Otra oportunidad

461 43 21
                                    


La comisura de mis labios formaron una sonrisa incómoda al ver lo que tenía enfrente, a mi hermano cenando con mi infiel marido, en la sala de estar. Una caja de pizza abierta sobre la mesa de centro, dos gaseosas de lata, era lo que cenaban. Cada uno sentado en un diferente sofá. Intenté averiguar al instante qué sabía Sasuke, y qué le comentó Shisui, para no arruinar más la noche. En camino a casa de Kizame, me detuvieron para darme una infracción por conducir a alta velocidad, sinceramente no quería lucirme con un deportivo más caro de cualquier otro que cruzó por mi camino, simplemente me costó manejarlo. Después, recibí una llamada extraña con una voz usando a loquendo insultando sobre mi sexualidad, eso fue tan extraño, puesto que era la primera vez que recibía una semejante llamada llena de odio de alguien desconocido usando un número desechable. Y para colmó, el teléfono se apagó cuando estaba por leer el mensaje de Sasori con la información que le pedí. Dejé el Bugatti en casa de Kizame, pues no tenía intención de traerlo hasta aquí, y que Shisui lo viera, si es que siguiera esperándome. Tomé la decisión correcta, hasta Sasuke esperaba por mí. Sentí felicidad y un poco de nerviosismo por volver a verle tras sus últimos insultos en persona. Seguía herido por las crueles palabras de mi hermanito, pero yo lo amo más que a mí, que me propuse a perdonarlo, aunque a él no le importe recibir mi perdón.

—¿Cómo estuvo el viaje? —fue lo primero que salió de mi boca, el típico cliché. Caminé hasta ellos, y rápidamente llevé la mirada a Shisui, quien me ve como si quisiera insultarme, pero no lo hace por Sasuke. Al menos eso espero. Volver a verlo después de ponerme una mano encima, y de leer sus mensajes un poco inquietantes, para mí es otra persona.

Sasuke masticó la porción de pizza dentro de su boca, y la paso por su garganta antes de contestar tranquilamente.

—Común, largo y cansado...

Normalmente fuera hasta él y le diera un golpecito en la frente con mi dedo anular, sin embargo, no quiero hacerle sentir incómodo de lo que ya ha de estar en medio de la mierda, como él se refirió a nosotros.

—Eso sí...

Qué más pude preguntar, si nuestra relación de hermanos está dañada, y tampoco quiero preguntar por mis padres, así que seguiré con el protocolo de recibir a un invitado, no a mi hermano a quien amo.

—Hubieran avisado que vendrían hoy, aún no arreglaba la otra recámara —dije, mientras caminé hacia la segunda recámara —. ¿Dónde está Sakura?

Era extraño que no estuviera con él, esa mujer la mayoría de las veces está pegado a él, con pocas posibilidades de andar por su cuenta.

—No vino. Y en cuanto a la recámara, está bien para mí —contestó Sasuke. Volvió a morder el trozo de pizza.

Abrí la puerta de la recámara y miré dos maletas sobre la cama. Cerré la puerta y volví a ellos. Shisui ya me esperaba con su vista sobre mí.

—Le comentaba a Sasuke, antes que regresarás de con tus amigos, sobre la casa que estamos por adquirir, si te decides en estos días —una sonrisa forzada se dibujó en el semblante de Shisui, y tensó la mirada —. Una casa de dos plantas con tres recámaras, una cocheras para dos autos, una piscina, y, lo más importante, una maravillosa vista hacia el mar situada en una privada. Será un placer volver a recibirlos, si se repite la ocasión de hospedar al hermano de mi marido, junto con su esposa. ¿No es así, Itachi?

¡Hijo de puta! Con esto me das a entender que piensas que estamos de vuelta por la presencia de Sasuke, que toda tu mierda fue perdonada después de poner tus manos encima. Que cinismo de su parte, pero por tal de no involucrar a Sasuke, y que cuando se vaya no le comente a nuestros padres sobre el gran fracaso de nuestro casamiento, estoy dispuesto a seguirle la corriente por unos días. Estoy seguro que Sasuke no permanecerá mucho con nosotros, se asquea de tan solo vernos, fue lo que dijo la última vez, y no dudo que Sakura comience a llamarlo pidiendo que regrese.

Mi esposo, mi amante y mi puta YAOI [Terminada/ ANTI ROMÁNTICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora