Mi papá un día me ofreció si quería ir todos los sábados a las clases de equitación de mi tía Celina, acepté con mayores ganas de ir allá. No podía aguantar más tiempo para que llegue el maravilloso, intrigante, espectacular sábado.
Llegó el esperado sábado.
Mi papá me llevó al campo de mi tía, tenía muchos nervios.
Lleguamos. Mi tía me estaba esperando en un sillón que estaba bajo una glisina que pasaba por unas parades de un hermoso color bordó.Ella me estaba esperando con una chica la cual no me imaginaba el nombre. La saludé a Celina y lugo a la chica que resultaba llamarse Constanza.
Después de unos minutos de que mi papá charlara con las chicas me distraje viendo el lugar, cuando una enorme camioneta entraba al lugar. Los dueños se bajaron y se acrcaron a nosotros.
Mi tia nos presentó, el padre de los niños se llamaba Harry, la niña que parecía ser la más grande se llamaba Ana, y sus hermanos (supongo que lo eran) Simón, que parecía ser el del medio, e Isolde, supongo que es la más pequeña.
Con Ana y Constanza nos hicimos amigas, charlamos un rato de los caballos y cosas así. Por el momento Ana y Constanza eran mis amigas.
Comenzó la clase, me sentia con mucho miedo de caerme o algo por el estilo, pero tenía que tenerme confianza para no hacer el ridículo enfrente de mis nuevas amigas.
Era raro viví hasta los tres años en un campo y luego lo vendimos para comprar una casa en la ciudad, pero me preguntba por que no me tenía la suficiente confianza para subirme a un caballo.
Terminó la clase y me animé a preguntarle a me tia como lo había hecho:
-Y, Celi cómo me fue? Cómo lo hice? -Mi tía rodó lis ojos y me dijo:
-Muy bien para ser tu primer clase-Noté muy claro su sarcasmo, pero sabía que si me esforzaba lo podría lograr.