"...Se conocieron por casualidad,
que es como se suelen conocer
los grandes amores,
casi siempre por casualidad..."
Osaka, Japón, 28 de mayo de 2000
Song Mingi, estudiante de artes de segundo año, a sus 20, aún tenía que moverse en bicicleta para ir de la universidad hacia el departamento de estudiante superpequeño que tenía detrás del campus del edificio principal.
La tarde era agradable, se podían ver los cerezos en flor bañando las calles, con una alfombra de color rosa y blanco que convertían el paisaje en un lugar idílico para perderse, tal era su entusiasmo por la belleza de su alrededor, que no notó la presencia de la persona que justo en ese momento atravesaba la calle.
El impacto fue imposible de evitar, Mingi voló por encima de su bicicleta y la persona que había atropellado fue arrojada hacia un costado con violencia.
Se levantó corriendo para ayudarla, la cual gritaba insultando, sujetándose el brazo con la mano libre.
-¡Ooo Dios!, ¡lo siento!, no te vi, estaba distraído, ¿Te duele mucho?, ¡mierda!, vamos al hospital, ven levántate que te acompaño- gritó Mingi respirando nervioso y asustado, revolviéndose el pelo.
Llegaron al hospital y se quedó sentado en la sala de espera, mientras atendían al pobre hombre que había atropellado.
Después de casi dos horas de estar alli, preocupado en la sala de espera, el accidentado salió llevando un cabestrillo con un enorme yeso que le ocupaba todo el brazo derecho.
La cara de pocos amigos del herido lo hizo sentir pequeño y asustado.
-Mi nombre es Song Mingi, lo siento mucho, ¿cómo te llamas?- preguntó ahora bastante más tranquilo.
-Soy Park Seonghwa- respondió con semblante serio y cara de pocos amigos.
-Seonghwa, lo lamento, yo no tengo seguro ni dinero para pagarte la atención médica, pero buscaré trabajo para devolverte todo el gasto médico, solo tendrás que esperar un poco- soltó Mingi avergonzado.
Mientras ambos recorrian el camino a casa de Park, este se giró a verle sonriendo.
-Mira, ¡tengo una idea!, sé cómo puedes pagarme, verás soy escritor y tengo que entregar un manuscrito de mi nuevo libro dentro de un mes, si tú escribes mientras yo te dicto, daré por saldada tu deuda ¿qué te parece?- ofreció Park con cara picara.
-¡Me parece genial!, vendré cada día por las tardes cuando salga de la universidad y te colaboraré en todo lo que necesites- aseguró Mingi contento.
-Perfecto, me ayudarás hasta que mi brazo esté curado, Aaa y puedes llamarme Hwa- dijo despidiéndose en la entrada del jardín.
Seonghwa quedó de pie en la puerta, viendo como aquel chico se alejaba en su bicicleta y rió para sus adentros.
Ingresó a su casa sintiéndose extraño, realmente no recordaba cómo era tener compañía ni lo que se sentía que alguien estuviera en casa.
Incluso San había dejado de venir hace tiempo, desde que se casó con Yerim y tuvo a su hija.
Encendió un cigarrillo revisando con detenimiento su estantería de libros, en los que guardaba la colección completa de todos los de su autoría, eligiendo uno al azar para releerlo.
Al día siguiente por la tarde el timbre de la puerta sonó, el escritor miró su reloj y sonrió.
Mingi nervioso saludó con una reverencia y dejó sus zapatillas bien acomodadas en la entrada.
ESTÁS LEYENDO
Pornographer Sanhwa
Hayran KurguMingi, un joven estudiante conoce a Seonghwa, un escritor de novelas por pura casualidad, una de esas vueltas del destino que nadie entiende... Basado en el manga "pornographer" pero adaptado a mi gusto.