficientemente cerca de mi centro para enviar una corriente directa a mi vientre.
—Hasta aquí.
Asiento, sintiéndome incapaz de abrir la boca de nuevo. Él se hecha hacia atrás y yo me dedico a hacer lo que me ha pedido en silencio, con una lentitud que parece exasperarlo.
Cuando mi vestido llega tan arriba que el montículo de mi entrepierna se asoma cubierto de un pequeño trozo de blonda negra, me entrega el arnés.
—Colócate esto alrededor del muslo —me ordena antes de llevar sus ojos al frente, donde sus escoltas esperan afuera de los autos—. Y hazlo rápido, no pretendo quedarme aquí dentro toda la maldita noche.
—Claro, porque tu tiempo vale oro, ¿no? —ironizo mientras me abrocho el tirante en la pierna. Es de un material fino y elástico que no resulta ser tan incómodo como parecía—. Listo.
Él lo mira como si intentara supervisar mi trabajo, coge la pequeña navaja con funda y me la coloca con el mango hacia abajo en el espacio que vendría quedando libre antes de que mis muslos se rocen.
—Si alguien intenta atacarte, solo tienes que meter la mano bajo el vestido, sacar esto y clavárselo en el primer lugar vital al que consigas acceso. En la garganta de preferencia, ¿lo entiendes?
—No soy una asesina, Angelo. —«No soy como tú»
Él me mira como si le pareciera ridículo lo que acabo de decir.
—Pues si alguien llega a ponerte las manos encima, sea quien sea, no va a dudar un segundo un segundo en matarte, para que lo sepas —me advierte.
Pero hay algo en la manera en la que lo dice que me hace pensar que mi muerte es lo que me menos le preocupa, que existen un montón de cosas que pueden hacer conmigo que serían mucho más perjudiciales para él que mi muerte.
Cosas que claramente no me quiere decir.
—Procura entonces que nadie me toque, Angelo. Y asunto arreglado.
—Nadie a parte de mí lo hará —promete dándome un repaso con la mirada—. Esta noche eres mi dama. Y lo menos que espero es que te comportes como tal.
—¿Te crees que me voy a enrollar con el primero que se me pase por el frente?
—¿Acaso no es eso lo que acostumbras a hacer? —Me devuelve, mordaz.
Se me escapa una carcajada.
—¿Todavía sigues ardido por lo de Matteo? —Lo reto con la mirada—. ¿No soportas que él sea capaz de llamar más la atención que tú?
Angelo se relame los labios con una sonrisa peligro sobre ellos, y ese maldito movimiento pone a bombear rápido mi corazón.
—Te equivocas, ángel. No soporto que intenten utilizar a los míos, porque tu atención ya la tengo, ragazza.
ESTÁS LEYENDO
Seducir a la Mafia [Pasiones Peligrosas #1]
Любовные романыAngelo Gabriele Lombardi lo único que posee de un ángel, es su belleza. Como líder de la mafia italiana de Nueva York, sus manos portan la sangre de sus más acérrimos enemigos, su piel, las marcas de una bestia, y su corazón, la promesa de proteger...