Fetichista (Creek)

𝒫𝓇𝒾𝓂𝑒𝓇𝒶 𝓅𝒶𝓇𝓉𝑒

Esta historia no me pertenece, es de Faiafokkusu, pero tengo el permiso de adaptarla. 

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Soltó un suspiro al aire con algo de molestia, volvió a mirar el interior de la mochila dándose cuenta de que esta no le pertenecía. Era de Nicole, desde el inicio del curso el haber comprado mochilas completamente idénticas les había traído muchos problemas. Siempre terminaban con las cosas del otro, justo como ahora. 

Algo molesto buscó su teléfono para llamar a la pelinegra y anunciarle que, nuevamente, se habían equivocado. Sin embargo, las prendas dentro de la mochila llamaron su atención. Nicole estaba en el equipo de porristas, por lo que era obvio que tuviera que cambiar su uniforme por la ropa de animadora y dentro del bolso estaba el uniforme escolar. 

La blusa, medias, falda negra y el lazo rojo. Se miró al espejo observando su pantalón negro, recordando que había recibido algunos halagos extraños de sus amigas diciendo que sus piernas eran parecidas a la de una mujer. Bueno...era una persona curiosa así que, a sabiendas de que no había nadie en casa, se quitó el pantalón y se colocó la falda. 

La blusa no se la puso, solo la dejó en la cama junto con las medias y se miró al espejo. Nunca imagino que usar una falda podía resultar tan cómodo, movió sus caderas de lado a lado haciendo que los pliegues de la falda bailaran. La falda llegaba por encima de los muslos, le otorgaba más movilidad que el pantalón, así como no era tan sofocante. Siendo verano ¿por qué no todos los estudiantes podían usar falda?

Era broma, no podría usar una falda frente a toda la escuela y ser tachado por un fetichista de las faldas. 

Aun así, sus piernas se veían bien, pero obviamente no le diría a Nicole y a Wendy que tenían razón, ya que le preguntarían sobre cómo llegó a esa conclusión. 

Podía hacerse pasar realmente por una chica de su edad, pero dejando eso de lado, la falda era increíble. Sonrió y dio unos giros haciendo que los pliegues se alzaran en el aire por el movimiento. Pero en una de sus tantas vueltas, no esperó ver la silueta de alguien en el umbral, se detuvo de golpe quedando a espaldas de la puerta. Casi como una película de terror, se giró lentamente hacia atrás para mirar a Craig que mantenía una expresión de completo desconcierto y molestia a la vez. 

Estaba boquiabierto y con los ojos bien abiertos, el ceño ligeramente fruncido y el cuerpo tieso. 

Tweek entró en pánico al instante, había estado tan sumergido en el tema de la falda que no escuchó la puerta principal y menos sus pasos yendo hacia la habitación. Craig, que simplemente creyó que una visita suya luego de un día horrible de escuela podría animar a su amigo, se encontraba en shock. 

Frunció el ceño aun más sin dejar de mirar la falta y Tweek trató de justificarse entre balbuceos, pero no le escuchó. Su atención estaba en la falda y sus piernas. En ese instante, fue traicionado por su subconsciente, plantándole la idea de levantar la prenda y descubrir donde terminaban esas piernas. 

Fue ahí donde descubrió el fetiche que tenía con el más pequeño. 

Había descubierto su gusto por ver al rubio usando esa falda que apenas y le cubría por encima de los muslos. Sus piernas eran delgadas, delicadas y lisas. La falda hacía resaltar más su trasero, así como su delgada complexión quedaba en evidencia para cualquiera gracias a lo fácil que se ajustaba a su cintura. Lo recordó dando vueltas y luciendo esa sonrisa que solo agregaba otro punto a favor de su fetichismo por él. 

Era inapropiado, pero aun así recorrió cada rincón del cuerpo del chico sintiendo un cosquilleo en su cuerpo propio. Y le molestó, al punto en que luego de obtener algunos gritos y lloriqueos de Tweeek, se exaltó y también gritó.