•Capítulo 22•

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Pov Omnisciente

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Pov Omnisciente.

El ser humano es social por naturaleza, aunque esto puede cambiar o no dependiendo del entorno. Hay muchos tipos de personas sociables: están las extrovertidas que hablan hasta por los codos y les gusta hacer nuevas amistades, como es el caso de Tini, pero hay algunas que son reservadas y solitarias, como en el caso de Robert.

El joven empresario no era cerrado por odio o temor hacia las personas—al contrario, los demás le temen a él— sino que desde su infancia había desarrollado una capacidad para demostrar afecto solo con aquellos que se lo merecieran según su criterio. Su madre había sido la única por la que había amado y sido amado de verdad, pero no fue suficiente su cariño para que el ojiazul confiara cien por cien en las personas. Hasta que la conoció.

Allí, en su oficina, es donde siempre se resguardaba para pensar con claridad—Este era un hábito que había heredado de su padre pero que se resignaba a admitir—El pensamiento que gobernaba su mente ahora era la conversación que había tenido con su secretaria, en el suelo, delante de la chimenea, había estado escuchando el relato de la tormentosa tarde que había tenido Martina y se preguntaba a si mismo ¿Cómo es que ella lograba transportarlo a cualquier escenario imaginario con tan solo describirlo? Cada sentimiento que ella expresó, él lo sintió dentro de sí al admirarla, era algo tan nuevo y desconocido para Robert que no sabía qué sentir a respecto.

Por un lado quería estrangular al ex de la castaña hasta que se disculpara por todas las tonterías que había cometido; pero por el otro quería agradecer al universo al haber creado a un ser tan idiota como para desaprovechar la compañía de Tini ¡Gracias a eso ahora ella estaba soltera!

"Aunque eso tampoco sería un obstáculo para mí..."  Reflexiona al darse cuenta que técnicamente rompieron por el beso que le había dado a Tini. Aún sin saber que había pasado algo más Tyler se dió cuenta que la relación de ellos dos iba más allá de lo laboral, eso también hacía que la ira de Robert disminuyera.

Hubiera continuado estando inverso en sus pensamientos, si no fuera porque la puerta fue abierta sin tocar y, como lo supuso él antes de siquiera levantar la vista, era Úrsula.

–La cena ya está lista Robb– se acerca al escritorio y toma el atrevimiento de sentarse en la esquina.

–Iré en un momento– responde mirando con interés fingido un libro de política que hace mucho le habían recomendado pero que aún no terminaba.

–Bueno que disfruten la comida entonces– se inclina hacia su medio hermano y deja un beso en su mejilla –Yo me voy.

Molesto limpia la zona, mirándola con extrañeza.

–¿No comerás con nosotros? ¿Y la lluvia?

–Awww Robby sí se preocupa por mí– finge un tono infantil y ríe ante la expresión de odio de parte del apodado –No, no comeré con ustedes. Y la lluvia disminuyó, es seguro salir.

Señorita StoesselDonde viven las historias. Descúbrelo ahora