Capitulo 1:
"Eso era todo, mi vida había llegado al borde del abismo, no podía mas con la presión, los gritos eran cada vez más altos, mi cabeza palpitaba en mi cráneo simulando el latido de un corazón, me sentía devastada, mire de nuevo hacia debajo de mi, la sangre proveniente de mis muñecas había aumentado, cerré los ojos tratando de concentrarme, todo daba vueltas, esta apunto de desmayarme, mi vista se había nublado y mis ojos se estaban cerrando cuando lo vi"
[...]
Desperté en una habitación, no era la típica de un hospital, era una habitación normal, había comida tirada por el piso, ropa y muchas otras cosas, sentí un fuerte dolor en mi muñeca la cual ahora estaba vendada, al instante mi crisis de ayer llego a mi mente de repente.
-has despertado- una voz masculina me hizo sobresaltarme
-s-si- estaba temblando, no sabia donde me encontraba y si eso no fuera poco había un chico ahí.
-¿como esta tu muñeca?- preguntó desde el umbral de la puerta, no alcanzaba a distinguirlo, pero observe que tenía un pendiente en su oreja
-bien, disculpa pero, ¿donde estoy?- trate de disimular mi nerviosismo
-en mi apartamento, párate, debes irte- ¿era broma? Me ayuda y sin mas me corre
-esta bien- me pare mas rápido de lo creí lograr a hacer
-vamos, te llevo a la puerta- lo seguí hasta la salida.
-no vuelvas a hacer eso, si quieres morir hazlo fuera de mi zona- se dio la vuelta cerrándome la puerta en la cara.
-¿y a este que le pasa?- salí del edificio de apartamentos totalmente desorientada, nunca había estado ahí, definitivamente no era mi distrito.
Caminaba sin rumbo y para colmo sin dinero, ayer me gaste todo en cigarrillos y alcohol, cada que tenía una crisis me ayudaban pero esta vez fue diferente, no pude con la presión.
No sabia en que distrito me encontraba ni que tal lejos estaba del mío, no es que tuviera prisa por llegar a casa a que mi padrastro trate de golpearme de nuevo diciendo que yo le recuerdo a mi madre la cual me abandono dejándome a mi suerte con él, no iba a volver, pero no tenía un lugar donde vivir, aún era noche puesto a que no había ni la más mínima señal de que el sol fuera a salir pronto, a las muy malas dormiría en la calle.
-oye linda, quieres pasar un buen rato antes de la cena- sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo del miedo que sentí en ese momento
-cállate idiota, no queremos que grite o nos quedaremos sin cena- voltee aterrada y nerviosa
-no lo hagas nena- retrocedí un poco en mis pasos y Corri lo más rápido que mis piernas me permitían, eran ghoul sabia que era imposible que los perdiera. sentí un dolor agudo en en mi abdomen y mire hacia esa dirección, tenía parte de su kagune atravesando mi piel.
-¿ibas a algún lado?- sentí su aliento en mi cuello.
-suélteme por favor, se lo ruego- gruesas lágrimas caían por mis mejillas
-no llores preciosa veras que nos divertiremos- dijo uno de ellos
-no digas tonterías, pasemos a comer de una vez por todas- un hombre más pequeño apareció de detrás del que me tenía presa viéndome con odio
-por favor, no me maten- rogaba por mi vida
-hey, ¿qué están haciendo ahí?- una voz proveniente de la escalera de incendios de un edificio sono
-A-Ayato, ¿qué estás haciendo aquí?- dijo el hombre que me tenía sujeta
-vine a dar mi ronda, oí que varias palomas estaban por este distrito y no quiero que salgan lastimado débiles como ustedes que aparentemente solo atacan mocosas indefensas, dense prisa o alguien los escuchara- su pendiente, su voz, sus ojos, Él
-ayúdame- grite lo mas fuerte que me permitieron mis pulmones
-¿que es esto?- el hombre mas pequeño me quito la venda de mi muñeca mientras yo solo hacia gestos del dolor
-vaya vaya! Al parecer fuiste tan débil como para seguir viviendo, vamos! Deja que te ayudemos con eso- saco una Kagune de su espalda mientas se acercaba a mi a paso lento
-no por favor...yo,...yo...¡quiero vivir! Se que no aproveche lo que he tenido pero no estoy lista, no me maten por favor, se los suplico- rogué una vez mas, cerré los ojos y trate de abrirlos lentamente ya que el sonido de ambos hombres había cesado
-¿la oíste? Que idiota es- dijo el mas grande mientras se reía de mi
-cree que saldrá con vida de esta- lo acompaño en su risa, cerré los ojos de nuevo intentando transportarme a un lugar mejor lejos de aquí para olvidar un poco de este dolor
-jajaj...- la risa del hombre se convirtió en silencio mientras la del otro se convertía en un grito de miedo
-no lo hagas, por favor no- sentí la Kagune dejar mi cuerpo, aún tenía los ojos cerrados por que no quería abrirlos y ver que era lo que los había asustado
Sentí mi cuerpo más débil, esta por desmayarme, sentí mis piernas tambalear, esperaba sentir el impacto pero el lugar de eso solo sentí unos brazos tomarme
-espero que no se te haga costumbre el que te salve- volvió a decirme aquel chico del pendiente