Capítulo 46

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Aria

Ha pasado una semana desde lo ocurrido con Eiren y los chicos en el bar y todavía sigo sintiéndome culpable. Una angustia intensa se ha instalado desde aquel día en mi cuerpo y no tiene pinta de que quiera desaparecer. Hace un par de días Eiren me envió un mensaje, cosa que me dejó en shock por unos minutos, en él decía que estoy invitada a la fiesta de hoy que organiza en su casa y que quiere hablar conmigo en la misma fiesta para arreglar las cosas, desde que lo leí los nervios se han apoderado de mí y no puedo sentir nada más que eso.

Cuando veo que ya es casi la hora de la fiesta subo a mi cuarto para empezar a prepararme, no tengo nada planeado pero improvisaré. Cierro la puerta tras de mí y me dirijo al armario, hago una vista rápida de todo y pienso unos segundos en que debería ponerme para la fiesta. Un vestido sería lo más indicado para el momento, pero no me apetece ir súper incómoda en un vestido estrecho hoy, así que por descarte opto por ponerme unos pantalones tejanos negros cortos y un top blanco con pequeños detalles negros. Me maquillo rápidamente y decido dejarme el pelo suelto. Miro el reloj de mi pared y marca las 10:30 pm por lo tanto cojo mi móvil y las llaves de mi coche, bajo hasta el salón y me encuentro con mamá que está en el sofá leyendo un libro.

-Me voy.- me acerco a ella y le doy un beso en la mejilla para despedirme.

-Adiós hija.- me devuelve el beso y me dirijo hacia la puerta que da al garaje, pero antes de abrir la puerta mamá me dice.- Por cierto, no vengas muy tarde porque por la tele han dicho que hoy habrá tormenta y no me gusta que vayas con el coche lloviendo.

-Vale mamá, te quiero.- me despido finalmente de mi madre.

-Y yo hija.- me contesta.

Me subo al coche, abro la puerta del garaje con el pequeño mando que tengo en el llavero y salgo hacia la casa de Eiren.


***


Después de estar unos 15 minutos conduciendo llego a mi destino, aparco el coche en la acera y veo que ya hay varios coches aparcados. Me bajo, cierro con llave y me dirijo hacia la puerta, la cual está abierta porque en la entrada hay varias personas hablando entre ellas y con vasos en sus manos. Un gran sonido aparece antes de que cruce la entrada de la casa de Eiren, elevo la mirada y veo el cielo cubierto de nubes grises, mamá tiene razón va a llover y mucho.

-Hola.- saludo a la gente del porche y ellos me devuelven el saludo con un movimiento de cabeza, aunque no me conozcan ni yo a ellos.

Dentro hay mucha gente, pero no tanta como para no poder moverte por el lugar, hay varios grupos esparcidos por la casa, algunos están en la cocina jugando a dios sabe que, algunos por el salón y algunos por el jardín. Intento encontrar a Eiren con la mirada, pero no la veo por ninguna parte, me fijo que en una esquina del salón hay como un pequeño escenario montado como con una caja negra dura y al lado tiene un micrófono, no sé muy bien para qué quieren eso pero ellos sabrán.

Sigo buscando alguna cara conocida hasta que después de un par de minutos veo a Eiren hablando con Emily y otra chica, me acerco a ellas con lentitud porque no me atrevo a hacerlo, pero tengo que intentarlo para eso he venido para arreglar las cosas con todos, sobre todo con Eiren que es la más afectada en todo esto. Me acerco a ellas y veo como Emily centra la mirada en mí y deja de hablar hasta que llego a ellas.

-Hola.- digo tímida sin saber qué hacer.

Emily me devuelve el saludo con la cabeza y bebe de su vaso y desvía la mirada de mí, Eiren, la cual está de espaldas a mí, se gira para quedar ahora cara a cara con ella.

Sensaciones entrelazadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora