10.- 𝙾𝚝𝚛𝚊 𝚍𝚎́𝚌𝚊𝚍𝚊

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Au: Medieval(?.
Apariencia: Karmaland.

Aquí Sam trae el cabello suelto y un poco largo, casi hasta el cuello y siempre lo trae en una pequeña coleta.

"Los destinados se logran identificar debido a una pequeña marca que tienen ambos en cualquier parte del cuerpo y tienen la misma forma, aunque casi siempre el primero en darse cuenta de que son destinados son los alfas sin necesidad de ver la mar...

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"Los destinados se logran identificar debido a una pequeña marca que tienen ambos en cualquier parte del cuerpo y tienen la misma forma, aunque casi siempre el primero en darse cuenta de que son destinados son los alfas sin necesidad de ver la marca y solo gracias al olor contrario."

Esto era lo que todas las madres le contaban a sus cachorros antes de ir a dormir, pero se quedaba como los demás relatos, un cuento más.

Que equivocados estaban.

Las personas iban y venían por todo el mercado, se estaban preparando para la llegada del invierno, el cual decían sería más frío de lo normal.

Compraban frutas, vegetales y de más comida que podrían necesitar y no conseguir durante la nevada... O al menos eso hacia la gente normal, ya que alguien no hacía eso.

Samuel de Luque, un joven de 20 años y omega corría por las estrechas calles del reino tratando de llegar a tiempo a su hogar o no alcanzaría a la cena, algo muy raro en él, llegar tarde a algún lugar.

Chocaba con las personas pero el siempre se disculpaba, los demás no les molestaba, después de todo era Samuel, aquel chico tan alegre y amable que siempre estaba dispuesto a ayudar, todos en el pueblo lo querían y apreciaban.

A lo lejos logro ver su hogar, era una cabaña algo pequeña, bastante acogedora y cálida a la vista y la verdad, así era también adentró.

Una vez estubo delante abrió la puerta siendo recibido casi por un golpe con una piedra en su rostro, pero gracias a los dioses está dió al lado en la pared, pero claro que por el pequeño susto duo un pequeño salto.

—¡Guillermo! Ten más cuidado con eso, podrías lastimar a alguien— regaño la rubia mirando al mencionado con el ceño levemente fruncido mientras caminaba hacia el azabache.

—¡No fue mi culpa, él se metió!— se defendió el pequeño haciendo un puchero mientras escondía una pequeña resortera en su espalda, ambos mayores rieron por ello.

—Hola Akira ¿Cómo se portó mi hermano?— saludo con un pequeño abrazo a la mencionada, está correspondió.

—Ya sabes, es un problema andante— sonrío mientras negaba con la cabeza, un "¡te escuché!" del más joven se escuchó de fondo mientras subía las escaleras a su habitación.

—¿Te quedas a cenar? Sabes que no es problema— ofreció el más bajo mientras empezaba a caminar a la cocina notando que sobre la mesa ya había un olla, de ella salía humo.

—Yo ya lo había hecho Sam, Guille ya comió al igual que yo— sonrió la beta y camino a su lado dejando un beso en su mejilla —Me voy, no quiero que Nieves se quede otro rato sola— y sin más, tomo su abrigo de una mesa al lado de la puerta y se fue.

#Rubegetta Month 2021 (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora