A Love Without A Future

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Aún recuerdo todo.

Cada minúsculo detalle, cada gozo, cada llanto, cada saludo y, sobre todo, cada despedida.

Todo inició cuando tan solo tenía 14 años. El día era especial, tanto que su hermano mayor había olvidado por unas horas su ardua rutina laboral para ayudar a su papá a limpiar la casa en espera de la ansiada invitada.

El señor había estado saliendo a sus espaldas con una mujer durante meses hasta que una semana antes les contó de su existencia, ya que ella deseaba conocer a la familia de su pareja. Él se veía realmente contento y ellos no pudieron hacer más que aceptar, después de todo su progenitor sufrió demasiado en el pasado, merecía su felicidad.

La ligera brisa entrando por la ventana, su piel sintiendo la madera de aquellos escalones donde se situaba y sus ojos atentos a la aparición de la mujer.

— Ash, ¿qué te pasa? —dijo alegremente su medio hermano mayor al pasar y sentarse junto a él. Con ambas manos, revolvió los gringos cabellos del menor que lo apartaba rigurosamente.

— No me molestes, Griffin —gruñó con aniñado tono.

— ¿Qué te sucede, hermanito? —lo miró fijamente, suspiró y comprendió en sus adentros— ¿Estás preocupado por la novia de papá?

Ash guio sus ojos de su hermano al suelo. Para su mala suerte, el castaño lo conocía más que nadie en el mundo, siempre fue así. Su lazo era muy poderoso, no solo porque eran medio hermanos, eran el amigo que necesitaban en las buenas y en las malas.

— ¿No tienes miedo? —habló entre dientes.

— ¿Miedo a qué?

— Tú sabes que... Mi madre fue una mala mujer, ella dejó botado a papá y a nosotros ¿Y si papá se encariña tanto y terminan dejándolo otra vez? —abrazó sus piernas con abatimiento.

No recordaba para nada a la persona que lo dio a luz. Él únicamente tenía 2 años cuando ella se marchó sin decir nada más, simplemente tomó sus maletas y sin temor, pasó por el umbral de su casa para nunca más volver pasando por alto el daño que causaría. Aunque su padre muchas veces dijera que no debía sentirse culpable, no podía evitarlo.

Su mente almacenaba las desalentadoras y vacías miradas que el peligris le entregaba al contemplarlo, muchos que conocieron a su progenitora decían que Ash era su copia en miniatura. Sus incomparables ojos, sus dulces labios, su dorado cabello, su determinada mirada; todo era idéntico a ella.

No la odiaba, pero jamás podría olvidar como la mujer que debía ser la más importante en su vida se fue convirtiéndose en su primera gran decepción.

— Escúchame, Aslan —susurró con gentileza posando una mano en su hombro haciendo que lo observé directamente— Es verdad que tal vez papá salga lastimado, pero también hay una probabilidad de que sea feliz junto a alguien que desea. Él ya pasó muchas cosas, no tiene miedo de arriesgarse y eso me reconforta. La vida es tan única, estancarse sería un pecado.

Sin duda alguna, su hermano era muy sabio al usar las palabras a su favor. Si él estaba bien con la idea de una nueva persona ingresando en sus vidas, no tendría miedo. Se escucharon tres regulares golpes en la puerta de su hogar, Jim bajó con rapidez dedicándole una rápida ojeada a sus hijos para dar una extensa bocanada de aire y finalmente, abrir ante su invitada.

El peligris sonrió de inmediato ante su amada, pero instantáneamente su expresión se convirtió en una de sorpresa mientras se inclinaba un poco y murmuraba algo encantadoramente. Ash y Griffin se miraron entre ellos al ver su reacción y se levantaron esperando el siguiente movimiento.

SUAVE LUZ [Banana Fish]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora