A la mañana siguiente William se arropo en un mar de vestiduras mal gastadas y sin vida, con la esperanza de llevárselas durante el inoportuno trabajo que se le había encomendado, llevándose así el traje más corroído de todo su closet. Francis parecía estar a punto de cerrar su almuerzo matutino cuando su muchacho parecía llevarse el ultimo emparedado tostado a la boca como un can con su hueso.
-Vámonos- exclamo en su voz toca con el pan entre dientes.
Mónica y Carol devolvieron un gesto de aceptación, mientras ella parecía impartirle clases de aritmética en la mesa de centro. Francis siguió su espalda y ambos se aventuraron a su nueva jornada laboral. Las calles parecían notarse más vivas que de costumbre como si el mórbido mundo hubiese muerto en vergüenza propia. Los civiles caminaban en sintonía como esqueletos motorizados, vehículos conduciéndose en el denso asfalto y a un peculiar niño promocionando periódicos a los interesados hombres y mujeres de la avenida.
No repararon en ingresar en el West Mirdklein un tren de vapor que parecía arrasar por los cientos de vías interestatales de Londres, dentro de la cubierta divisaron los edificios que parecían levantarse en vida propia, mientras se recorrían como estructuras andantes en su gran esplendor.
Tras volver a pisar tierra abajo. Siguieron su virtuoso camino hasta escuchar un fuerte estallido seguido de un coro de risas, gritos y aplausos alegres animando la calle central a unas cuantas calles a su paso. Precipitado por el deseo de averiguar qué estaba pasando, William ingreso perspicazmente hasta encontrarse con una multitud de gentío a los costados de la avenida Carnaby Street.
Permitiendo el acceso a lo que pareciera ser un singular desfile de atracciones. Serpentinas multicolores brincaron acorde a las vibraciones de los sonoros golpes de los tambores. Mientras diferentes carrozas, caravanas y carruajes de pintarrajeados colores sembraban alegría a todos los civiles.
Bailarines haciendo acrobacias, caballeros celestiales marchando al son de la música y majestuosos magos lanzando diferentes estocadas de hechizos atractivos a sus pasos, centellas de rayos, fuego y al menos unos goteos de lluvia como si se tratase de una fuente enriquecedora. Los niños eran los más activos a admirar el espectáculo, algunos tomaban asiento en los hombros de sus padres para presenciar mejor el evento. William era joven por naturaleza, sin embargo, ese contento se expandió como un emocionante infante frente a sus ídolos.
Una voz aguda de una sonriente mujer resonó desde un megáfono audible en todo su esplendor, dando la crucial mención de las presentaciones a su paso. "Dichosos honores tengan todos ustedes, en una modesta pero cálida presentación les damos un fuerte aplauso a nuestros orgullosos y respetables Caballeros Celestiales, ejemplares de su ardua valentía contra las mortíferas garras del mal, pero sobre todo símbolos de grandeza. Recibamos a cada una de las gestas de poder." A continuación, dieron entrada diferentes caravanas cada una de un color distintivo, sus trajes se asimilaban a su clan, mientras daban amables muestras de afecto en breves ademanes de despedida.
-El desfile de inauguración, vaya que este año se lo tomaron con sorpresa- estimulo Francis a sus espaldas, dando una entrada muy poco convencional.
El joven no respondió, su única concentración se reducía en apreciar a todos esos caballeros que habían dado la vida por un bien mayor. Al final una gesta de un color verde amazónico dio reverencia y saludos a todos los involucrados. Pero para su descontento uno de ellos causo mucho impacto dentro del perspicaz muchacho. El mismo sujeto que lo había atrapado en los callejones del Bazar Darkhold y quien le había dado un perdón ciertamente de mala gana. Este diviso a lo lejos al revoltoso joven, en un cruce de miradas despabiladas. A lo que el caballero al darse cuenta devolvió el gesto con una forzada mueca de desaprobación al muchacho.
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Trueno nocturno y el resurgir de la espada
FantasyLondres 1940, la humanidad se encuentra al borde del colapso. La guerra entre los Caballeros celestiales, una facción de héroes con habilidades únicas y la Real sangre escarlata, una orden de vampiros de Elite con deseos de derrocar el fin de la raz...