Sip... Oficialmente me he obsecionado con los Months, pero no me arrepiento de NADAAAAA
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—¡Elevar anclas! ¡Preparen cañones! ¡Preparen el aparejo! ¡Lolito, sigue limpiando la proa!— su voz sonaba fuerte y alto, haciendo que toda la tripulación hiciera caso a sus órdenes.
—¡Si capitán!— contestaron todos y cada uno de los bucaneros.
Estaban a punto de irse de es lugar, lugar del que el había partido para poder convertirse en pirata y... Poder cumplir su promesa.
Solo había regresado para encontrarlo, pero el ya no estaba, o eso creía.
—Así que... Capitán— una voz a sus espaldas hizo que dejara el timón por un momento para poder girar.
—Samu~— canturreo pero más que eso, sono como una súplica, como si lo que veía era mentira, se acercó al más bajo abrazándolo por la cintura —Te extrañe...— susurro.
—Y yo a ti— correspondió al abrazo susurrando de vuelta.
Pero... ¿Que pasa aquí? Bueno, para eso hay que ir unos años atrás.
>Cinco años antes<
Sus piernas dolían, nunca había corrido tanto en su vida y bueno... El casi no hacía actividad física, era de esperarse aquello.
Entraba y salía por los callejones del reino tratando de perder a la guardia real, pero claro, ellos estaba mejor físicamente.
El ser el príncipe lo dejaba corto en opciones, si pedía refugio o entraba a una casa del lugar, los habitantes de esta informaría directamente al rey esperanzados de obtaner alguna recompensa.
«Por eso odio este lugar»
Pensó tratando de correr aun más rápido.
Aunque... No todo estaba perdido, conocía a alguien que estaba seguro no lo dejaría solo, que no dejaría que regresará con su padre, que no informaría a nadie sobre su paradero.
Samuel de Luque, alias Vegetta... O lobo nocturno, como te gustará llamarlo, aunque el último nombre es secreto.
«Pero entre nosotros no hay secretos»
Sonrió por ello y volviendo a entrar y salir de callejones y calles, al fin despistó a los guardias, camino un poco más tranquilo entre la gente.
Iba a ser difícil que lo reconocieran, se había teñido el cabello y sus partes híbridas (lo que lo identificaba como alguien de la realiza) las supo ocultar, además de que llevaba una capucha encima para poder tapar un poco su rostro.
No supo cómo, ni de dónde sacó la valentía pero de uno de los pequeños puestos del lugar robó una máscara con forma de oso y se la colocó para tapar aún mejor su rostro.
