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8 de febrero 1974, 3:47AM

Yang Jeongin nació el 8 de febrero de 1974, su nacimiento se complicó un poco, era como si él no quisiera salir del vientre de su madre, era imposible que su cabeza saliera por la feminidad de la joven Choi.

Claro, su madre solo tenía 17 años cuando al bebé le dio un ataque de querer patear todo dentro de ella. No estaba preparada para eso. La verdad... ¿Qué mujer lo estaría?

Su padre de la misma edad, tomaba fuertemente de las manos de su amante, dándole ánimos y en uno que otro caso algunas lagrimas salían por sus ojos fluyendo libremente por su rostro. No soportaba verla así, tan débil y vulnerable, ese bebé la estaba lastimando.

Al rededor de unos 30 minutos, el pequeño Yang logró salir con vida de su antiguo hogar, pero, aquel no lloraba, ni gritaba, no se movía, realmente respiraba a duras penas.

ㅡ¡Srta. Kim! ¡Lleve al bebé a emergencias, su corazón no está funcionando!ㅡla joven Choi que se encontraba recomponiéndose de aquel momento y el joven Yang que limpiaba el sudor de su novia escucharon las palabras del doctor y una pizca de esperanza saltó de alegría en sus interiores. Tal vez, solo tal vez, no tendrían un hijo.

No podían culparlos, eran tan solo unos niños descubriendo su sexualidad y cometiendo errores, obviamente un bebé no estaba en sus planes, si tan solo en Corea el aborto fuese una opción no se encontrarían en aquella situación, pero la esperanza era la único que perderían.

(...)

''Lo lamento, no puedo hacer esto. Cuida de él porque no volveré'nunca más'

Era lo que decía en la nota que había dejado la madre de Jeongin cuando huyó de casa meses después de que el doctor anunciara a la pareja que la vida de el bebé había sido salvada.

ㅡLamento decirles que el bebé nació con una especie de arritmia ligera, pero aún así afecta a los latidos de su corazónㅡla joven Choi lloró en aquel momento y no precisamente por la enfermedad de su hijoㅡTranquilos, el pequeño está a salvo pero necesita empezar un tratamiento para mantenerlo estableㅡfue lo que dijo el doctor al diagnosticar a Jeongin.

Su abuela lloró por mucho tiempo luego de tirar a la basura el papel pegado con un imán al refrigerador, ¿Qué le diría a Jeongin cuando creciera? ¿Como explicaría que sus padres lo abandonaron sin una pizca de resentimiento sin hacerle sentir mal?

ㅡTranquilo, Jeongin-ah, te mantendré a salvoㅡsusurró la mujer de cabello canoso al bebé que yacía dormido en sus brazosㅡJamas notaras su ausencia.

(...)

Aquel día en el hospital se tornaba frívolo, era la octava consulta que tenía en lo que iba de marzo, algo en Jeongin no iba bien.

ㅡJeongin, algo está fallando en tu corazón, los tratamientos... No están resultandoㅡlos ojos vidriosos del doctor que ha estado cuidando de él desde su nacimiento hizo que el pobre Jeongin de quince años temiera por su vida.

ㅡEso quiere decir que...ㅡel castaño quería tapar sus oídos y no escuchar lo que se venía.

ㅡEso quiere decir que no te queda mucho tiempo de vida...ㅡComo un balde de agua fría cayendo en su cuerpo durante inviernoㅡ...no puedo decir cuanto tiempo exactamente, pero, no mucho más de medio año, quizás.

Todo sucedió en cuestión de segundos y ya luego de unos meses Jeongin no pudo decirle a su abuela lo que se venía, mucho menos a Hyunjin y a Jisung. Dejó de tomar sus medicamentos ¿Qué sentido tenía si dentro de poco su cuerpo estaría incinerado y nadie lo recordaría en unos cuantos años?

Aquella tarde lluviosa donde Hyunjin lo acunó en sus brazos y lo hizo sentir vivo como nunca jamas se había sentido, juró que le diría y luego se alejaría.

Pero... ¿Quien pensaría que luego de unas horas ya Jeongin se convertiría en el pasado del rubio?

(...)

El gran vacío que se sentía esa mañana era inexplicable, parecía que la naturaleza sabía todo lo que había pasado esa madrugada.

El sol estaba escondido por nubes grises y el viento era frío como en invierno.

Todos estamos destinados a morir, es el ciclo de la vida eso se sabe, algunas veces mueres muy joven y otras demasiado viejo, unas muertes suelen ser dolorosas y otras suaves. Aunque Jisung quería convencerse de que todo pasa por algo y si el destino quería llevarse a Jeongin tan pronto era por alguna razón, él solo quería conocer a ese tal destino y mandarlo a la mierda, quería gritarle y decirle lo injusto que era, ¿Si Dios existía por que se tuvo que llevar a una persona tan pura y amable de este mundo? Por mucho que pensaba no lo entendía.

Extrañaba a Jeongin, solo habían pasado 12 horas desde que había muerto pero él sentía que no lo veía desde hace años, quería abrazarlo, decirle que lo sentía y que Hyunjin y él lo amaban con cada partícula de su ser, pero eso no era posible, su cuerpo ya estaba vuelto ceniza y él ya no existía en ese mundo.

ㅡCariño.ㅡEscuchó la voz de su madre y la puerta de un auto se escuchó cerrarse.

Hyunjin y Jisung permanecían sentados en una banca, después de haber dejado a la tía de Jeongin a cargo de la cremación tuvieron que dirigirse a las cabañas para esperar a sus madres e ir a casa.

La Sra. Han venía con la madre de Hyunjin, quizás los dos estaban cansados, quizás Hyunjin tenía problemas con su madre pero en el momento en que sintieron sus brazos rodeándolos en un fuerte abrazo sintieron por unos segundos que todo volvía a ser como antes, se sentían reconfortados, tanto que podían sentir que Jeongin seguía por ahí riendo con aquellos ligeros hoyuelos que se marcaban a los lados de su nariz.

ㅡLarguémonos de aquí.ㅡSusurró la madre de Jisung rodeando sus hombros con el brazo guiándolo al auto.

Cuando Jisung estuvo a punto de abrir la puerta del convertible pudo notar una cabellera naranja dirigirse hacía él.

Era Minho.

Su respiración estaba agitada de correr tan rápido, sus ojos estaban apagados y sus hombros caídos.

Jisung se acercó lentamente a él con una expresión triste.

ㅡHola, Han Jisung.ㅡMinho le regaló una sonrisa de lado.

ㅡHola, Lee Minho.

Minho acercó sus manos a su rostro y acarició sus mejillas, Jisung pudo sentir como su corazón se rompía un poco más y como una lagrima bajaba lentamente por su mejilla.

ㅡEsta bien.ㅡSoltó Minho haciéndole entender que su dolor era valido y que contener sus lagrimas no lo ayudarían en nada.

Jisung se lanzó fuertemente a sus brazos y escondió su rostro en el hombro del pelirrojo dejando todos sus sentimientos en él.

ㅡTe extrañaré.ㅡSusurró Minho.ㅡCuando llegue a Busan correré a llamarte, por los momentos no olvides mi voz.

Jisung se separó lentamente dándole por ultima vez una vista a aquellos ojos que tanta fuerza le daban.

ㅡTen.ㅡMinho extendía su mano con una bolsa amarilla en ella.-Pronto nos volveremos a ver.

Jisung abrió la bolsa que contenía aquella cámara instantánea que alguna vez le había mandado a Minho y una cuantas fotos.

En unas estaba Minho haciendo muecas, pucheros y demás, otras eran de gatos y comida, y una ultima era las espaldas de Hyunjin, Jeongin y él.

Jisung limpió suavemente sus lagrimas y se separó poco a poco de Minho, le regaló una sonrisa sincera y llena de nostalgia para luego correr de regreso al auto.

Jisung creyó que mientras más rápido se separara de él menos le dolería, pero la verdad es que su lejanía lo hacía quebrarse muchísimo más.

Necesitaba a Minho y Minho lo necesitaba a él, eso era todo.

secret friend [pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora