Capitulo 35.- Con la misma moneda

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Faltan unas semanas para que termine el semestre y los proyectos y tareas me están volviendo loca, pero en cuanto termine esta semana seré libre y ya solo quedaran los exámenes. A pesar de todo el estrés académico por fin siento algo de paz dentro de mi. Estoy con Keith, tengo amigos increíbles, vivi en una mansión privilegiada y todo va mejor que nunca. En algún punto cuando llegas a este estado es como: ¿Ahora que? Nunca creí llegar a este punto, tan fácil.

En la clase del profesor Collins quede exenta. No por que casi tuvimos una conexión mas allá de lo mental si no porque no quiere verme más. Si, así como lo dije lo puso en su correo por el cual me notificó que estoy exenta y no necesito presentarme mas a su clase porque no puede soportar que estemos en el mismo salón. Nada negativo, solo que siente que cometió uno de los errores mas grandes de su vida y verme le recuerda a eso. Me alegra que tampoco tenga que verlo porque ya es demasiado incomodo. No debi seguir los consejos de Mackenzie. Pero ¡hey! Las risas no faltaron.

Pasan unos días y cada vez que veo a Keith estoy mas emocionada por que nos veamos al siguiente día. Lo unico que quiero hacer es estar con él. Hoy lo visitare en su departamento y ya veremos que hacemos ahí... si saben a lo que me refiero.

Toco a la puerta y me recibe con una gran sonrisa lo cual hace que no me pueda contener y ponga mis brazos alrededor de su cuello y me lo coma a besos. Terminamos en el sillón con unos besos un poco mas acalorados. Le quito el suéter y todo comienza a subir de tono. Deja de besarme y jadea.

—Espera, tengo algo en el horno. No tardo— se levanta corriendo del sillón.

Yo me acomodo el cabello y me limpio el labial corrido. Puedo escuchar como mueve algunos trastes  a unos 3 metros de distancia detrás de mi. Me quedo viendo al rededor de la sala de estar en lo que espero. Su celular vibra y hace retumbar la mesa de centro. No puedo evitar ver que es un mensaje, ¿de quien?  Miro al rededor con un poco de culpabilidad. ¿Deberia echar un vistazo? No, claro que no. No es mi asunto, ademas es Keith. No desconfio de él. No le tomo importancia, mejor le aviso que le llego un mensaje.

—Kei...

—Voy al baño rapidisimo, no tardo— me interrumpe y entra corriendo al baño.

Yo miro el teléfono con curiosiodad. Quiza solo vea de quien es el mensaje, no tiene nada de malo. Toco la pantalla y leo el nombre del contacto: "Kat M" al leer el nombre senti una corriente de energia pasar por mi cuerpo ¿Quien diablos es Kat M? Bueno lo mas probable es que sea Katrina.... ¿Y que quiere Katrina? Miro sobre mi hombro y me quedo unos segundos esperando algun ruido. No escucho nada asi que procedo a ver un poco, solo un poco del mensaje. Lo presiono una vez y es una nota de voz. Me quedo pensando unos segundos... ¿Deberia? Mi corazón late con rapidez y las manos me sudan. Es ahora o nunca Shelly. Reproduzco la nota de voz.

"Ho... hola Keith, ¿Qué haces?— trata de evitar el hipo y hace una pausa de unos segundos —Sabes que, ¡Al diablo todo y todos! No necesito a nadie aquí, ya no hay nada para mi aquí— sorbe la nariz y continua hablando arrastrando la lengua —. Perdón por todo. Perdón por lo de la otra noche, es solo que estaba... furiosa. No es que no me haya gustado es que... si hubiera estado sobria— suelta una risa un poco macabra —¿Lo hubiera hecho? No sé, pero... ya no tiene ningún sentido estar aquí, solo me lastima más. En fin, supongo que si regresaré contigo a Londres la próxima semana. No puedo esperar para largarme de aquí. Llámame cuando puedas."

Suelto el teléfono sobre la mesa confundida. ¿¡Qué diablos!? Creo que no debí hacer eso, no debi escuchar eso. ¡Maldita sea Shelly! La puerta del baño se abre y Keith sale con una calma impresionante. Controlate Shelly, controlate. Todo esta bien.

—¿Listo?— pregunto como si nada hubiera pasado —Creo que te enviaron un mensaje.

Èl sin ningún apuro revisa su teléfono y escucha el audio en volumen super bajo para que yo no escuche.

—Solo son cosas de la escuela— deja el teléfono sobre la mesa con la pantalla hacia abajo —.Estudiar a larga distancia no es fácil.

—Me imagino. ¿Y que te dijeron?

—Nada importante.

Lo miro por unos segundos con la esperanza de que me diga la verdad. Èl ni siquiera muestra alguna señal de culpabilidad. ¿Acaso soy yo la que esta sacando todo de contexto? ¡No! ¿Porque mentiría? Mi corazón se rompe un poco. Trato de contenerme y que la rabia no se apodere de mi. Recuerda Shelly, todo tiene que ser diferente empezando por ti. Aprieto mi estomago como si las palabras salieran de ahi. Miro al piso y suspiro

—Sé que el audio es de Katrina. ¿Vas a decirme que te dijo?— lo miro con ternura esperando la verdad.

—Si, como te lo dije. Cosas sobre la universidad, nada importante.

Mi furia sube de 0 a 20 en un segundo. Trato de contenerme por unos segundos pero es inútil.

—¡Escuche el maldito audio!

—¿¡Revisaste mi teléfono!?

—No puedo creer que esto esté pasando— me agarro la cabeza dramáticamente —¿Por qué mentirme? Y ademas, ¿Londres? Vas a regresar ¡En una semana! ¿Por que no me lo dijiste?

—Solo vamos a hablar de mi cuando cruzaste una linea de privacidad. No tienes ningún derecho de revisar mi teléfono.

—No lo revisé. Llego el mensaje y lo escuché por error— miro a otro lado y finjo demencia —. Y si no tienes nada que esconder ¿Por qué te preocupas? Y no me hagas empezar con lo que dijo Katrina de que algo le gustó. ¿Podrías explicarme a que se refería?

Keith me mira decepcionado y mira a su alrededor nervioso. Yo me quedo estática esperando su respuesta.

—Shelly no es importante...

—Lo es para mi.

Suspira y se sienta en el sillón derrotado.

—Katrina y yo... tuvimos sexo— se queda mirando al piso.

Mi corazón se rompe en mil pedazos. Estoy... estoy anonadada. No sé que decir ni que hacer. Miro alrededor mientras mis ojos se cristalizan.

—No lo puedo...

Se levanta de inmediato y me toma por los brazos suavemente.

—Shelly, perdón. Eso fue un día antes de que tú y yo... ya sabes. No creí que tu vendrías a mi y que ahora tendríamos esto. Jamas creí que me tomarías en serio.

Me resisto y trato de quitar sus sus manos de mi.

—Oh ok ¡Y olvidaste decirme ese insignificante detalle en estos días que hemos estado saliendo!

—Fue antes de que esto fuera algo real, serio. Yo jamas te he preguntado que tanto hicieron tú y Alexandre o que hiciste con el profesor cuando te fuiste con él ese mismo día. Si, te ví.

Rio con ironía y resoplo.

—¿Te refieres a que me merezco que me hagas esto?

—No te hice nada. Estas sacando todo de contexto.

—No, creo que todo esta muy claro. Te iras en menos de una semana a Londres para volver quien sabe cuando y no me lo dijiste. Te acostaste con una reina de belleza guapísima que ademas me odia y no me lo contaste tampoco. Eso es suficiente.

Camino a la puerta enfurecida y Keith me tapa el paso de inmediato.

—¿Vas a dejar que esto arruine todo? ¡Te lo iba a contar! No te vayas, por favor— nos miramos profundamente por unos segundos —. Yo pude perdonarte lo que me hiciste con Alexandre, seria hipócrita que no hicieras lo mismo.

La poca calma que comenzaba a llegar se esfumo para prenderme el cuerpo en fuego. ¡No puedo creer que me eche en cara eso!

—Vete al diablo Keith. Tú y Katrina— lo empujo para abrirme paso y salgo del departamento.

—¡Shelly!— lo escucho gritar desde la puerta

Entro a mi coche enfurecida y en cuanto cierro la puerta suelto el grito con mas frustración que haya dado en toda mi vida.

Pretty Bad 2: Blondes have more fun.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora