Ya han pasado 10 años y mi amor por ella sigue intacto, la amo como tiempo atrás la ame, con la misma pasión, con la misma energía, con la misma sencillez y la misma ilusión, con las mismas ganas de estar junto a ella toda la eternidad...
"No import...
Termine de aplicar labial color vino a mis labios, y me miré al espejo.
Después de tanto decidir qué ropa me pondría, escogí una camiseta negra de manga larga con parte frontal del cuello transparente, unos botines del mismo color, para cubrime una gabardina doble pecho color beige y decidi dejarme el cabello suelto.
Sonrei. No estaba informal pero tampoco formal. Y me veía hermosa. (Quiero esa autoestima) xd
La semana paso terriblemente lenta, con algunos días lluviosos, pero en su mayoría tristes, Lisa me recordaba constantemente lo de su aniversario para que yo no hiciera compromisos y aunque a veces me parecía exagerada su desconfianza hacia mí, también era comprensible por los momentos en los que habiamos hecho planes y yo no había podido asistir por otros motivos relacionados con la universidad.
A Jisoo la veia gracias a las clases de pintura y en los días que no tocaba, nos llamabamos por telefono y nos pasamos horas platicando de diferentes cosas.
Hoy por fin era domingo, aunque las lluvias habían disminuido notoriamente, los días aún estaban nublados y con un frio que te calaba hasta los huesos, este era uno de esos días, con grandes nubes grises que se formaron en el cielo desde la mañana impidiendo que el sol hiciera acto de presencia, la temperatura empezó a descender como a eso de las 7 de la mañana y remató la imponente fuerza del viento haciendo acto de presencia para arruinar el maravilloso domingo que se esperaba.
—Ya estás lista?—preguntó Lisa entrenando en la habitación.
Me giré y la vi. Llevaba un vestido color blanco sin mangas con abertura bajo en abanico, unas botas de caña larga color negro y una chaqueta lisa :v con capucha y cintura ajustable, del mismo color que las botas. Además, su cabello corto negro y ondulado le daba un toque especial a la vestimenta.
—Si—contesté y me incliné sobre el tocador para tomar mi bolso-Te ves preciosa.
—Tu te ves más, y eso que no eres la anfitriona-dio un paso para abrazarme y suspiró.
—La quieres, eh?
—Mucho, no puedo creer el tiempo que llevamos y yo, que era de relaciones de semanas-susurró incrédula.
—Bueno—dije sonriendo—El amor cambia, supongo.
—Si, un día dices algo y otro dia puff, te enamoras sin darte cuenta. Verdad?
—Bueno, te lo confirmaré cuando me pase lo mismo—dije y escuche su risa.
—Quieres que pasemos por Jisoo o llegará al lugar?— preguntó separándose de mí y mirándome con ojos risueños.
—Prefiero que pasemos por ella.
—Ya, no sea que se vaya a perder—dijo revirando los ojos.
—O no encuentre el bar tan escondido y desconocido en el cual quisiste celebrar.
—Fue en donde Jennie y yo nos conocimos—reprocho—Y no es tan desconocido.
—Como sea, vamos que no quiero que se pierda.
—Que buena amiga—se burló y ambas bajamos.
Apenas salimos del edificio un soplo de aire friío nos pegó en la cara y sentí a Lisa estremecerse, me imagino que ella al llevar vestido tenía más posibilidades de ser vulnerable a las rafagas de viento, y rogaba internamente para que a Jisoo no se le hubiera ocurrido ponerse un vestido. Jennie ya estaba esperándonos, de pie recargada sobre la puerta del conductor del automóvil, un viejo pero bonito Nissan 100NX color gris plateado.
Llevaba puesto un traje gris con un croptop blanco, el pelo suelto y ondulado, un poco despeinada y zapatillas de plataforma. Un aspecto formal pero cómodo, y sobre todo hacia resaltar maravilosamente los ojos gatunos que tenía y su perfecto abdomen.
Sonrió al vernos salir y se dirigió a Lisa para abrazarla e inclinarse un poco para darle un beso profundo y lleno de amor. Nunca me imaginé a Lisa con otra chica, no es que esté en contra de eso. Pero no me lo imaginaba. Cuando me lo comentó, estaba nerviosa de como fuera a reaccionar, aunque estaba asombrada le di mi apoyo.
—Hola Rosé, gracias por poder venir con nosotras-me sonrió y entrelazo sus dedos con los de Lisa.
—No tienes que agradecerme, ustedes son mis amigas, Lisa es como mi hermana, y aunque sigo pensando que es un momento para celebrarlo ustedes dos, aquí me tienen—le sonreí de vuelta y ella asintió. Su mirada se dirigió de nuevo a Lisa y note ese brillo en sus ojos que se formaba cada que la veía, estaba tranquila, eso me aseguraba que la amaba.
—Te amo—susurró volviendo a besarla.
—Y yo a tí ojitos—dijo abrazándola con cariño, enseñando su dedo de en medio cuando me burle simulando tener arcadas.
—Vamos, Jisoo debe estar esperándonos y no queremos que se aburra y decida no ir. Verdad Rosé? —preguntó abrazando a Jennie.
Me sonroje y fue el turno de verla reir. Era ridículo, ni siquiera entendía porque estaba sonrojada, por eso me limite a no contestar y subir al auto.
—Bueno, vamos—dijo Jennie y puso en marcha el motor.
El camino fue corto, la casa de Jisoo no quedaba tan lejos de donde yo vivía, y gracias a las bromas y pequeñas experiencias que relataba Lisa sobre su vida en la adolescencia ni siquiera sentí los minutos.
—Voy yo...—comenzó Jennie pero la corté rápidamente.
—No, voy yo—dije y salí del auto encaminandome a la casa de Jisoo.
No sabía porque razón pero me sentía nerviosa, y también ridicula por sentirme nerviosa, ya otras veces habíamos salido, incluso comí con su familia, y no esvcomo si fuera una cita, es decir, éramos amigas, suponer o incluso imaginar que era una cita me parecía de lo más tonto. Sin embargo no podía evitar el temblor de mis manos, y la dificultad para respirar.
Aspiré hondo y cerré los ojos, expulsé el aire de forma lenta para tranquilizarme y después toque el timbre.
Unos segundos después la puerta se abrió y me encontré de frente con la imagen de Jisoo.
Maquillaje sencillo, labial color rosa pastel, cabello suelto y ondulado que le caía por debajo de los hombros, vestía una blusa de gasa de manga larga color blanco, unos jeans tiro alto con botones, del mismo color, botas negras con casquillo que hacía juego con la sudadera asimétrica con capucha que llevaba.
Me sonrió y le sonreí de vuelta, pasando mi lengua por mis labios para remojarlos. Las dos nos miramos durante unos segundos sin decirnos nada, después ella se acerco a mi y me envolvió en un abrazo.
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