capítulo único.

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Ya era de noche, una noche hermosa, por cierto. El cielo estaba despejado, no había señales de nubes. Las estrellas brillaban como luces navideñas. Y la luna se asoma poco a poco por la ventana de la casa de un rubio.

Naruto apenas llegó de su última misión (donde duró tres días junto a su sensei, Sakura y Sasuke), se dio una ducha y se acostó en su cama para al fín descansar. Pero algo lo detuvo.

Su pancita estaba pidiendo por comida.

- Cielos, estoy hambriento. - murmuró el rubio acariciando su barriga. - Pero, ¿qué podría comer?

No tenía nada en su casa. Tendría que salir a buscar algo para comer.

Rápidamente, Naruto se levantó de la cama, se puso los zapatos y salió de su casa. No había mucha gente en la calle. La verdad, todo estaba demasiado vacío. Cosa que no lo ayudaba mucho, ¿cómo encontraría una tienda o restaurante abierto?

Siguió caminando. Su barriga ya estaba implorando por comida. Desesperadamente, comenzó a caminar más rápido.

En medio de su desespero por encontrar algo de comer, se tropezó con una piedra, cayendo en alguien.

- ¡¿Estás ciego, idiota?! - exclamó la persona.

- P-Perdón, ¡pero no me llames idio..!

Espera... Naruto conocía esa voz.

- ¿Sasuke?

- ¿Te acabas de dar cuenta de que soy yo? - pregunta con una sonrisa irónica.

El azabache se levanta, ignorando el rubio. Estaba a punto de irse cuando un sonido lo detuvo.

- Maldición, tengo mucha hambre... - susurro Naruto, formando un puchero.

- Oye, ¿ese sonido..?

Sasuke lo miraba confuso. Y de nuevo, el sonido.

- Ese "sonido" es mi estómago. - frunció el ceño y se levanto con rabia.

Tenía demasiada hambre para quedarse a hablar con el Uchiha. Hasta que se dio cuenta de algo. Sasuke sostenía una bolsa... Con ramen.

- Ni siquiera lo pienses, idiota. No te daré mi ramen. - dijo el azabache apartando de la vista del rubio su bolsa.

- ¡Por favor! Tengo mucha hambre, Sasuke, por favor. - arrodillado enfrente al Uchiha, Naruto imploraba con un puchero.

- Esta es mi cena, no te la daré.

- Pero tienes dos, yo no tengo nada. ¡Vamos, por favor!

El azabache suspiro. Si no le regalaba uno de los dos ramen, no dejaría de molestarlo.

- Bien.

- ¡Yay! - Naruto sonrió emocionado.

Sasuke le entrego el ramen, sonrojado por la anterior acción del rubio.

- Aquí tienes, ahora deja de fastidiarme. - se volteó camino a casa, pensando que ya podría comer en paz, vio que un ojiazul seguía de su lado. - ¿Ahora que quieres?

- Bueno, es que... No puedo preparar mi ramen, sabes, en mi casa. - se explico un poco avergonzado.

- Ya veo. - respondió el azabache con desinterés, hasta que se dio cuenta de las reales intenciones de Naruto con lo que decía.

Se detuvo, miró al chico a su lado y solo le jaló su mano, volviendo a caminar a su hogar.

- ¡S-Sasuke! ¿Qué haces? - el rubio parecía un tomate en esos momentos.

拉麺 [🍜] 𝘀𝗮𝘀𝘂𝗻𝗮𝗿𝘂.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora