Capítulo 3

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LILITH

Subo las escaleras, y llego a la segunda sala del segundo piso de esta casa, que más bien, parece mansión. El televisor cambió sus pulgadas de 50 a 60. Es más grande. Por si se lo preguntan, esta casa tiene tres pisos en total. También tiene sótano y azotea. Creo recordar un pequeño invernadero y un huerto en la parte de atrás de la casa. También tienen un cobertizo y una choza para huéspedes.

Mientras subo escaleras arriba, porque mi habitación está al final del pasillo, miro los retratos familiares de las paredes. Ahí están todos los tíos y tías (incluyendo al padre que abandonó a Patricia y Débora cuando eran unas bebés). También están mis primos y primas y algunos de sus hijos. Incluyeron a mi abuelo en el árbol genealógico, cosa súper extraña porque —según mi madre—, no era un buen hombre.

Y... ahí estaba mi abuela, la matriarca de la familia. Nuestra Lilith. Observo una fotografía suya, el día de su boda, sonriente y cortando un mayúsculo pedazo de pastel, y, embarrándoselo en la boca a su esposo (mi abuelo). En otra está ella en las puertas de una iglesia, vestida para hacer su primera comunión. Y en otra sólo está ella, sonriéndole a la cámara con esa dulzura que mamá siempre dijo que la caracterizó en vida. Tiene más o menos mi edad en esa foto. Y... se parece muchísimo a mí. Excepto por los ojos. Los míos son azul cielo como los de mi padre, los de mi abue y el resto de la familia son café oscuro.

Sigo mi camino, y encuentro mi habitación. Lo bueno de estar sola es que así tendré la certeza de que mis primos/as no me molestarán con sus burlas. El año pasado compartí habitación con Sandra y Constanza y, digamos que no fue la experiencia más placentera de mi vida. Pero este año no habrá gato encerrado. Tengo un plan, y es el de no salir de mi cuarto a menos que sea realmente necesario o importante. Además, no creo que mi presencia en esta casa sea tan relevante como para querer inmiscuirme en todas las salidas o planes familiares.

Este año seremos yo y mis pensamientos. Será divertido.

Desempaco ordenadamente mis cosas, poniendo mis libros y escritos encima de la cama (ordenándolos por color y favoritismo). Ordeno mi ropa en el armario del cuarto, organizándola por color y estilo, sin mangas, con mangas, o mangas largas. También hay un espacio para mis pijamas.

Decido darme una ducha. Entro y me encuentro con el lujoso baño de mi habitación.

«Wow.»

Sé que no debería usar esta expresión, pero... mis tíos se pudren en dinero.

«Perdón, señor. Perdóname, padre.»

Giro las llaves de la regadera. Me enjabono el cuerpo y... como estoy sola y la presión del agua y la temperatura es perfecta para los músculos tensos de mi cuerpo por culpa del viaje, me doy el lujo de cantar mientras me ducho.

Sí..., cantar es algo que me gusta hacer cuando estoy sola. Me relaja. A veces, a ponerme en contacto con la parte escondida de mí, que se mantiene a salvo de las burlas y caras feas de mis primos. Jamás les he dicho a mis padres de esto, de la cantada. Temo que piensen que mi arrogante corazón se crea especial, por algo que podría y puede hacer cualquiera.

Mamá dice que es un pecado ser famoso porque eso te vuelve soberbio y vanidoso. Y yo, temo que piense lo mismo de mí si le confieso que me gusta cantar; por eso lo mantengo en secreto.

Termino de bañarme. Me embadurno el cuerpo de crema humectante, y me pongo la ropa interior. Me seco el pelo con la toalla, y rizo las puntas de mi larga cabellera, como es mi costumbre.

Me encanta mí aspecto cuando termino de bañarme. Siempre he pensado que mi piel rejuvenece, y mis labios enrojecen e hinchan con vívido color.

Salgo del baño, tarareando y cantando la letra de la canción que me encanta.

Oh, oh
Oh, oh
Be my baby
I'll look after you
After you...

Abro las puertas del armario para buscar que ponerme.

Oh, oh
Oh, oh
Be my baby
Oh, oh...

Busco una blusa sencilla sin escote, para reunirme con mi familia y, sorprender a mi prima hermana Debi. Débora no es tonta, ella sabe que tía Isabel le preparó una fiesta sorpresa, por haber pasado el último de sus exámenes.

It's always have and never hold
You've begun to feel like home yeah
What's mine is yours to leave or take
What's mine is yours to make your own...

Esto, y unos pantalones súper holgados serán suficientes.

Oh, oh
Oh, oh
Be my baby
Oh, oh...

Giro sobre mis talones, para ordenar el conjunto encima de la cama. Sí..., tengo una manía por ordenar mis cosas que a veces asusta.

Y... hablando de sustos de muerte...

Oh, oh
Oh, oh... ¡¡¡MADRE DE DIOS!!! —grito, presa del pánico, por la imagen delante de mí.

Me gustaría decir que se me apareció el mismísimo Jesucristo en persona, o que el piso se convirtió en un campo de flores No me olvides (mis favoritas). Pero nada..., y me refiero a nada, pudo haberme preparado para un susto o una sorpresa tan grande como ésta.

«Algo así de inmenso, sólo pudo haber sido planeado.»

—¿Quién? ¿Quién? ¿Quién? —Me controlo; y él ni siquiera me mira—. ¿Quién rayos eres tú? —le pregunto al despreocupado encapuchado, recostado contra el cabezal de la cama, leyendo uno de mis ejemplares... ¡favoritos!

Jesús, protégeme por favor.

¡HAY UN MUCHACHO EN MI CUARTO CONMIGO... Y YO A MEDIO VESTIR!

¿Se pueden querer a dos personas al mismo tiempo? [POLIAMOR #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora