—¿De nuevo?, ¿No te cansas?— preguntó la pelinaranja
—Meh, ejercicio diario
—¿Al menos desayunaste?, es la comida más importante del día
— Sí, gracias por preocuparte
— Bueno, te tengo que dejar. Suerte en piropear a Levi, y si te saca me dices para darte la llave... pero di que no fui yo