Capítulo 27: Parte dos

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Parte II

—¿Estás bien? Te noto incomoda —me pregunta alzando su voz para no ser opacado por el resto de rebeldes.

Mark está frente a mí, sus gestos me dejan más que claro que se siente angustiado y posiblemente aturdido por los gritos de este montón de lunáticos.

—Estoy bien... —murmuro.

Nos mantenemos una fracción de segundos sosteniendo nuestras miradas, pero la apresurada voz de Anderson nos interrumpe.

—Tu padre está demente, ha echo todo esto para alterar a su propia comunidad haciendo que sus ganas de pelear aumenten —Anderson suspira y noto como varias gotas de sudor ruedan por su frente. Estar en este lugar es sofocante. —. Nunca le dije que debíamos acudir a la guerra de forma precipitada, simplemente...

—Iniciaremos los preparativos, les ordeno que los que quieran ser parte de esta lucha por la libertad de los esclavos, comiencen a entrenar sus más preciadas habilidades —indica Edward desde la cima de la tarima mientras recorre esta con los brazos cruzados sobre su pecho, a su lado, merodean unos cuantos más que al parecer son ¿sirvientes? —. Esos guardias de esa plantación no se saldrán con la suya, han secuestrado a pertenecientes del centro de cabañas y de seguro, las desapariciones de los niños de esta comunidad también tienen que ver con lo que sucede en ese lugar.

Mi cabeza comienza a dolerme por todo el ruido presente, sentía que iba a desmayarme y por lo tanto perdí el equilibrio, segundos antes de caer al suelo, Mark toma mi brazo y me sostiene con fuerza mientras me rodea con sus brazos, en forma de abrazo. Su cálido pecho es reconfortante y no puedo dejar de fijarme en sus ojos que brillan por el sol resplandeciente que se encuentra sobre nosotros.

—¿Tania estás bien? —me pregunta Anderson con el ceño fruncido y toca mi hombro.

—Obviamente estoy bien, casi me desmayo —formo una sonrisa pícara en mi rostro, y veo como a Mark le ha hecho gracia, situación que por alguna extraña razón me hizo sentir orgullosa, como si realmente amara ver su sonrisa en aquel rostro que para mí, es perfecto.

—Mark, ¿puedes hacerme un favor? —le pregunta Anderson a él —. Saca a Tania de este lugar, apartala del ruido que yo de Edward me encargo.

Asiente con la cabeza agarrándome del brazo, comenzamos a avanzar empujando a los demás rebeldes de la zona, observé como Anderson subía a la tarima para reprender a Edward que al parecer le sonreía maliciosamente, como si le gustase ver como su comunidad se vuelve loca. No sé lo que Anderson pretende hacer, pero espero que esto termine pronto.

Mark me sujetó con fuerza y seguimos nuestro camino hacia la pradera que conectaba hacia el centro de cabañas. Nos alejamos de los edificios y del bullicio, encontrándonos en un lugar tranquilo y frente a un paisaje hermoso.

—¿Qué haremos ahora? —le pregunto frunciendo el ceño.

—Creo que esperar a que mi padre entre en razón consigo mismo... Sé que lo que él ha hecho no estuvo bien, entiendo que te hayas sentido incómoda —él camina de un lado a otro pensativo —. Lo cierto es que ha estado esperando mucho para utilizar sus habilidades, ha logrado recuperarse y ahora solo quiere pelear.

Él resopla con frustración y se recuesta sobre el césped fijando su mirada únicamente en el cielo azul inundado de nubes.

—¿Por qué tu padre es así?

Dudosa, me acomodo sobre el césped quedando a su lado, nuestras miradas se encuentran nuevamente y siento como el aroma de las flores que están a nuestro alrededor penetran en mi nariz.

Signos Elementales #TA2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora