La Elegida [d.malfoy] - FINALIZADA

Capítulo 19

Draco Malfoy

Mi piel se erizó al momento de cerrar la puerta y dejar de ver a Vange, por alguna razón, ella me hacía sentir tranquilo, a salvo, me daba paz.

Me giré para caminar hacia los sillones, en los cuales mis padres estaban sentados, quedando frente a los dos hombres que venían del Ministerio. Me hicieron lugar quedando en medio.

—Buen día, familia Malfoy.

—Buenos días —respondimos al unísono.

—¿Ya les ofrecieron algo de beber? ¿De comer?

—Sí, Señora Malfoy, muchas gracias, estamos bien así.

Ella asintió con una sonrisa.

—Venimos a hacer una simple inspección, no tienen por qué ponerse nerviosos.

—No estamos nerviosos, descuide —dijo mi padre con una sonrisa en el rostro y una señal con la mano negando.

Sí claro, esa ni tú te la crees.

—¿Cómo va todo por aquí? ¿Se sienten cómodos con la Señorita Wright?

¿Qué si me sentía cómodo con ella? Joder, nunca me había sentido mejor en mi vida.

Mierda, ¿Por qué pensé eso?

Aparté esos pensamientos, regresando a la realidad para escuchar como mi madre la describía como la persona perfecta.

Sí, era perfecta.

No. Calla voz de mi cabeza.

Mi problema con la descripción que le estaba haciendo mi madre, era que solo lo hacía para quedar bien ante las personas frente a nosotros, sabía que después de esto continuaría mirándola como lo hace, como siempre ha mirado a los muggles. Solo esperaba que Vange nunca se haya dado cuenta de eso.

Vaya que yo no era la mejor persona para estar molesto por como la insultaban sin necesidad de palabras, yo también fui cruel con ella, con los muggles, tenía que aceptar que aún me causaba un poco de conflicto el tenerla aquí y a sus amigos, que hayan estado conviviendo con Theo y Blaise, que nosotros; sangre puras, conviviéramos con ellos.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos al darme cuenta de las miradas sobre mí.

Demonios, ¿Qué dijeron?

—¿Hm?

—Preguntámos ¿cómo es su relación con ella, joven Malfoy?

—Oh, bueno... —ya me había pegado su 'oh',  tenía que dejar de pasar tanto tiempo con ella— Nos llevamos bien, ha convivido con mis amigos, yo con los suyos, es... Es buena persona —no quería tenerla aquí, pero tampoco quería que se fuera, ¿Cómo explican eso?

—Muy bien, es todo —los del Ministerio se levantaron de sus lugares.

Mis padres los imitaron enseguida y a pesar de mi tardanza al reaccionar, al final también me levanté.

—¿Es todo? —preguntó mi madre.

—Así es. Como se los dije, solo era una inspección. Bueno, una última cosa...

—Sí, adelante —afirmó mi padre.

—Necesitamos asegurarnos de que no haya material mágico por la casa, ya sabe, para no correr riesgo. ¿Podemos dar una vuelta por las habitaciones para asegurarnos?

Mis padres confirmaron que efectivamente podían hacerlo. Salimos los 5 de la biblioteca. Vange no estaba en el comedor. Mis padres me mandaron a buscarla, que me quedara con ella y no permitiera que se fuera de donde está para que no sospechara.

Me retiré con educación. El lugar más cercano era la cocina, así que me dirigí a ella. Para mi suerte, ella se encontraba sentada en una de las sillas de la barra.

—Hola, ¿todo bien? —se levantó de su silla.

—Hola, sí, todo en orden —caminé a ella sentándome en la silla que tenía a un lado.

—Creí que vendrías a decirme algo como que tengo que irme —volvió a tomar asiento.

Giré mi cabeza a la derecha para mirarla— ¿Irte? ¿A dónde?

—A otra casa.

—¿Por qué?

Tardó un momento en responder— Bueno, no creo que estén muy cómodos con mi estadía, así que si ustedes quieren que me vaya, puedo pedir que me transfieran a otra casa.

Acepto que me dolió un poco lo que dijo, por qué está bien, está bien, ya no quiero que se vaya. No después de escuchar esa opinión.

—¿Tú quieres irte? —mi voz sonó más débil de lo que me hubiera gustado, solo espero que no se haya dado cuenta.

—No, me gusta estar aquí, pero ya te lo dije, no creo que ustedes estén muy...

—Ya no lo digas. Vange, nosotros estamos muy contentos de que estés aquí, le traes alegría a la casa—Mentira pero no del todo— No queremos que te vayas—yo soy el que no quiere, en realidad—.

—Ok, me quedaré si tanto insistes —sonrió lo que causó que yo también lo hiciera.

¿Qué me está haciendo esta chica?