Cap.13

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Han pasado 3 semanas desde mi llamada con Andrew y hemos salido un par de veces.
Las cosas mejoran cada vez más, durante clases disfruto de sus explicaciones y comentarios, durante las cenas charlamos sin parar de cualquier cosa y por mensajes se preocupa por mí. No he salido con mis amigos desde entonces, ya que la escuela absorbe mi tiempo por completo. Trabajo tras proyecto tras ensayos y tesis. Al final del día disfruto muchísimo lo que estudio pero eso no le quita el hecho de que es muy agotador.
Viernes en la tarde me encuentro caminando fuera del campus, planteandome la idea de comprar una sopa instantánea y comerla en la comodidad de mi sofá, únicamente disfrutando las calorías excesivas y una buena película. Pero mi teléfono vibra en alguna parte de mi mochila y lo busco rápidamente.
-¿Si?- respondo pero ya se de quién de trata ya que su nombre brilla en la pantalla.
-¡Colette! ¡Por fin puedo localizarte! Pareciera que estás tratando de esquivarme.
- ¡Hola a ti también! No estoy esquivandote Harry, únicamente estoy muy apretada de agenda.
Sonrío.
- Pues creo fervientemente que tus planes de esta noche deben esperar. Saldrás con nosotros, nos debes un tiempo juntos. Todos nos preguntamos cuando podremos verte. Si no es que compartimos algunas clases, jamás tendría la oportunidad de verte.
Dudo por un momento pero decido que es lo mejor. Un rato de diversión es algo que me he ganado.
- Entonces, ¿Pasas por mí o te veo allí?
No oculta la alegría en su voz.
- ¡Fantástico! Pasó por ti a las 8. Te veo en un rato.
- Gracias, te veo pronto.
















Para las 8 en punto Harry está tocando mi puerta.
- ¡Wow! Te ves divina.
Besa mi mejilla y le permito que entre.
- No se a qué lugar iremos, pero ¿Crees que este vestido está bien? ¿No es un poco atrevido? ¿O un poco serio si es que el lugar es muy trend?
Camino a mi habitación por mi bolso mientras Harry me analiza. Opte por un vestido de satén verde a la mitad del muslo y unas sandalias de tacón medio.
- No, es perfecto. Digamos que, el lugar a donde vamos es un punto intermedio.
- ¿A dónde iremos?
Grito desde mi habitación.
- A un club que creo te puede agradar. No está muy lejos de acá.
Salgo con bolso y chaqueta en mano dispuesta al 100% para disfrutar de esta noche.
Para cuándo me doy cuenta en dónde es que nos estamos dirigiendo, distingo por completo el barrio. Knightsbridge alberga muchos restaurantes de alta gama, así como tiendas exclusivas y los clubes más sensacionales del momento.
En cuanto bajamos del auto de Harry observo la larga fila.
- ¡Por dios Harry! Nos tomará una eternidad entrar ¿No conoces otro lugar menos abarrotado?
Su sonrisa coqueta aparece y me guiña un ojo. Me hace un movimiento de mano para que lo siga a la entrada, pasando de largo a las personas de la fila que nos miran malhumorados.
- Steve.
Saluda al guardia de la entrada.
Este se hace a un lado para dejarnos pasar y da un apretón de manos a mi acompañante.
Harry toma mi mano y nos dirige al lugar.
El club es muy moderno y lujoso. Una pista de baile, toda de cristal, se cierne a un métro de altura del suelo, dando la sensación de que los bailarines gobiernan todo el lugar.
Gente de toda clase se mueve al ritmo de la música electrónica y me aferro a su mano para no perderme entre toda la multitud.
Alcanzó a distinguir las siluetas de nuestro amigos en el bar. Y nos acercamos a saludar.
- ¡Colette! ¡Te ves bellísima!
Antonne me saluda con un abrazo. Y me da una copa con líquido misterioso.
- Anda, es un cosmopolita. Al estilo de Sex and the City.
Lo pruebo y está buenísimo.
- Gracias Antonne, ya me siento más Carrie Bradshaw.
- De nada. ¿Así que lo tuyo con Harry va enserio? O así es lo que parece.
Casi me atraganto.
- No que va. No. Solo somos amigos.
Le dedico una sonrisa sincera.
- Pues, parece lo contrario. ¿Si sabes que le gustas, verdad?
- Eso creo.
Juego el vaso entre mis manos.
- Le gustas y mucho. Tanto así que como aceptaste la invitación de salir de fiesta, cambió de lugar en el último momento.
Su sonrisa fresca jamás abandona su rostro.
- ¿Enserio? ¿A dónde tenían planeado?
- Pues Max había encontrado un lugar en Camden. Un poco más... ¿Cómo lo digo? Más sencillo.
- ¿Y porque haría eso?
- Bueno, este lugar es prácticamente suyo. Su padre es el dueño y supongo que quería impresionarte. Es más, allí viene.
Harry se acerca y deja su mano en mi cintura, en modo posesivo.
-¿Te gusta el lugar?
Me pregunta con una gran sonrisa.
- Es muy moderno, y los cosmopolita están buenísimos.
Antonne ríe y pide otro por mí.
- Uy. He visto una chica super sexy por allá. ¿Te molesta si me voy un rato?
Me pregunta.
- Anda, ve a conquistarla.
Lo empujo y sonrío mientras lo veo alejarse.
- ¿Así que este lugar es tuyo?
Pregunto a Harry, solo esperando una confirmación.
- De mi padre, más bien.
- Es lindo. Gracias por invitarme.
Mi voz es casi gritos por el ruido de la música, por lo que me acerco a su rostro para que me escuche mejor sin la necesidad de gritar tanto.
- No hay de qué.
Acaricia mi mejilla y automáticamente me sonrojo. Observo en su mirada un toque de duda, tiene una pregunta.
- Anda, suéltalo.
- ¿Soltar? ¿Soltar que?
Ahora se nota nervioso.
- Tienes una pregunta, o una duda. Lo noto en tus ojos.
Ríe nervioso.
- No es nada, simplemente no es el momento.
- Anda, que la duda sobre tu duda ya ha quedado en mí.
- Termina tu trago para ir a bailar, y si después se da el momento indicado, lo sabrás.
Hago caso a su sugerencia y me bebo todo de un solo trago. Instantáneamente me mareo por la carga de alcohol que no esperaba, pero el sabor dulce de la bebida hace que pida otra. Llamo a la mesera y hago mi orden mientras Harry me lleva a la pista de baile.
Bailamos por lo menos 5 canciones y siento que necesito un descanso y un líquido, por lo que me disculpo y me siento en el sofá en dónde Antonne lleva rato observando a la chica que captó su mirada desde el inicio.
- Creí que irías tras de ella.
Le digo y tomo asiento. Encuentro sobre la mesita mi Cosmopolita listo para ser ingerido.
- No lo sé, justo cuando estuve cerca me di cuenta que está con un hombre. Ve, es él.
Un chico rubio y altísimo la toma por la cintura mientras bailan la ritmo de la música, la energía sexual que irradian es gigantesca y comprendo a lo que Antonne se refiere.
- Quizás es de esos "sexo de una noche".
Sugiero para reconfortarlo.
- No lo sé, llevan demasiado tiempo juntos. Puede ser su pareja.
- Llevan el mismo tiempo bailando que Harry y yo.
- Y pienso lo mismo de ustedes.
Contesta sin mirarme.
- Para tu información, Harry no ha mencionado nada al respecto.
Se recarga en el cómodo respaldo del sofá y me mira con los ojos entornados.
- No hace falta que lo mencione, él te considera su "pareja". Aunque sea sexualmente hablando.
Me pongo roja tanto por el comentario como por el ambiente y el alcohol.
- ¿Que te hace pensar que estamos involucrados sexualmente?
- ¿Hace falta que lo diga? Bueno, la manera en que te toca es muy posesiva y familiar. Te come con la mirada cada vez que puede. Te invita a los lugares en dónde se siente en su ambiente. Habla de ti con los chicos. E incluso ha sugerido cierta intimidad. Por lo tanto tenemos dos opciones: la primera es que ya hayan tenido sexo (que debe haber sido fantástico para él), o la segunda opción: que éste enamorado de ti. Pero déjame decirte que no es de los que se enamoran.
- No voy a mentirte, tuvimos sexo una vez y no más. Pero no quiero que piense en mi como su futura pareja, mi objetivo al venir a Londres nunca fué encontrar un hombre y vivir una aventura romántica. Considero una relación como una perdida de mi tiempo.
- No necesitas aclararme eso a mí. Deberías decírselo a Harry. Si lo que ambos quieren es sexo ocasional, pueden llegar a un acuerdo. Déjame darte un consejo como amigo, conozco a Harry y se que no se involucra sentimentalmente con nadie. Es de los Bad boys difíciles de atrapar, y creo que se está encaprichando contigo. No permitas que se pase de la raya en ningún sentido, porque se que si lo desea moverá mar y tierra para obtener lo que quiere. No quiero que salgas lastimada.
Acaricio su brazo con cariño.
- Antonne, es muy lindo de tu parte el preocuparte por mí. Pero te aseguro que haré lo posible para evitar cualquier daño, tanto para él como para mí.
Sonríe y cambia de tema, ya que esto no es algo que deseas discutir en un lugar abarrotado que huele a alcohol y sudor y con la música a todo volumen.
- ¿Que te pareció el Cosmopolita?
- Delicioso. Mi nueva bebida favorita. La tomaría para el desayuno todos los días.
Ríe.
- ¡Con cuidado chica bonita! Es rico, pero alto en alcohol. Intenta no beberlos tan rápido, no quiero verte borracha tan temprano.
Lo golpeo con mi mano en su brazo y termino mi segundo cocktail lista para ordenar un par más.













Para la 1 de la mañana todo mundo parece haberse reunido aquí. Hay más gente que la que había en un inicio y el ambiente ha ido mejorando notablemente.
Bailo con Harry tan cerca que puedo sentir su aliento en mi cuello, el lugar está tan lleno que no hay espacio suficiente para bailar alejados un metro.
La música ha pasado de electrónica a un ritmo sexy y atrevido, por lo que las parejas han decido que besarse, tocarse y acariciarse en público y sensualmente es lo indicado.
Miro sobre mi hombro y puedo ver un par de chicas besandose lentamente y masajeando sus pechos con suavidad y erotismo. Giro mi vista y esta choca con la chica que antes había captado la atención de Antonne, la bellísima morena está devorando los labios del rubio y este a su vez la toca sin pudor por todos lados.
Me giro para encarar a Harry y no mirar más a las personas que están ocupadas, pero los varios cosmopolita que he ingerido provocan que mi equilibrio me falle y termino en los brazos de mi acompañante.
- Lo siento, creo que bebí demasiado.
Me disculpo y tocó mi cabeza. Siento que todo da vueltas y no distingo bien los objetos.
- ¿Te mencioné lo bonita que te ves?
- Creo, creo que lo hiciste.
No quiero que me suelte porque si lo hace corro el riesgo de desfallecer aquí mismo.
- ¿Y te dije lo sexy que te ves con ese vestido?
Toca el dobladillo de la tela justo en sobre mi muslo.
- ¿Podríamos irnos a casa?
- Deberíamos quedarnos y disfrutar más.
- No creo que me sienta lo suficientemente bien para disfrutar algo.
- Yo sí.
Busco a Antonne con la mirada y no puedo encontrarlo.
Me siento muy ebria como para pensar claramente y tomo una medida drástica. Si el no quiere llevarme a casa, llamaré a Andrew para que lo haga. Tendrá que perdonarme después.
Busco mi teléfono en el bolso y marco su número.
Suena varias veces y cuando creo que no va a responder escucho su voz ronca.
- ¿Colette? ¿Que pasa? ¿Estás bien?
- Hola, perdón por la hora. Pero ¿Podrías venir por mi por favor?
- ¿Dónde estás? ¿Estás bien?
- No recuerdo cómo se llama el lugar, es un club en Knightsbridge. Es del padre de Harry. ¿Vendrás?
- ¿Está contigo? Llegó en 15.
Cuelga sin esperar una respuesta.
Regreso con Harry y le informo sobre mi partida. No menciono que Andrew vendrá a recogerme.
- Saldré contigo a la puerta.
Toma mi mano con mucha fuerza y me saca del lugar por la puerta trasera. Llegamos a una calle lateral y puedo sentir la sangre bombeando en mi oídos. Me siento débil y me recargo en la pared más cercana.
Harry lo toma como una invitación y se acerca, mucho.
- No, no me siento bien.
Giro mi rostro para evitar que me bese.
- Te haré sentir bien.
Mete una mano debajo de mi vestido y busca mi ropa interior.
Intento alejarlo, empujo con mis débiles brazos solo para quedar más atrapada entre su cuerpo y la pared fría.
Me quejo y me besa. El aire que roba en el beso hace que mis oídos zumben y todo lo siento lejano, a la distancia.
Lo escucho gruñir y siento que me arranca las bragas de un tirón. Un suave dolor me embriaga en la parte de mis caderas al momento en que él estruja mi trasero.
- No, no quiero.
Balbuceo sin fuerzas. Ignora mis palabras y me acaricia la pelvis. Tantea en la oscuridad para encontrar mi abertura y mete un dedo.
Me quejo, le digo que no y cierro las piernas con las pocas fuerzas que me quedan pero es en vano, otro dedo es insertado.
Arquea las caderas para que pueda sentir su erección en mi propia cadera.
Quiero gritarle pero no sale ni una sola palabra audible de mi boca.
De un momento a otro la presión y el dolor desaparecen. Ya no lo siento sobre mi, dentro de mi.
Pierdo el equilibrio y me sostengo como puedo en la dura piedra, mi mejilla se siente demasiado caliente en contraste con la pared helada.
La cabeza me da vueltas pero escucho gritos, abro los ojos para ver qué sucede y veo un Harry borroso siendo sostenido por el cuello por un Andrew igual de borroso.
Cierro los ojos con fuerza e intento ponerme en pie por mi propia cuenta.
Debo de irme. Me tengo que ir.
Mi bolso cae al suelo, seguido por mi cuerpo.

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