Capítulo 41

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Querido diario:

Cuando entré hoy en el instituto, me crucé con Emma. La iba a ignorar e iría directo hacia el aula porque las clases ya iban a comenzar, pero me detuve cuando ella se acercó a mí rápidamente.

La saludé con un hola, pero me tomó por sorpresa cuando se acercó a mí hasta que su cara quedó cerca de la mía, a un lado de mi mejilla. Recuerdo que me puse nervioso y le pregunté que rayos estaba haciendo. Me tomó por sorpresa cuando me preguntó qué me había pasado en la cara.

Le dije que alguien me golpeó pero que eso fue todo. Sin ninguna explicación más. También preguntó si podía ayudarme en algo pero me limité a responder que debía irme a clases si no quería llegar tarde. No dijo nada y me dejó ir.

Noté algo en ella esa vez —porque sí, a veces sigo observándola con atención —y era que no pareció para nada tímida ni nerviosa cuando se acercó a mí. Más bien parecía genuinamente preocupada y determinada a acercarse y averiguar qué fue lo que me pasó en el rostro.

No quise pensar que tal vez Emma se preocupa por mí, pero lo hice. Y eso también me hace pensar que tal vez ahora, después de tanto tiempo, tengo una verdadera amiga.

Diario de un chico solitarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora