Estoy acostado en mi cama mirando una pequeña luz que se cuela por mi ventana imagino a un pequeño hombre utilizando ese haz de luz para decender del cielo. Ya los ojos me pesan, cada ves es se hace menor el tiempo que los logro mantener habiertos. Finalmente el sueño me vence, casi al momento caigo en un estado que no entiendo es como si estubiera despierto pero sin poder mover un solo músculo.
Imágenes comienzan a pasar delante de mis ojos vi los mejores momentos de mi vida, y esfumandose de pronto me doy cuenta de algun que otro ruido que venia de la abitacion contigua. Invadido por la intriga de saber que provocaba aquellos ruidos me deslizo con sutileza, abro la puerta y ¡Que sorpresa era el mismo hombresillo que minutos antes bajaba por el rayo de luz , tranquilamente me dijo.
-¿Te llamas Luis?
-¡ Si ? –respondo casi por inercia.
No podía creer, lo que antes se encontraba en mi imaginación ahora está frente a mí. Frote mis ojos varias veces con la intención de despertarme pero como no lo hice asumí que todo era real, y con una mirada cálida me dijo:
-¡Vamos sube!
Atrapo un rayito de luz que entraba por un agujero del techo y comenzó el ascenso. Con intenciones de ayudarlo a trepar intente agarrarlo para sorpresa comencé a encogerme hasta casi su tamaño, era diminuto podía ver la inmensidad de los objetos que me rodeaban desde la perspectiva de una hormiga aun traumado por lo que acababa de pasar el pequeño hombre me grita:
-¡Vamos sube, a que esperas!
Con dudas intente agarrar la luz, sabía que no se podía pero él lo hacía y además me insistía en que yo también podía. Finalmente agarre con fuerzas esa brillante fuente de luz y comencé a trepar al cabo de unos minutos trepando llegamos a una especie de nube, con un salto se paro encima y me ayudo a subir. Estaba perplejo hacia algo más de una hora y media estaba en mi cama y ahora me encuentro en una nube y acompañado de un pedazo de persona, realmente estaba intrigado pero calme mis sentimientos cuando recordé que no era mucha la diferencia de estatura entre nosotros realmente no recordaba que me había encogido.
-¡Sígueme, no demores ya vamos retrasados!-me dijo.
Con una pequeña carrera me incorpore a su lado y mientras caminábamos me comento que entendería todo cuando llegara al castillo. Serio un castillo ya son demasiadas cosas para una sola noche al cabo de un rato alcanzamos lo que parecía ser el inicio de un arcoíris, hasta ese momento tenía la idea que el arcoíris era solo de día pero al acercarnos me di cuenta que este no era una proyección de luz sino 7 carriles unidos por lo que parecía ser una especie de hilo dorado tomamos un bote y comenzamos la travesía por uno de los carriles .Desde allí se podía ver todo veía la ciudad, las calles, las estrellas comencé a divagar en mi mente intentando darle algo de lógica a todo aquello pero no encontré forma de hacerlo.
Por fin el bote toco puerto bajé del bote y aun medio mareado busque a mi alrededor con la esperanza de encontrar la olla de oro que en tantos cuentos infantiles mencionaba al final del arcoíris pero mi sorpresa fue aún mayor cuando descubrí que no solo había un castillo sino todo un reino y plagado de personitas . Atravesamos las calles pasando entre una multitud de gente me estrechaban la mano y me decían bienvenido mi señor, cosa que me ponía mas en duda de que estaba pasando, con algo de trabajo alcanzamos las puertas de un enorme castillo de mármol.