c a p í t u l o 38

3.1K 315 34
                                        

Lo primero que Celine pudo notar, fue la armadura del hombre bastante dañada y al portador de ésta sentado sobre el suelo con la mirada perdida. Su rostro tenía heridas haciendo que unos hilos de sangre resbalaran por el. Definitivamente no estaba mejor que los dos soldados que se encontraban allá afuera.

Se acercó a paso lento, pues después de semejante pelea lo más probable era que los ánimos siguieran calientes, y había una gran posibilidad de que arrasara con ella.

— Tony...

Su voz fue suave, pero a la vez tembló al ver a su amigo tan herido, y no sólo físicamente, estaba destrozado. Él ni siquiera la miro, no por el momento al menos.

— No deberías estar aquí. —respondió con seriedad— Los que te importan deben estar allá afuera.

— Resulta que tú también me importas. —dijo, doblando sus rodillas poco a poco hasta hincarse junto a él— Las cosas se hicieron mal, no debieron ser así.

— ¿Por qué no vas y le dices eso a Rogers, eh? Todo lo qué pasó fue porque es un maldito mentiroso. ¿O a Barnes? Supongo que fácil de convencer luego de que usaran su cabeza como juguete.

Celine podía comprender su estado de ánimo, él por qué de sus palabras y estaba segura que en otro momento hubiese dejado pasar cualquier comentario tosco, pero al menos por hoy, ya había tenido suficiente.

— Tony, ya basta.

Solo por un segundo, Tony se detuvo a prestarle atención. Celine mantenía la mirada baja, con sus manos echas puños y apenas salí estaba notando unas pequeñas heridas en su rostro.

— De verdad no tenias idea... —comentó, más que nada para sí mismo, recordando su reacción al ver esa cinta y todo lo que pasó después.

Celine se limitó a negar en silencio. Las palabras se atoraban en su garganta y éstas raspaban cada vez que intentaba pronunciarlas, la herida de su amigo estaba bastante fresca como para abrirla aún más.

— Conocí a tu padre, pero supongo que eso ya lo sabías. —decía mientras le daba miradas fugaces para ver cómo reaccionaba ante sus palabras— Cuando desperté después de todos esos años y supe que Howard había muerto... Nunca me detuve a investigar lo sucedido. Debí hacerlo. —admitió con dolor, de algún modo sentía que algo de responsabilidad sobre lo apenas ocurrido caía sobre sus hombros.

Stark se atrevió a preguntar. De su respuesta dependía si seguiría escuchándola o no.

— Y en caso de saberlo, ¿me lo habrías dicho?

Celine mordió su labio inferior y por unos largos segundos guardó silencio pero no dejó de darle la cara. Sin embargo, su respuesta no fue lo que esperaba.

— No te pido que lo perdones, Tony, eso lo decidirás tú. Sólo puedo decirte que no puedes juzgar tan duro a alguien que no tenía control de sí mismo.

Tony negó un par de veces de forma sutil, apretó sus labios y soltando uno que otro quejido, comenzó a ponerse de pie.

— Si es todo lo que tienes que decir...

— No voy a dejarte aquí.

— Ve con él. —dijo con simpleza— Te necesita más que yo ahora, no lo deje muy bien que digamos. —trató de aparentar cierta arrogancia pero a cómo estaban los ánimos, no resultó del todo.

Celine miro hacia un punto fijo por lo que pareció ser un largo tiempo, le dió un vistazo a las palmas de sus manos; algunas heridas, raspones, una que otra con algún ligero rastro de sangre. Nada grave a comparación de otros. ¿Cómo permitieron que la situación llegara a este grado?

𝐒𝐈𝐋𝐇𝐎𝐔𝐄𝐓𝐓𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora