Sin mirar atrás.

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Andrea

Nia me acompaña, se sorprende al ver mi casa, bueno es grande, algo que a mamá le encanta presumir.

Abro la puerta, por suerte tengo mi propio par de llaves. Veo a mi mamá y papá que me miran como si fuese un fantasma. Nia me aprieta la mano, y mi madre endurece la mirada al bajar la vista y ver nuestras manos entrelazadas.

- ¡Andrea! - Trago saliva al escuchar mi nombre. Veo de reojo a Nia mirándonos a ambas pensativa, creo que está más preocupada de ver nuestro parecido que por la situación, no sé por qué, pero su actitud me relaja.

-Vengo y me voy- digo mirándola a los ojos.

- ¿¡Qué!? No. ¡Tú te quedas y terminas con esto!

-Oiga soy un ser humano- bromea Nia ¡¿Cómo puede bromear en un momento así?! Papá frunce el ceño, nadie se molesta mucho en responderle a mamá enojada, mucho menos bromear.

- ¡No te estoy hablando a ti! ¡Largo!

-Yo no me voy sin Andrea señora, y hablando de eso...- me mira- amor ve a buscar tus cosas, tengo que hablar con tu madre.

-No tenemos nada que hablar. - Hasta yo diría que estoy de acuerdo ¡Mala mezcla! ¡¡Mala mezcla!!

-Ve. – La miro dudosa y ella asiente, ¿¡Cómo puede estar tan tranquila!? Asiento y me voy veloz, no voy a dejar que se terminen tirando cosas, tomo mi maleta y meto todo que tengo rápida y desordenadamente.

-Escucho unos gritos de mi madre, pero luego nada más. ¿Acaso están hablando? ¡Eso es imposible! Ni siquiera Nia hace milagros. Quizá papá se metió, nah no lo creo.

Mi puerta se abre, conozco esos pasos, así que sigo con lo mío.

- ¿Vas a irte para siempre? - Me pregunta mi hermana con la mirada triste.

Me detengo sólo para echarle una mirada.

-Es esto o vivir subyugada a las reglas de mi madre y yo no quiero eso. ¿Lo entiendes verdad?

-Un poco. - Se sienta y veo sus ojos, ella tiene los ojos de mamá. Pero más cálidos.

-Puedes visitarnos cuando quieras. - Le digo.

-Mamá no me dejará.

-No tienes que decirle.

- ¿Cómo cuando llegabas tarde por tareas? - Muy lista, asiento metiendo un par de zapatos.

-Ya sabía yo, ¿cómo es ella?

- ¿Recuerdas cuando mamá nos decía que debíamos ser recatadas, silenciosas y obedientes? - Asiente. – Es justo lo contrario.

Sonríe a regañadientes.

-No es una mala persona Kate– sonrió cerrando la maleta. La miro- Ven aquí.

Corre a mis brazos y la aprieto, no somos las hermanas más cariñosas del mundo. Pero aun así no quiero perderla.

-Te espero- le digo- ya tienes mi número. - Digo fuera de la habitación.

Bajo y escucho a Nia interrumpiendo a mamá. Kate la mira de las escaleras con curiosidad.

-No me importa, esas son estupideces. Ella me ama y yo la amo y eso es todo. – Entonces pone esa pose característica de ego, con actitud de ganadora y apunta a mamá. Oh no por favor...

- ¡No me arrepiento de nada vieja! - Los labios de Kate y papá de aflojan, mi hermana deja salir una risita escondida al comienzo de la escalera y papá aprieta los labios y mira a otro lado aguantándose. Me imagino que si se ríe le puede decir adiós a su matrimonio.

Mi Pareja Perfecta II [Adaptación Supercorp]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora