𝐏 | Mi nombre es Ivy Parkinson y estoy enamorada del novio de mi hermana.
Apenas sabe que existo. Ni siquiera me ve.
Pero lo veo. Él es todo lo que veo. Él es el sol, la luna y las estrellas. Él es mi todo.
El es Draco Malfoy, el Príncipe de Slythe...
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“Buscador de Sorpresas”
Fue en mi cuarto año cuando finalmente me uní al equipo de Quidditch.
— Para ser honesto. – Gruñó Graham Montague, el extremadamente corpulento Capitán de Slytherin, mientras me miraba burlonamente de arriba abajo. — Estaba planeando tener a Crabbe y Goyle como mis Golpeadores.
— ¿No puedo al menos hacer una prueba? – Pregunté, sintiéndome un poco ofendida, Draco, estaba bastante claro que Montague solo quería músculo en su equipo. — Soy buena voladora y puedo apuntar bastante bien con el bate.
Montague arqueó una ceja, luciendo levemente impresionado por mi confianza. — Vamos entonces, vamos a reunir al equipo para jugar un par de partidos, ver cómo es justo contra tonto muy tonto
Y así lo hice, fácilmente volé más rápido que Crabbe y Goyle, quienes seguían chocando entre sí. Okay, no pude golpear la Bludger tan fuerte como ellos pudieron, pero al menos logré apuntar exactamente donde quería que fuera; Goyle de alguna manera derribó uno de los aros de gol al golpear una Bludger en él, y Crabbe realmente dejó que su bate saliera volando de su mano, que por poco alcanzó la cabeza de Draco, que estaba buscando distraídamente la Snitch.
— Sigo pensando que me quedaré con Crabbe y Goyle. – Montague decidió después. — Mejor suerte el año que viene, Parkinson.
— ¡Pero jugué mucho mejor! – Dije indignada.
— Tal vez sea cierto, ¡Pero eres una pequeña traidora de sangre y no te tendré en mi equipo!
Lágrimas enojadas y humilladas picaron detrás de mis ojos cuando le di la espalda al equipo que se reía y comencé a dirigirme derrotada hacia los vestuarios.
Estaba a la mitad del campo cuando el sonido de una voz enojada me detuvo en seco.
— ¡Vamos Montague, sabes que ella es la mejor opción!
Las palabras me congelaron en mi camino, Mi corazón martilleaba en mi pecho mientras me giraba lentamente.
Draco había aterrizado frente a Montague y su rostro lucía atronador mientras abogaba por mi caso.
— Ella no es una Slytherin real. – Se burló Montague, hablando como si yo no estuviera cerca. — Y siempre anda con ese traidor de sangre, Weasley.
— ¿No quieres ganar la copa de Quidditch este año? – Draco gruñó enojado. — ¡Crabbe y Goyle se convertirán en el hazmerreír de nosotros! ¡Parkinson es buena, la estaba observando y ella superó con mucho a esos dos bufones!
No podía creer lo que estaba escuchando; Draco en realidad me estaba defendiendo. Sin embargo, ambos continuaron y ninguno de ellos mostró ninguna señal de darse cuenta de que todavía estaba allí.
