Capítulo Único: Monstruo

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—¡La tormenta está cada vez más fuerte Senku! ¡No podemos desembarcar así!— grita Ryusui intentando que su voz se escuche por encima de todo el ruido provocado por el tornado

—¡Quedarnos en el mar es aún más peligroso!— vocifera el chico de igual manera en respuesta

—¡Si van a desembarcar o no decídanlo ya!— dice Gen intentando no caer por los bruscos movimientos del barco

—¡Quedémonos en el mar! ¡No sabemos si hay piscos o rocas con las que podamos golpearnos!

—¡No voy a perder el avance del barco por una porquería así! ¡Son muy bajas las probabilidades de chocar o de que haya algún risco marino en esta zona geográfica así que desembarcaremos!

—¡Pero Sen-¡— un trueno resonó en el cielo

—¡No te preocupes! ¡Confía en la estadística!

—¡Cuidado!— gritó el mentalista antes de que la vista para Senku fuera oscura

Un sonido estridente, un trueno rugiendo en el cielo, y finalmente silencio.

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Rasca con insistencia su cabeza, mas específicamente la parte posterior. Mientras las yemas rozan una y otra vez su cuero cabelludo piensa que ya sería hora de lavarse el cabello por más frío que hubiera en el exterior. Deja el lápiz que utilizaba para escribir unos planos sobre la nueva construcción en proceso y se levanta estirando su espalda y sintiendo como su columna traqueaba debido a tanto tiempo sentado. Masajea el puente de su nariz antes de finalmente salir de su laboratorio. Siente el aire frío de lleno contra su rostro cansado. Suspira y un vahó sale entre sus labios automáticamente.

Observa a su alrededor esperando encontrar alguien; alguno de sus compañeros científicos o algún revivido para mano de obra. Al parecer, debido a las bajas temperaturas que cursaban en esa época al país donde actualmente se encontraban, prefirieron trabajar dentro de sus respectivos hogares o simplemente tomarse un descanso. No les culpaba, pues las cosas en los Estados Unidos habían ocurrido demasiado rápido. Cuando zarparon hacia donde se encontraban actualmente, la antigua España, apenas y habían dejado construyendo el motor para el cohete que los llevaría a la luna. Fue necesario correr ante la amenaza de un WhyMan en el cielo.

Avanza hacia la gran choza designada como la cocina donde encuentra a Francoise preparando lo que sería el almuerzo. Le saluda alzando la mano para tomar una de las tantas cubetas de hierro y salir sin decir una palabra. Llega hasta donde habían instalado una garrafa de agua, aprovechando que cerca de su localización base se encontraba un lago relativamente grande, y con la poca fuerza que tenía en sus brazos hace presión sobre la manigueta para poco a poco hacer que el agua caiga dentro del contenedor metálico. Una vez lleno lo toma por el asa y camina a paso lento y trabajoso hasta la fogata central donde enciende el fuego. Deja el agua sobre las llamas.

Suspira por todo el trabajo anteriormente realizado y decide descansar sobre una de las rocas cercanas a la hoguera. Ve el fuego rodear el metal; ondea según la brisa mientras lucha por mantenerse vivo junto a frio clima y el agua que, gracias al calor que subía cada vez más por el recipiente, hacía que las burbujas obligaran al líquido a caer sobre la madera carbonizada que hacía función de su hogar. Era el típico ciclo de la vida, luchar para sobrevivir.

Una vez nota que está desgastándose debido al calor decide apagar el fuego. Toma uno de los guantes de fundir y se lo pone en la mano derecha, agarrando nuevamente el asa de la cubeta y alejándola del humo. Deja el contenedor sobre la tierra y nota el carbón quemado gracias al fuego luchador, el humo gris que emana y las cenizas casi blancas sobre todo ello. Eso le hizo recordar que, de igual manera, esa persona también necesitaba un lavado de cabeza.

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