Capítulo 6

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La situación se había complicado para el pueblo de Asgard dado que Padre de todo había caído en el sueño de Odín en situaciones de una próxima guerra, Thor el príncipe había sido desterrado por negligencia y el trono de la ciudad dorada se encontr...

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La situación se había complicado para el pueblo de Asgard dado que Padre de todo había caído en el sueño de Odín en situaciones de una próxima guerra, Thor el príncipe había sido desterrado por negligencia y el trono de la ciudad dorada se encontraba a su suerte. Y dadas la situaciones la diosa guerrera decidió prolongar su regreso a su natal hogar para proteger a Asgard de una inminente guerra con Jötumheim.

A los dos días siguientes del destierro del principe Thor y la tragedia del inesperado sueño de Odín no se volvió a ver al príncipe Loki por los pasillos rondando con su pomposidad, ni mucho menos se escuchó rumor alguno sobre las concurrencias de los ciudadanos, a su vez se susurraban entre pasillos las numerosas tragedias que la familia real estaba pasando las cuales fueron controladas de inmediato por la Valkiria que había tomado cartas en el asunto de cada situación en el palacio por petición del consejo del rey y la reina. Sus consejos sobre la seguridad de Asgard fueron tomados de inmediato y las proposiciones de hacer las pases una vez más con los Jötums estaban en proceso con el consejo del rey y la reina que apesar de todo no deseaba apartarse del lecho de su marido.

Y dicho esto era tanta la carga que poseía la princesa Serena que nunca tuvo tiempo de visitar a su padre en su sueño, y eso lo agradecía de cierta manera pues la relación que poseía con la familia real se había perdido tiempo atrás ya que en el fondo la joven se sentía forastera en ese palacio y entre su gente apesar de la admiración que le tenían a ésta. Pero aún así no existía un recuerdo cercano en el cuál ella se sintiera aceptada y conforme caminando por los pasillos tranquilamente como si todo estuviese en orden y nada malo pasaría, dejando atrás adversidades, ese sentimiento se había perdido y era muy difícil de recuperar según la pelinegra, por esa razón deseaba mantenerse ocupada en las situaciones que si podía controlar y conocía perfectamente bien "la guerra".
Sin embargo ella debía y deseaba en el fondo de su corazón estar a lado de su padre sin temor al pasado, a las decisiones que se habían tomado o los errores que se cometieron. Así que sin más preámbulo se encaminó hacia la gran habitación de sus padres con paso firme reluciendo esa hermosa armadura plateada con cuero púrpura haciéndola resaltar sus cabellos largos y ondulados que le daban un aspecto angelical pero la presencia imponente de toda una guerrera.

Una vez enfrente a las puertas doradas, los guardias que ella misma colocó para protección le dieron paso sin objeción o pregunta, dejándola ver en aquella cama a un dios cansado a lado de su esposa cansada y sufriendo por la ausencia de su amado. Dispuesta se encaminó con paso sigiloso para no despertar a su madre que reposaba la mitad de su cuerpo en la cama real y observó a su predecesor con nostalgia y preocupación, después de todo ese tiempo por fin vio el estado en el que se encontraba lo que le provocó un impulso de querer hacerse presente para él, con un toque y aún que titubeó al final agarro la mano de su padre con fervor, como si en cualquier momento la apartarsen de él. Así pues dejó a un lado su juramento y se postro como hija a su lado como su madre lo estaba haciendo desde que el tomo el sueño, dejando que unas lágrimas por fin salieran de sus hermosos ojos resbalando por sus mejillas; cuál amargas sabían, cuánto dolor podía sentir una joven siempre que existía algún reencuentro con su familia preguntándose ¿Por qué?

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