Baño de fuego

3.8K 332 11
                                    

Jungkook empotró el cuerpo de Jimin contra la pared fría del plato ducha, pero su piel estaba tan caliente que no le importó. El rubio tenía las piernas entrelazadas encima de la cintura del chico, al igual que sus brazos, que se apoyaban en los hombros del moreno. No dejaban de besarse, no querían parar ni a coger una bocanada de aire. Respirar estaba sobrevalorado. El pene de Jimin rozaba continuamente los abdominales del makane, masajeando su abdomen y haciendo que su semen comenzara a correr por el cuerpo del joven. Por otro lado, el erecto miembro de JK se acercaba peligrosamente al ano de Jimin, pero en esa posición no alcanzaba a penetrarlo, por lo que Jungkook llevó a Jimin hasta una pequeña repisa para jabones que le servía de apoyo. Tiró todo lo que había en ella y le colocó de forma delicada para no hacerle daño. El moreno cogió las piernas de Jimin, las puso en sus brazos y levantó levemente su trasero para conseguir la postura perfecta para meterla. Jungkook se separó de los suculentos labios de Jimin y se enredó entre su cuello y oreja.

-Jimin... me vuelves completamente loco.

Jimin cogió la nuca de Jungkook con su mano, mientras que la otra la puso en su fuerte espalda. Le estaba dando permiso para entrar.

-Jungkook-ah. Eres un dios griego.

Jimin echó la cabeza hacia atrás dejando su estilizado cuello en peligro inminente. El moreno aprovechó, succionando cada centímetro de él, dejándole varias pequeñas marcas que posteriormente el equipo de maquillaje tendría que tapar. Ya estaban más que acostumbrados. De igual forma, JK acercó su pene al culo totalmente abierto de su amante, el cual gritaba su nombre. Aunque la metió con mucha suavidad, el cuerpo de Jimin dio un respingo por la sorpresiva entrada. Sin embargo, en su cara se dibujó una sonrisa de oreja a oreja, acercó sus labios a la frente del joven, la cual la tenía a un palmo, y la besó como si fueran sus labios. Adoraba sentir la sensación de que el chico le estaba perforando, cuando empezaba ya no quería parar, solo deseaba que su compañero aumentara el ritmo para poder perder el norte.

-Jungkook-ah... Fuerte -susurró el rubio en el oído del joven-. Como si no hubiera un mañana.

No era momento para reflexionar sobre las palabras que Jimin le estaba diciendo, pero JK tuvo un milisegundo para pensar en esa frase: "como si no hubiera un mañana". ¿Lo estaría diciendo en sentido figurado o realmente lo pensaba? ¿Era un polvo de despedida? Parecía que Jimin estaba impaciente, ya que empezó a contonearse encima de la repisa para incrementar el ritmo. Jungkook sintió un espasmo desde su cuello hasta el coxis, sacándolo de sus pensamientos y haciendo que su pene aumentara en tamaño. Su corazón bombeaba tan fuerte que su ritmo cardíaco estaba por los cielos. Sin darse cuenta, el baile que el rubio estaba haciendo en su zona erógena estaba creando en él un huracán de adrenalina. Las estocadas comenzaron a ser más fuertes, Jimin, que en un principio ayudaba, se paró del cansancio que le producía la posición, a la par que el placer que lo estaba dejando poco a poco sin energía.

-Ahh... Jung... Más... Fuck me... Ahhhh...

La cabeza de Jimin no dejaba de chocar contra el mármol duro del plato ducha, mientras que el sonido de las estocadas era cada vez más evidente. La repisa parecía que se iba a caer del ritmo frenético que el joven estaba ejerciendo sobre el cuerpo de su amante. Jimin arañaba la espalda desnuda del maknae, tanto para apoyarse en ella por miedo a caerse como para que JK sintiera en su piel el placer que le estaba dando. Jungkook estaba en otro mundo, los músculos de sus piernas, glúteos y brazos estaban totalmente contraídos. Ahora no había quién lo parara. Jimin estaba totalmente en sus manos y no tenía cómo quitárselo de encima. Quería correrse dentro de su hyung, esparcir su semen por todo él. Era como si lo marcara. No le gustaba decir ese tipo de cosas, ya que Jimin odiaba que fuera posesivo con él, pero sus instintos estaban ahí y no podía acallarlos cuando la lujuria o los celos venían a visitarle.

Jimin bajó la mirada por un instante, encontrándose de frente con la sudada cara de Jungkook. Su expresión era demasiado sexy. Tenía la mandíbula totalmente tensa, los ojos más rasgados de lo normal, varios mechones mojados en su frente. Se miraban como si quisieran intercambiarse el alma. Jungkook estaba en su punto más álgido. Tenía la boca entreabierta para intentar coger algo de aire mientras seguía penetrando el estrecho culo de Jimin. Su pene estaba en las últimas, lo sabía, pero no iba a parar. Jimin estaba a nada de correrse por segunda vez y quería conseguir que JK se corriera con él mientras se miraban.

Jungkook estaba totalmente abstraído en la mirada sensual que le lanzaba el rubio. Sus ojos, sus manos, su cuerpo, su pelo, su sonrisa, no había nada que le disgustara de su hyung. Desde el primer día que el maknae le vio quiso poseerlo y que le poseyera de igual forma. Quiso marcarle, empotrarle, beberse cada gota de sudor que derramaba cuando bailaba.

-Jimin...

-Córrete. Está bien... Jungkook-ahhh...

-Ahh...

La voz de JK se rasgó al notar su leche entrar como un proyectil dentro de su amante. Jimin también gritó, de forma más sonora, sin ponerse ningún tipo de filtro. Si le oían que le oyeran. Ahora mismo le daba igual todo. Solo podía pensar en el caliente líquido que Jungkook estaba derramando en su interior y en su propio semen cayendo, nuevamente, por el torso desnudo del maknae. Jimin acarició la cara de JK, quitándole uno de los mechones de la frente. Este lo bajó de la posición en la que estaba. No tardaron mucho en volverse a besar. Jungkook, ya con el miembro relajado, atrajo a Jimin posando una de sus manos en la cintura del chico. Lo abrazó fuerte. El rubio hizo lo mismo. Alzó los brazos, capturó el cuello del moreno y se entrelazó poniéndose de puntillas.

-Jiminie.

Jimin cerró los ojos dejándose llevar por el aroma que desprendía el moreno. Su piel era fuego. Aunque ya estuviera en descanso, seguía ardiendo como una antorcha.

-Jungkookie... Yo...

Un porrazo en la puerta de la habitación les hizo salir de ese sueño idílico que habían creado. No era un aviso, era RM entrando por la puerta de su habitación sin pensar en lo que se encontraría detrás: la leonera. La ropa de Jimin desparramada entre el suelo y la cama, la ropa interior de Jungkook tirada de cualquier manera, las esposas en un lado del colchón y un olor a feromonas que reconocería hasta en Marte. Obviamente el líder de BTS no era idiota, sabía perfectamente lo que había pasado. Igual que entró, salió. Cogió algo de ropa y desde la puerta soltó un aviso.

-45 minutos para salir.

Jimin y Jungkook se miraron, aún cogidos, sin soltarse. Intentaban no reírse por el nerviosismo que les había entrado. El golpe del cierre de la puerta se hizo notar y Jimin intentó zafarse de los brazos de JK.

-Me voy, tengo que ducharme.

-Dúchate conmigo.

-Sabes que no vamos a ducharnos -Jungkook se acercó a su boca, mientras el rubio intentaba rehuir el beso-. Jungkook-ah... Suéltame.

-¿Y si no?

Jimin le miró amenazante a los ojos. Jungkook volvió a acercar su pene al cuerpo del rubio, haciendo notar su prominente bulto. La situación que acaban de pasar, ese inesperado momento en el que pensaban que les descubrirían, había incendiado nuevamente su entrepierna. Jimin miró hacia abajo y alzó su mirada como un lince. Puso una mano en la nuca de JK y lo atrajo de forma severa hacia él robándole un beso de lo más intenso. Su otra mano agarró una de las sabrosas y apetecibles nalgas del moreno, la cual el rubio llevaba tiempo queriendo volver a probar.

Expediente Manila (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora