۝╬Black Jade╬۝

Balada De Invierno I

۝ Advertencia ۝

«Sexo, acoso escolar, violencia y homofobia.»

Shang Qinghua tuvo en su vida tres grandes amores.

La escritura fue el primero, vino cuando los gritos de sus padres no lo dejaban dormir, él se sumergía debajo de sus sábanas con un pequeño cuaderno, y con ayuda de su lápiz crearía mundos donde la magia era real, criaturas extraordinarias caminaban sobre la tierra y hombres con espadas salvaban el día. En su mundo ideal nadie lloraba, todos eran felices y vivían largas vidas con las personas que amaban.

Ese amor que sembró desde pequeño lo llevó a estudiar Literatura en la universidad, fue su primer amor quién pagó su comida y le dio techo en los días lluviosos. Aún si a la gente no le gustaba lo que él escribía y se veía obligado a seguir lo que las masas aclamaban él siempre escribió para sí mismo, expresó cada uno de sus miedos a través de grandes cantidades páginas, podía pasar noches en vela desahogando todo lo que tenía encima, cada frustración se vertía en las palabras que fluían de sus dedos.

Cuando sus padres se divorciaron y terminó a la deriva vino otro de sus amores, su pequeño departamento. No era tan lujoso como el de su mejor amigo Shen Yuan, tampoco era tan espacioso como la casa de su padre, pero era su hogar, el único sitio donde podía sentirse libre y seguro. Las voces que siempre lo juzgaban se callaban una vez cerraba la puerta. Sabía exactamente dónde encontrar cada cosa a pesar del desorden, incluso con los ojos cerrados podía moverse sin golpearse o perderse.

Pudo pagarlo gracias al trabajo que consiguió como encargado del mantenimiento técnico en Cang Qiong y a las novelas que publicó en Internet cuando comenzó su carrera como escritor. Pensó que trabajar como intendente sería uno más de sus múltiples trabajos de medio tiempo que había acumulado a lo largo de su juventud, pero de alguna manera había estado allí desde la universidad hasta sus 23 años, el tener cerca a Shen Yuan y a otras personas que conoció conforme pasaba el tiempo hacía todo más ameno y entretenido, no era como su departamento que le daba paz, pero era un espacio que le brindaba cierta comodidad.

Por último, su más grande amor.

La persona que más amó en todo el mundo.

Su príncipe.

El único en su corazón, al que se había entregado en cuerpo y alma.

Ese fue su amado Mobei Jun.

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Conoció a Mobei Jun en sus días de estudiante de nivel medio superior. Era un día que podía parecer como cualquier otro, el frío invierno azotaba la ciudad por lo que tenía que ocultarse bajo una bufanda y una gran chamarra para evitarlo, las clases habían terminado pero Shang Qinghua no quería volver a su casa, donde su madre se desquitaba con él, hablando constantemente mal de su padre además de aprovechar cada oportunidad para regañarlo.

Hacer algo de tiempo parecía una buena idea, así que se alejó yendo a la parte trasera de la escuela, aprovecharía para seguir puliendo algunos detalles de la nueva historia que tenía en mente, escribir era su terapia y no le molestaba escribir solamente para sí mismo, de igual forma no tenía a nadie a quien consideraba su amigo para compartir su pequeño secreto, solamente eran él y su libreta.

Cuando encontró un buen sitio se tiró en el suelo, su lápiz hacía anotaciones y rayones, una vez que comenzaba a escribir no podía parar, entraba en un estado de concentración absoluta... O eso era lo que esperaba, antes de que alcanzara su deseada inspiración un estruendo lo hizo saltar de su lugar, tardó algunos segundos en recomponerse, se puso de pie y siguió el sonido de algunas voces, suponiendo que de allí vino el ruido. Antes de dar la vuelta en la esquina del edificio para llegar a donde el bullicio era mayor asomó su cabeza topándose con una escena nada agradable.