Escapada a la cabaña

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Narra Maca

Rubí no dejaba de hablar, yo solo la miraba y asentía a todo lo que decía. Supongo que está nerviosa, es sencillo descifrarlo. Cuando está nerviosa habla mucho y ahora lo está haciendo. Por mi parte, ya se me está haciendo costumbre irme del departamento por culpa de mi papá. Pero esta vez era diferente, Rubí lo hacía diferente.

-Ya po Maca, no me estai escuchando.- levanté la mirada y Rubí me miraba con el ceño fruncido.

-Sorry, estaba pensando.- le dije y volví a mirar al suelo.

-¿Estai bien?- no entiendo como la Rubí puede mantenerse tan fuerte. Hace un par de horas mi papá nos había pillado dándonos un beso y nos montó una escena. Pero ella... ella no deja de darme fuerzas.

-O sea sí, pero me preocupa la Jose. Es la que peor lo pasa con todo esto.

-Pucha si yo sé, pero esto es por nosotras Maca. La Jose lo va a entender y quizás ayude a que tu poppy entre en razón cachai.- ya estaba chata de escuchar lo mismo, a mi papá nadie lo hará cambiar de opinión. Quizás y solo quizás mi mamá, pero ella ya no está aquí para hacerlo.

-No Rubí, mi papá ya no va a entrar en razón. Lo he intentado de mil maneras y no hay caso. Ya no sé que hacer pa' que entienda que soy lesbiana y que quiero estar contigo.- patée una lata de coca cola que estaba en el suelo y me senté en el paradero.

-Pero estai conmigo Maca, estamos juntas en esto. Y aunque lo veai imposible, yo sé que el Sergi te va a entender. Pero teni que darle tiempo cachai... por eso nos fuimos.- los autos pasaban por en frente de nosotras, pero a pesar del ruido que éstos hacen, en mi mente solo estaba su voz diciendo "estamos juntas en esto".

-Gracias.- fue lo único que pude decir. Volví a levantar la mirada y me encontré con sus ojitos mirándome directamente.

-¿Por qué?

-Por apañarme en todas y darme la fuerza que necesito.- le tomé la mano y ella miró el gesto con una sonrisa.

-Gracias a ti.- respondió.

-¿Por qué?

-Por llegar a poner toda mi vida de cabeza, pero aún así eres la única que me mantiene cuerda.- me acerqué para darle un beso, pero su celular empezó a vibrar.

-Ay...- sus mejillas se pusieron rojas en un segundo y solo me reí ante su reacción.- perdón, me está llamando mi prima, debe estar llegando.

Eran al rededor de las dos de la mañana, la idea de salir a esta hora no era la más segura, pero creo que no nos quedaba de otra. Ambas teníamos que esperar a que nuestras familias se quedaran dormidas e irnos sin que nadie se diera cuenta, era lo mejor que podíamos hacer. Esta vez ya no pienso en volver y quiero ir tan lejos que a mi papá no le de el tiempo ni la cabeza de encontrarme. Pero sé que esto es nuevo pa la Rubí y aunque esté en su pará de chora y segura, sé que por dentro está muerta de miedo. Al final, se va conmigo por apañarme, porque el problema siempre ha sido mi papá. Su mamá y la Esme han sido super apañadoras con ella siempre, en cambio yo, solo tengo a la Jose y fui capaz de dejarla sola de nuevo.

Un auto azul se nos paró en frente y la Rubí colgó la llamada. Debe ser su prima supongo. Me subí la mascarilla y me paré, pero no me acerqué mucho.

-Primaaa.- se acercó la Rubí al auto y una mujer como de veinti tantos años bajó la ventana del copiloto. No se parecían mucho, pero tenían una que otra semejanza que me harían decir, sí, son primas.

-Tanto tiempo.- la tipa se bajó del auto y le dio un beso en la mejilla acompañado de un abrazo.

-Sí, mucho tiempo.- le respondió y me miró.- Maqui ven, ella es mi prima. La Anto.- me acerqué a saludarla con un beso en la mejilla.- esta es mi rulitos po, de la que te hablé.- la Rubí me miraba con una sonrisa y no pude evitar sonreír también. ¿De verdad le habló de mí?

Recreando una teoría RubirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora