Nada

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Dedicado a BelenMoreira8

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Esa nada no le era desconocida a Severus Snape. Estaba allí por doceava vez, y podía recordar todas las veces anteriores hacia el final de su anterior vida.

En su primera vida había sido Severus Snape. En la siguiente, fue el muggle Tomas Riddle. Después, en este orden, Draco Malfoy, Ron Weasley, Albus Dumbledore, Marcus Prewett, William Granger, Molly... Tobías Snape, Fudge e incluso Harry Potter en su onceava vida. Nuevamente Severus Snape tras eso.

Curiosa cadena de eventos, ciertamente. O de vidas, en este caso. Se preguntaba si todos reencarnarían en el mismo círculo o zona.

La cuestión es que también influyó ir recordando todas sus vidas pasadas. Por un lado, en su segunda vez siendo Severus, influyó en que ya no odiara a Harry Potter, lo que produjo sutiles diferencias con su primera vida y primera vez con él. No le tenía odio y pudo cumplir más satisfactoriamente su promesa, evitando varias de las heridas que recibió; además, en la segunda vida como Snape hijo, pidió por toda la familia Potter y no por Lily únicamente. Aún no recordaba pero, habiendo pasado tantas vidas, su esencia era mejor que antaño, por ende, un gran remordimiento le cayó esa última vez ante la idea de ser cómplice de doble o triple homicidio, según cómo hubiera resultado, en términos de legislación muggle. No obstante, no se acercó, contra sus impulsos al ir recordando vidas pasadas y aceptando ello, pues tanto el ser culpable de que Harry estuviera allí, cuando fue Albus y lo decidió así, como al haber sido su propio padre, es decir, al haber sido un abusador, y dos veces como severus pero una más como Harry mismo, había pasado por todo aquel martirio. Evitó cualquier lado afectivo por lo raro que era la idea de cuidarse a sí mismo niño... Bueno, no exactamente. Ciertamente no lo sería literalmente en el plano de la consciencia terrenal, pero su consciencia espiritual lo percibía así.

Tuvo una última ola de arrepintimiento por hacerle pasar a un niño ese sufrimiento, niño que, de hecho, de alguna manera, fue él mismo, en otro tiempo, metafórica y literalmente... Entregó sus lágrimas a Harry y murió.

Después, presenció esa nada de nuevo. Era como tener los ojos abiertos, los sentidos despiertos, y que todo sea la nada que se esconde bajo los párpados, que descubrimos al llegarlos, que sea el sabor que perciben olfato y papilas gustativas cuando no perciben nada, como el sonido de una habitación hermética donde no llegan sonidos exteriores, solo que sin órganos propios que escuchar, porque se estaba muerto. Era la nada, que muchos asocian a oscuridad, erróneamente; era el vacío negro, el agujero negro del que uno se debe cuidar cuando se navega por el espacio-tiempo y el plano espiritual, cuestiones no muy lícitas en el Reino Unido, desconocía si era por temor a que la gente supiera más de lo que a gente selecta le convenía, o por los riesgos de hacerlo, aunque con estudios suficientes éstos eran muchos menos incluso que hacer la aparición incluso ya con permiso aprobado.

En medio de toda la vorágine de ideas, una sensación calló todo. Nunca había sentido nada así, o nada, de hecho.

Luego del tornado, colores inexistentes en el plano terrenal aparecían, limpiando memoria y consciencia, alistando para un nuevo cuerpo y vida. Empezaba como una i inmensidad que se volvía un túnel que disminuía de tamaño progresivamente hasta que aparecía una luz enceguecedora. Después nacía. Suponía.

Esta vez, no obstante, una sobrecarga de hechos se superpuso en ese plano, como si su alma estuviera en otra realidad y todo sobre ella le llegara de un solo golpe. Pero no fue negativo. Fue como ser iluminado y descubrir que lo que pensaba verdad ahora era otra cosa... Solo que sin luces, ni sucesos u objetos; tampoco sensaciones físicas, como al cambiar realidades.

Era la sensación de otra dimensión.

Un algo que era nada acarició al alma; ésta lo supo al ser llenada, con excepción de su núcleo, con una calidez que lo era tanto que también se volvía helada, o a la inversa.

Después extrañas sensaciones físicas: oscuridad, rodeado de líquido... Una tela cual pared y el instinto que había algo del otro lado que quería abrazar. Quería romper esa división. Lo que había al otro lado y él comenzaron a moverse, patearon un poco... No supo cuánto duró todo, pero supo que la otra cosa lo dejó atrás antes, pero no mucho después él siguió.

Reencarnaciones y mellizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora