Suma sacerdotisa

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Por fin había encontrado a la niña gato y bueno me había acercado a ella sin pensar en su intimidad... El resultado no fue muy malo ni muy bueno, digamos que ella se estaba bañando tal y como lo haría un gato, básicamente estaba desnuda mientras lamía sus muslos, una vista bastante buena aunque fui descubierto por mi falta total de sigilo, sorpresivamente no me golpeó solo se cubrió mientras se sonrojaba y me gritaba en voz alta haciendo que me diera la vuelta rápidamente tratando de fingir que no lo había visto absolutamente todo.

Al final la niña gato me dijo que podía voltearme, debía admitir que se veía bastante molesta pero aún con eso no perdía su compostura.

-Quetzalcóatl~sama, no quiero ofender lo pero ¿No tiene algún trabajo divino que hacer?-, pregunto la gatita.

-De hecho lo tengo, un deber espiritual o algo así, pero primero quiero que me respondas algo-.

-Como ordené mi señor-.

-¿Por que no me golpeaste?-pregunte mientras me sentaba alado de la chica.

-¿¡D-disculpe!?-.

-Bueno esa sería la reacción natural de una chica, ¿No?, ¿Algo como gritar pervertido y darme un buen golpe?-.

-¿Señor, siquiera sabe lo que me pasaría si llego a hacer eso?-.

-¿Seria raro si dijera que no?-.

-Probablemente me sacarían los ojos, me cortarían la extremidad con la que lo toque y luego me quemarían viva-, exclamó la chica mientras algo de su pelaje se erizaba casi imperceptiblemente

-Bastante extremista, quizás debería hacer algo respecto a eso... Por otro lado eso significa que podría hacerte lo que quisiera y nada me pasaría, de hecho probablemente te castigarían por resistirte-, hablé para mí mismo mientras pensaba en lo injusto que eso era y en todo lo que probablemente cambiaría si el sueño fuera más largo, quizás este en un tipo de coma y por eso el sueño parece tan largo.

-Y-yo no-o me resistiré pero p-por favor sea gentil-, hablo la niña gato con la voz prácticamente temblando.

-Oye oye oye, tiempo fuera vale, mira no voy a hacerte nada, solo pensé en voz alta y eso definitivamente debió sonar horrible pero puedo asegurar que por muy hermosa que seas yo jamás te obligaría a hacer algo que no quieras-, dije mientras me levantaba del suelo mientras torpemente intentaba explicar mi situación a la niña que casi estaba llorando, -Escucha no se muy bien quien soy, es decir de que se supone que soy un dios pero realmente no recuerdo mucho de mi vida pasada y no se qué cosas eh hecho para que pienses que haría algo como eso pero te juro que no voy a lastimarte-.

El silencio se apoderó del sitio y realmente pensé en hacer una retirada estratégica pero la niña gato había dejado de llorar y bueno todavía miraba a su alrededor tratando de encontrar alguna forma de salir de esto o bueno eso pensaba.

-¿Realmente solo son rumores?, Yo... Lo lamento no debí juzgarlo-, se disculpo la chica de una forma algo incómoda.

-Realmente tengo parte de la culpa, supongo que debía avisar antes de llegar-.

-...

-Pero fue gracioso verte toda roja niña gato-, la chica frunció el seño, al parecer mis bromas estaban cambiando un poco su humor.

-Serias una niña gato tomate-, el seño se profundizó más.

-Realmente sería un buen título, la ocelote roja-, brome.

-¡¡¡No soy un ocelote!!!, ¡Soy un poderoso Nahual del jaguar, no un ocelote y no un gato mugroso!-, exclamó irritada la chica.

-Mmm, ¿Donde quedó el respeto a los dioses?-, brome mientras la chica se congelaba y parecía apunto de llorar otra vez.

-Oye era broma-, dije inocentemente.

-¡Idiota!-, la chica se tapo la boca mientras se ponía roja de vergüenza, logrando crear un silencio de unos pocos minutos.

-Oye, ¿Sabías que llevo varios siglos sin una suma sacerdotisa?-.

-Lo sé, el sueño de mi generación era poder llegar a ser la sacerdotisa principal y bueno yo fui la única que fue escogida como servidora de los dioses, estube asustada cuando mi primer deber era despertarlo, pensé que no te agrade y por eso me hiciste ese comentario, estaba asustada, no despertaba y bueno mi trabajo y mi sueño dependían de que pudiera cumplir esa simple misión, pero ya no va a ser posible-.

-Supongo que gritar una grosería no fue bueno para tu currículum-, concluyó el dios.

-De hecho fui despedida y probablemente me tachen como una perdedora-, dijo de forma decaída la gata mientras sus orejas bajaban.

-Bueno, puedo solucionarlo-, declaró el dios.

-Enserio, ¿Por qué lo harías?-.

-Eres la primera que me trata normal y bueno me da buena espina-.

-¿Enserio?-, pregunto esperanzada la chica.

-Si, así que espero hayas puesto atención a tus clases, después de todo serás la nueva suma sacerdotisa-.

Quetzalcóatl se había levantado de la hierba y empezó a relatar cientos de aventuras mientras movía sus brazos con bastante energía hasta que oyó el ruido fuerte de un golpe, al voltear vio que la niña gato se había desmayado, el dios se encogió de brazos para después acostarse junto a la chica pensando en lo maravilloso que era este sueño.

Quetzalcóatl un dios en dxdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora