T2:E15: H. S

188 19 3
                                    

—No haz cambiado nada —digo mientras recorremos el enorme malecón que nos permitía observar las olas del mar.

—Tu sí. Un poco —Sonríe—Aún no lo entiendo, Harry. —Sydney camina cabizbaja.

—¿El qué? —digo.

—El que estés aquí —la observo detenidamente—Llevo años creyendo que te habías ido, que habías muerto.

—La verdad es que... No es mi versión —digo tratando de que mi voz no se quiebre.

—¿Dónde estabas?, ¿qué pasó esa noche?.

De un momento a otro, mi mente ya estaba procesando todos aquellos amargos recuerdos.

S I E T E   A Ñ O S   A T R A S
H A R R Y

El sonido del electrocardiograma se escuchaba cada vez más cerca. Sólo puedo sentir algo o alguien sosteniendo mi mano, es ahí cuando despierto. Me sentía confundido, mi mente estaba en blanco y solo una arma apuntandome era lo único que recordaba.

—¿Sydney? —mi vista estaba demasiado borrosa, no podía lograr identificar quien sostenía mi mano.

—Hijo, soy mamá —la voz de mi madre entra como música para mis oídos.

—Mamá. ¿Dónde estoy? —pregunto algo afónico.

—Estamos en el hospital. Hubo un accidente, ¿Cómo te sientes? —pregunta.

—¿Dónde está? —hablo bastante bajo, ahora mismo mi garganta estaba llena de espinas.

—¿Quién?

—Sydney, ¿dónde está Sydney? —veo a mi madre, su expresión era bastante fría, sin embargo solo me observa—Mamá. ¿Dónde está?

—Ella... —siento mi corazón latir a mil por hora, esperando la peor o la mejor respuesta—Se fue... Solo se fue, sin decir nada.

No comprendo, no entiendo sus palabras, ¿a dónde se había ido?. Mi boca se abre tratando de cuestionar todas las preguntas que ahora me invadían.

—Ella te trajo al hospital y... Simplemente desapareció.

Todo mi ser se sentía en la agonía, Sydney Roberts era incapaz de irse, solo así.

H O Y

—No recordaba nada... Solo despertar y. —me detengo para mirar a Sydney, quien ahora tiene lágrimas en sus mejillas—Ya no estabas.

Sydney desvía su mirada para tomar asiento en una de las pequeñas bancas a la orilla de la playa.—No entiendo. ¿Mejoraste?.

—Sí hablas sobre el cáncer... —suspiro para después tomar asiento a su lado—Sí... Digo, puedo volver en cualquier momento, pero. Esa bala prácticamente azotó mi sistema y... Fue disminuyendo.

—Un milagro —Sydney sonríe.

—Tú fuiste mi milagro.

Sonrío cuando veo como Sydney ve hacia otro lado, tratando de ocultar sus rojas mejillas.

—¿Qué ha sido de tu vida, dime?. Siete años es mucho tiempo.

—Difícil es la primera palabra con la que describiría mi vida. Para empezar, te había dejado ir. —digo mientras acomodo algunos de sus mechones sueltos—Después de que te fuiste y que vencí al cáncer... Mi vida se descontroló. Creo que la depresión se apoderó de mi.

—La depresión cambia, cambia a las personas —Sydney me mira con mucha profundidad.

—Mi papá murió, un año después que vencí al cáncer, su corazón simplemente dejó de latir —siento mi corazón nuevamente tambalear se cuando recuerdo al hombre en sus últimos momentos.

—Lo siento mucho, Harry —dice.

—Es increíble como una persona puede cambiar tu vida —vuelvo a mirar a Sydney quien no puede disimular los nervios—No hubo una sola noche en la que no pensara en ti, en la que no te recordara. —tomo su pequeña mano.

No puedo evitar sonreír cuando sus mejillas nuevamente se ponen rosadas, amaba todo de Sydney, pero esa faceta de ella me movía el piso y todo dentro de mi

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No puedo evitar sonreír cuando sus mejillas nuevamente se ponen rosadas, amaba todo de Sydney, pero esa faceta de ella me movía el piso y todo dentro de mi.

—Mi mamá notó toda esa depresión y como mi vida cada día se iba al carajo. Así que decidió que entraría a la escuela militar un año después de que mi padre murió, lo cual le agradezco infinitamente. Es un trabajo que me ha permitido encontrarme, a pensar de sentir la muerte respirandote en la espalda, te sientes vivo, con toda la adrenalina de saber si vas a sobrevivir esa noche, si vas a olcer a ver a tu familia o ellos verán tu cadáver.

—Me siento orgullosa de ti —la chica sonríe —Desde que te conozco, siempre supiste como controlar tus problemas. Eso es bueno.

De pronto, el tiempo se detiene, la mirada de Sydney está puesta en la mía, eso era otra de las estúpidas maravillas del mundo, verla, ya había olvidado lo que se sentía. No podía desear nada más en estos momentos que sentirla más cerca de mi.

Mi teléfono suena, haciendo que Sydney se aleje un poco de mi. Maldecía en mil idiomas mi teléfono en estos momentos.

—¿Allie? —Sydney pregunta algo curiosa, no me había percatado que había alcanzado a ver mi pantalla—¿Quién es? —sonríe.

—Ella...—lo sabía, sabía dentro de mí que está parte de mí vida lo iba arruinar todo, pero tenía que ser honesto—Es mi novia.

De un segundo a otro, la sonrisa de Sydney desaparece. Fue como si hubiesen cambiado su chip y todas sus emociones se ocultaran. Es entonces cuando su mano se aleja de la mía.

S A F E || Segunda Temporada || H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora