Única Parte

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Aún recuerdo la noche en que se confesó, solo teníamos 17 años, no sabíamos nada de la vida, y yo no sabía que mi decisión de esa noche tendría tan graves consecuencias.

Recuerdo su nerviosismo y como entrelaza a sus dedos y los desenlazada sin parar intentando encontrar las palabras para decirme la verdad de sus sentimientos

Aún siento el tacto de sus manos cuando decidí agarralas en un intento de tranquilizarla sin saber que quien causaba ese nerviosismo era yo.

Y por fin me lo contó, con solo 3 palabras fue todo a la mierda.

«Me gustas mucho»

Nunca creí a la gente que decía que una sola decisión podría cambiar el total rumbo de tu vida hasta ese momento.

Yo solo supe balbucear y soltar sus manos sin querer, fue cobarde.

Ella lloraba y yo no pude reaccionar, vi como se levantaba y se iba, posiblemente pensando que yo no la correspondía.

Desde ese día nos distanciados, la cagué, de manera impresionante, y nunca tuve la fuerza de yo arreglarlo.

Era mi mejor amiga, era mi todo y lo perdí, y tardó años en volver a hablarme, pero ya era tarde, porque otra vez había sido cobarde y no la había buscado.

Aún así, aquí estoy, ella me invitó y no pude fallarla, por mucho que me duela verla vestida de blanco mirando al hombre a su lado.

Le veo pasar su brazo por su cadera y darla besos disimulados mientras ella se ríe y el cura le riñe porque aún no es momento.

Él tuvo prisa por casarse con ella, solo llevaban 1 año y medio y ya estaban en el altar. A muchos les parecía una locura pero cada vez que alguien se lo decía, ella solo sonreía y decía que era lo que siempre había esperado.

Me duele muchísimo verla así con alguien que no soy yo, me duele el no haberla besado esa misma noche mientras estábamos en la fuente.

A veces me imagino como habría sido todo si solo hubiese sabido que hacer, si la hubiese agarrado de la cadera y nos hubiésemos hundido en un beso eterno.

Pero éramos muy jóvenes y no teníamos la experiencia que tenemos ahora en nuestra memoria, no teníamos la preparación para enfrentar el mundo de esa manera, ni mucho menos la determinación de hacer algo sin pensar en el que dirán.

Yo era muy joven pero debería haber empezado a construir una vida con ella ese mismo día.

Pero fui incapaz de decir esas 4 simple palabras.

«Tú también me gustas»

Y todo eso es solo una ilusión que es totalmente distinta de la realidad.

En la realidad veo como el hombre, que va a convertirse en quien pasará el resto de sus vidas, acepta en sagrado matrimonio al amor de la mía.

Sólo falta ella, y yo no puedo verlo, siento como me angustio y mis ojos pican, tengo que salir, no puedo hacerlo, no puedo ver como la pierdo al completo.

WATER FOUNTAINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora