UN JUEGO DEL DESTINO DEL ODIO AL AMOR

Capitulo 44

UN JUEGO DEL DESTINO
DEL ODIO AL AMOR 💘

CAPITULO  44

La castaña quedó dormida,  luego de tanto llorar la venció el sueño, no había nada en la habitación, así que se sentó en una esquina, y durmió contra la pared.

Sesshomaru:
Cómo va todo Inuyasha, ya sabes dónde se encuentra?

Inuyasha:
Todo está listo, pero no tenemos ninguna señal, tal vez lo tiene apagado pero estaremos atentos, lo prenderá en cualquier momento.

La noche era fría y bastante larga para el platinado, no podía más con la angustia y la impotencia, de saberse allí sin poder hacer nada por encontrarla, por salvarla, quería un trago, pero no era el momento, necesitaba mantenerse lúcido por si tenían noticias en cualquier momento, con todo lo que había pasado, se le había olvidado informarle a los padres de la castaña lo que estaba sucediendo, tomó su celular y se sentó en la sala, ya era tarde pero no importaba, deberían saberlo, y ante una noticia como esa, la hora era lo de menos.

Marco el número, esperando que le contestarán.

Empleada:
Buenas noches, familia Kishaba.

Sesshomaru:
Buenas noches, quisiera hablar con el señor Suikotsu.

Empleada:
Ya está durmiendo, quien lo llama ❓

Sesshomaru:
Soy Sesshomaru Taisho, el esposo de Rin.

Empleada:
Señor Taisho, en un momento se lo comunicó.

La empleada subió con el teléfono y golpeó en la recámara de los señores, salió Midoriko, abriendo la puerta algo enojada.

Midoriko:
Qué quieres, no te das cuenta la hora que es.

Empleada:
Disculpe señora, pero el señor Taisho está al teléfono, quiere hablar con el señor.

Suikotsu:
Pasa por favor, dame el teléfono.

La empleada paso a la recámara, dándole el teléfono a Suikotsu, para luego retirarse.

Suikotsu:
Sesshomaru pasa algo ❓

Sesshomaru:
Señor, le tengo una mala noticia, secuestraron a sus dos hijos.

Suikotsu sintió una punzada en el corazón, inmediatamente soltó el teléfono, no era hora de sentirse mal, sus hijos lo necesitaban pensó el mayor, cogió las pastillas de su mesa de noche y las tomó, lo último que quería, era estar en el hospital en un momento como éste, al darse cuenta de esto, midoriko tomó el teléfono.

Midoriko:
Sesshomaru, suikotsu se sintió mal, qué es lo que está pasando.

Sesshomaru:
Secuestraron a sus dos hijos.

Midoriko:
En este momento, vamos para allá.

Dijo esto colgando la llamada, no había tiempo de pedir detalles por teléfono, lo mejor era ir inmediatamente, y así saber que estaba ocurriendo.

El platinado fue a la cocina, necesitaba un café, sabía que su nana estaría allí, quería su apoyo en este difícil momento, mientras tanto los señores Kishaba, se arreglaban para salir inmediatamente hacia la mansión Taisho, el chofer los llevó, pues suikotsu no se sentía en condiciones para conducir, estaba muy nervioso, las calles estaban solas así que relativamente el trayecto fue corto, se bajaron del auto, los guardias les dieron pasó pues ya estaban informados de su llegada, la empleada abrió la puerta, guiándolos a la sala.

Empleada:
En un momento, el señor Taisho, estará con ustedes.

El platinado llegó con su andar pausado y elegante propio de él.

Dirigiéndose a la empleada.

Sesshomaru:
Por favor, trae café.

Tomó asiento y los puso al tanto de lo ocurría.

Suikotsu:
(Angustiado)
No puede ser, porque mis hijos, mi princesa.

Sesshomaru:
Estoy haciendo todo lo que está en mis manos, para traerlos de vuelta, si me acompañan a mi despacho, allí hay una persona que quiero presentarles.

Caminaron hacia el despacho, abrieron la puerta encontrándose con un chico peliplata, muy concentrado en el computador y otros aparatos que tenía en el escritorio.

Sesshomaru:
Él es Inuyasha el investigador, en este momento está trabajando en la ubicación de sus hijos, él podrá ponerlos al tanto. Inuyasha, ellos son los padres de Rin y Kohaku.

El peliplata se puso de pie, dándoles la mano en forma de presentación, se sentaron en el sofá, mientras él los ponía al tanto de la situación, sólo restaba esperar.

El platinado salió, para dar la orden de arreglar un cuarto para los padres de Rin, los señores salían del despacho, se notaba su cara de preocupación y desesperó.

Sesshomaru:
Mandé a arreglar un cuarto para ustedes, deben descansar, cuando tenga noticias les avisaré.

Dijo esto último, dando la orden a la empleada, para que los guiará a la recámara.

Suikotsu:
Gracias hijo, por favor, comunícame cualquier cosa.

Los señores Kishaba se dirigieron a la recámara, al entrar la empleada cerró la puerta y se marchó, midoriko se sentó en la cama y lloró desconsoladamente, su esposo se acercó a ella para abrazarla y darle consuelo.

Suikotsu:
Tranquila querida, ellos volverán ya lo verás.

Midoriko:
(Llorando)
Porque él, porque mi Kohaku, tiene que regresar, no me puede abandonar.

Suikotsu:
Rin, también es tu hija.

La pelinegra sólo lloraba sin decir nada, pues no soportaría que a su hijo querido le sucediera algo, Suikotsu, no daba crédito al poco interés, que su esposa mostraba ante lo que pasaba con Rin, debe ser la angustia y la preocupación, que no la hace pensar claramente, pensaba Suikotsu, él amaba a sus dos hijos, aunque Kohaku le de tantos dolores de cabeza.

Iban pasando las horas y con ellas llegó un nuevo día, Sesshomaru e Inuyasha habían dormido poco, estaban pendientes de cualquier cambio o quizá, una llamada que nunca llegó.

Los castaños despertaban con un terrible dolor de espalda, por haber dormido en el piso, pero total eso era lo de menos, para el gran problema en el que estaban metidos, Shishinki caminaba pensativo, hacia el lugar donde tenía a la castaña, pues no sabía cómo iba a tomar el hecho, de que la llevaría a otro lugar, sólo para estar con él.

El guardaespaldas abrió la habitación, la luz entró, lastimando los ojos de la castaña.

Shishinki:
Espero que la noche que pasaste aquí, te haya servido para tomar la mejor decisión, y dime, cuál es tu respuesta.

Rin:
Prefiero morir, antes que ser tuya y traicionar mis sentimientos.

Shishinki:
Prefieres morir, que te impide ser mía, yo pondría el mundo a tus pies.

Rin:
Mi corazón y mi amor pertenecen a otro hombre.

Shishinki:
Así que prefieres morir, pues bien, te enviaré con esa gran amor que sientes, a la tumba.

💭
Magatsuhi tiene razón, me estoy ablandando por esta chica, no vale la pena perder la cabeza por un amor.

Disfruta los últimos momentos, que te quedan de vida...

Continuará...

ヽ(｡◕o◕｡)ﾉ.