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Denis siempre sería alguien totalmente indescifrable, si recuerdo lo que dije hace algunos meses pero me equivoqué ella no es un libro abierto es una historia cerrada por miles de candados

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Denis siempre sería alguien totalmente indescifrable, si recuerdo lo que dije hace algunos meses pero me equivoqué ella no es un libro abierto es una historia cerrada por miles de candados.

—Ya me vas a decir ¿en qué tanto piensas?— pregunto Slade a mis espaldas, tenía un cigarrillo en sus labios.

—¿No es obvio?

—Okey, ya no puedo seguir viéndote sufrir así que dime ¿porque te gusta tanto si sabes que nunca van a poder estar juntos?— le dio una calada y luego soltó el humo— ella está demasiado rota.

—¿Para qué respiras, si sabes que vas a morir?— pregunté, Slade no se sorprendió sabía que era obstinado y egoísta cuando quería algo.

Ese algo era exactamente una persona, una chica que me volvía completamente loco, Denis Peiton, nunca comprendería como había llegado a amarla a tal grado de dar todo por ella.

—Sabes deberías ir a hablar con ella— exclamó Slade con una sonrisa lo cual me extrañó.

Baje las escaleras hasta llegar al apartamento, encontrándome con Cris acariciando a Zeus.

—Hey amiga mía que adoro con el alma ¿sabes dónde está Den?— Cris era mi amiga hace muchísimo tiempo, eso ocasionaba todo tipo de apodo entre nosotros.

Cris sonrió ampliamente— abajo esperándote en tu motocicleta.

¿Con mi bebe? Ahora es cuando comienzo a rezar para que Den no este furiosa y no le haya hecho nada a mi hermosa bebe.

Baje las escaleras que quedaban rezando y pensando todas las maneras posibles para disculparme por algo que no sabía que había hecho, haría cualquier cosa por mi motocicleta.

Pero la imagen que me encontré era muy distinta a la que tenía en mi mente, en verdad Den estaba con un vestido floreado y una campera de cuero, una hermosa sonrisa aparecía en su rostro.

—Quería ir a pasear ¿me acompañas?— exclamo, Den era alocada, impulsiva y muy orgullosa, pero de tras de ese fuego que emanaba existía un gigantesco corazón.

—Yo conduzco — subí delante de ella, Den rodeo mi pecho con sus brazos, dejándome sentir todo el calor que emanaba su cuerpo.

—Vamos a donde tu decidas— murmuro en mi cuello, dejando que una una corriente de electricidad recorriera todo mi cuerpo.

—A sus órdenes reina.

Arranque la motocicleta, sabía exactamente a donde la llevaría, un lugar mágico o al menos lo haría mágico.

El viento choco en nuestros rostros, andar en mi motocicleta con ella agarrándome fuertemente se sentía perfecto, como si no importaba a dónde íbamos solo quería que este momento durara eternamente.

Luego de pasar varias cuadras, calles y coches, estacione la motocicleta frente a un teatro abandonado, el cual ya había entrado varias veces.

—Interesante opción de lugar.

Mi vida a través de tus ojos  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora