Como todas las tardes me encuentro tirada en la cama usando mi notebook buscando algún proveedor nuevo o alguna pieza que me haga falta cambiar, lo cual me hace perder la noción del tiempo una vez más. Pero sin dar muchas vueltas me pongo mi chaqueta de cuero negra, busco mis llaves de la repisa y agarró mi casco negro, con un diseño único de un dragón mitológico, lo cuelgo de mi muñeca y bajo a toda prisa por las escaleras.
- Margaret salgo!- Si detenerme para mirarla , sigo hacia la puerta.
- No vas a detenerte hasta terminar como tu hermano, Tirada en un asfalto!-
Me pare en seco, a centímetros de la muerta. Mierda, no puede ser que lo haya dicho, no otra vez!. Dándome la vuelta, mirándola con mi mayor cara de ODIO!.
- ¿Realmente no te cansas? De verdad lo pregunto, cada vez que salgo vas a decirme lo mismo!- Trate de sonar lo más calmada posible pero esta mujer sacaba lo peor de mi, aunque ya esas palabras no dolían.
- Eso dos amigos que tienes y te arrastran a esa mierda, van a terminar sacándome a mi única hija, Thea no te das cuenta que sufro cada vez que subes esa porquería de moto!- Sonaban sinceras, pero seguían sin tener sentido para mis oídos.
-Perdiste a tu hija el día en que saliste por esa puerta atrás de un amorcito de verano y te olvidaste de tus dos hijos de 10 años, y un esposo destrozado. Y que papa te haya perdonado después de desaparecer 5 años, porque es débil, no significa que yo lo haga.- Ojala le duela más de lo que me dolía a mi decirlo, pero se lo merecía.
Como no tenía intención de seguir esa inútil conversación con mi madre, me di la vuelta y saliendo con un portazo me fui. Me subí a mi Yamaha, me puse mi casco, arranque y acelere. Nada mejor como sentir la potencia de ese motor entré mis piernas, sentir la velocidad en todo mi cuerpo para olvidar todo lo que me rodeaba.
No tarde más de 10 minutos en llegar al circuito donde me disponía a ganar mi sueldo gracias a una o dos carreritas, depende lo corredores que se animaban a ponerse a prueba conmigo y mi Yamaha. Era complicado encontrar corredores después que por un año no había perdido ni una carrera.
-Thea, por fin. Imposible que llegues a tiempo. Aunque tu hermosura siempre te salva!- Mi mejor amigo Travis me gritaba mientras dejaba mi moto.
-Me atraso lo de siempre, lo sabes. – Dije sin dar muchas más explicación, el lo sabía todo de mi como yo de él.
-Bueno niña, estas más que perdonada. Vamos a lo importante, solo tendrás una carrea.- Me dijo mientras me entregaba un papel con el nombre de los corredores y sus motos, obvio varios eran nuevos, corredores que me subestimaban solo por ser mujer y creer que mi reputación solo sea por pasar una noche con algún que otro corredor atractivo.
- Travis, así no vamos a poder juntar la plata que necesitamos!- Me queje, mi ambición cada vez crecía cada vez más.
- Ben está tratando de conseguirte entrar en las carreras de elite, que están después. Pero el machismo impiden que ingreses bebe.- El divino de Ben, mi otro mejor amigo.
Lo mire con mala cara. –Te dije que no me digas así!- Dándole un golpe en su brazo.- Bueno cuanto falta para que empiece? – Estaba con ganas de patear trasero y demostrar que estoy más preparada que muchos acá.
-Louis tiene que anunciarlos, supongo que en unos minutos. Vamos a preparar y darle la ultima revisada.
Varios minutos después empezaron a llamar para que nos acerquemos al punto de partida. Ben ya estaba ahí con la moto a punto y con mi casco en su mano, el cual me entrega y me preparo para la largada.
-Cuidado con la curvas, y patea todos esos traseros!- Dándome un golpecito en el casco. Yo solo le levante el pulgar.
Estaba ahí esperando una vez más que la rubia con poca ripa como siempre, baje esa bandera y poder entrar a mi mundo de adrenalina, mi éxtasis de velocidad. Concentrada solo en el asfalto en donde estaba por deslizarme a toda la velocidad que entregaba mi moto.
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Esta no es tu vida
RomanceThea, su vida siempre es sobre dos ruedas, su mundo es estar rodeada de peligros y problemas, con sus mejores amigos, y no esta dispuesta a cambiar nada de eso por nada ni nadie, aunque llegue a costarle la vida. Pero las cosas se complican cuando...