📖CUARENTA Y SEIS📖

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-Kai... Kai...

Alguien me sacudía delicadamente el hombro, estaba tan dormido que no podía saber si era mi madre o mi padre. Quería seguir durmiendo un poco más... Momento... Me había quedado dormido, no guarde el diario y si... Antes de siquiera pensarlo me levante de golpe sobresaltado.

-tranquilo, tranquilo - me detuvo mi madre, estaba sentada a mis pies.

Mire por toda la cama hasta que encontré el diario envuelto en mi cobija lejos de la vista de mi madre. Suspiré.

- ¿estas bien? ¿Soñaste feo de nuevo? - me pregunto preocupada por mi reacción.

-¿eh?... No, solo crei estar en otro lado - mentí aparentando estar adormilado.

-ya veo, bueno pues estas en tu cama y aunque es temprano ya debes levantarte, debes estar listo en una hora - dijo Ami, dio unas palmaditas en la cama y se levantó - el desayuno te espera, baja primero y después te preparas.

Y sin más salió de mi habitación. Me deje caer en la cama, casi me daba un infarto. Había tendió un sueño, nuevamente uno alegre de la juventud de mis padres, deseaba que se cumpliera o que haya sido así, quizás fue por lo último que había leído, pero como fuera, esperaba mucho.

Aún con aquel buen sueño en la mente, me levante perezosamente de la cama y baje rápidamente a desayunar. Levi estaba listo para salir con su uniforme de soldado, bebía su habitual taza de té mientras leía el periódico y Ami, me esperaba pacientemente.

-ya que irán a la ciudad, podrían comprar las cosas de esta lista - dijo mi madre cuando yo estaba a medio desayuno.

-¿de nuevo tendré que hacer las compras? - se quejo mi padre dejando su periódico de lado.

-si, ya sabes que no me gusta hacerlas - le recordó mi madre.

La verdad, a ella le costaba demasiado pararse de vez en cuando en la ciudad, de ambos era la que más sufría el tener que ir. Ahora entendía el porqué.

-de acuerdo - aceptó Levi resignado.

Todo era tranquilo y normal, parecía cualquier lunes y como cualquier lunes, después del desayuno subi apresuradamente a preparame: arregle mi cuarto, me di un baño y me puse algo no tan informal ya que iría al trabajo de mi padre. Pará cuando volví a bajar, Ami estaba preparándose para salir a cuidar el jardín, me hecho una mirada y se acercó.

-y yo que creí que no volvería a ver a Levi de niño - me dijo con una gran sonrisa mientras me revisaba la ropa.

No era nada en especial, solo un pantalón azul marino, una camiseta negra y sobre ella una camisa blanca desabotonada, con mis zapatos de siempre. Supongo que mi elección me hacía parecerme mas a mi padre y de alguna forma, pensarlo así, me hizo sonreírle de vuelta a mi madre. Levi apareció desde su estudio, llevaba consigo su portafolio.

-¿ya llevas todo? - le pregunto Ami amablemente.

-si, tus papeles y la lista de compras -le respondió mi padre acercándose a la puerta.

-bien... - aceptó mi mamá volviendo la vista a mi, sonrió maquiavelica y se lleno unos dedos con saliva para después acomodarme el cabello.

-¡agh, mamá no! - me queje intento hecharme para atrás.

Cada mañana, antes de irme a la escuela hacia lo mismo, intentaba peinarme con sus manos y un poco de saliva, cosas de madres.

-solo un poco, vamos... - comenzó a decir riendo -... Listo, ya estas guapo.

Me dio un beso en la frente y se puso de pie, acercándose a mi padre. A este, también le reviso la ropa, el uniforme no habia cambiado demasiado en los últimos años, de hecho era el mismo solo que sin el equipo de maniobras; yo rara vez había visto a mi padre usándolo, generalmente cuando salíamos a la ciudad en época escolar el hiba con traje negro o azul oscuro, verlo con el uniforme era tan raro que no podía evitar quitarle unos años y unas cicatrices de encima en un intento por ver como lucia de joven.

-casi olvidaba lo bien que te queda ese uniforme - soltó mi madre mientras se alejaba un poco para ver si el pañuelo que mi padre siempre llevaba ya estaba en perfecto estado. - aunque el negro luce mejor.

-deberías decírselo a Historia - se quejo mi padre, ambos habían usado el aquel uniforme casi toda su vida, no le tenían mucho aprecio pero si debían usarlo lo usaban.

Ami sonrió divertida, de alguna forma el pedir el permiso de Historia se había vuelto una especie de broma entre la legión, no estaba seguro de porque pero así era.

-los veré en un rato - nos despidió Ami, le dio un beso corto en los labios a Levi y este salió por la puerta.

Luego yo me acerque despidiendome con la mano emocionado.

-cuida a tu padre, hazle caso y no dejes que ninguna mujer intente raptarlo - comentó mi madre bromeando mientras salíamos del jardín.

-tu lo hiciste cuando niños, no creo que exista otra persona igual de demente - le respondió Levi deteniéndose a medio camino para que ella lo escuchara con claridad.

-mucho cuidado, Miaullatan, aún puedo hechar tus cosas a la calle - amenazó Ami.

Esta debía ser su rutina diaria. Mi padre chasqueo la lengua a modo de queja y siguió avanzando, solo para un par de metros más adelante detenerse y girar para despedirse con la mano. Yo lo estaba siguiendo de cerca, pero cuando hizo lo último, no pude evitar recordar la primera misión de Levi, se me encogió el corazón. Me adelante hasta llegar a su lado, no era un largo camino a la estación del tren, aunque los nervios me hacían sentir que sería eterno.

-¿con que  mujeres intentando raptarte? - comenté para sacar platica, el silencio seguía siendo mi enemigo. Además, el comentario de Ami me recordó a Derek.

-exagera - fue su respuesta despues de chasquear la lengua.

-no lo creo, la tía Hange dice que eras muy popular en tu época de soldado - comenté, en realidad no sólo Zoë lo decía, Eren también solía bromear con que todas morían por el famoso capitán Levi.

-también exagera - negó mi padre sin inmutarse.

-ya veo... - acepte sin decir más, aunque la sonrisa burlona de mi rostro me delató enseguida.

-¿no vas a insistir?

-no, con algo tan trivial prefiero la versión de la tía Hange, suena como la verdad para mi - le respondí sin dejar de sonreír. A como era mi madre, a como Hange describía a mi padre, la verdad estaba seguro de que Levi era más que popular en la legión y seguramente Ami habria tenido bastantes celos.

-la verdad esque es a tu madre a quien deberías cuidar de que no se le acerque ni un alma - comentó Levi, por su tono parecía decirlo en serio.

Lo mire un instante incrédulo, ese debía ser mi padre celoso, por lo menos a pequeña escala. Poco a poco mi sonrisa se agrando hasta concluí en una carcajada, no podía evitarlo, era demasiado gracioso.

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora