Capítulo 18

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Odio a flor de piel

Malika Villareal

Estaciono el auto en el parking, bajo de el y camino hasta las puertas del edificio de cuatro pisos. Hoy presentaré mis propuestas para el trabajo que Sebastien me consiguió en el complejo Foster.

Y hablando de él, le agradezco que me prestara su BMW ya que el lugar donde tenía que venir es un poco lejos de casa.

Paso mis manos por la falda de tuvo azul marino y entro a las instalaciones. El nombre de la empresa es lo primero que reluce cuando entras al lugar.

Me presento en recepción y una chica muy amable me da mi identificación y me anuncia en el piso correspondiente. Piso dos, pasillo a la derecha.

Otra chica me guía a una oficina, toca y caudbo del otro lado le dan el pase me deja entrar. Un hombre que debe rondar entre los treinta me recibe.

—Buenos días Señorita Villareal, mi nombre es Arthur Hart y soy el director de la reconstrucción del complejo Foster.

—El gusto es mio Señor Hart, vengo por recomendación de Sebastien Abans. Uno de los propietarios del complejo Foster.

—Así es, tome asiento por favor— me siento en la butaca negra y él me regala una sonrisa— Sebastien mandó por adelantado una copia de su currículum, dice que está terminando la carrera de diseño de interiores y ha hecho prácticas en algunos apartamentos de la universidad.

—Así es.

¿Cómo Sebastien tiene esa información?

No recuerdo haberle comentado de mis prácticas y mucho menos haberle mandado mi currículum.

—Sus diseños son muy buenos y es el estilo que queremos que las casas tengan. Además de ser recomendada por el señor Abans, tiene un gran talento por lo que no tengo que pensarlo mucho— extiende la mano— el trabajo es suyo señorita.

—Muchas gracias, haré un excelente trabajo.

Luego de firmar el contrato y darme expedientes de las casas salgo del edificio.  Entro al auto y antes de arrancar decido llamar a Sebastien.

—¿Bueno?
—Me aceptaron
—Eso es bueno, felicidades
—Gracias pero quiero saber ¿como conseguiste mi currículum?
—Tengo mis contactos
—Ya lo puedo imaginar
—¿Quieres hacer algo está tarde? Estoy libre luego de las tres
—¿Qué te parece ir a comer? El restaurante del muelle sería genial
—De acuerdo, a las tres paso por ti

Conduzco hasta la casa y apenas abro me llevo la sorpresa de Miranda con una lámpara en la mano y un Eric parado en la mesa de centro con una olla.

¿Qué demonios pasa aquí?

—¿Me explican que es esto?

—Dile a la patética de tu prima que no le daré el control de la TV— Informático Eric.

—Dile al orangután de tú cuñado que si no lo hace no le daré mi videojuego de vikingos

—Y yo les digo que si no bajan esa lámpara y esa olla no abrá cena por dos días— como si la comida fuera oro para ellos, dejan los objetos en su lugar y se sientan rectos en el sofá — Niños en cuerpos de adultos, patético.

Le lanzo a los dos una barra de chocolate para cada uno y subo las escaleras hasta mi habitación. Me paso la mañana completa terminando mi proyecto final, ordenando el cuarto y vigilando que los niños grandes no se maten entre sí.

El placer de Sebastien (M3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora