Capítulo 25: Decisión

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DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar.

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Capítulo 25: "Decisión"

El corazón pareció detenerse y ella retuvo el aliento al verlo ahí, conectado a varias mangueras, con la cabeza vendada, cubierto por una sábana hasta el pecho, con algunas máquinas y una de ellas con un pitido constante y siniestro que retumbaba en la habitación.

Se acercó a paso lento, parecía que flotaba, estaba mareada, sabía que lo hacía por inercia porque sentía que no tenía fuerzas. Se detuvo a su lado y observó de cerca los moretones en sus ahora pálidas mejillas, una herida suturada ya en la frente, la nariz rasmillada así como el mentón, parte de algo de cabello que se colaba bajo las vendas de su cabeza, pegado a su frente. Ella acercó la mano dubitativa tragando con fuerza hasta que finalmente sus dedos tocaron su piel, demasiado helada para un cuerpo que siempre estaba cálido. Acarició su frente y la sedosidad de sus cabellos, retuvo el sollozo lo más que pudo y luego su mano siguió suave la curvatura de su rostro varonil, su mejilla, la mandíbula firme, luego sus ojos se detuvieron en sus labios, entreabiertos, resecos, tan distintos a las veces en que la besaba. Tragó sollozando y cerrando los ojos. No, él iba a sobrevivir, era un chico fuerte, decidido, capaz de hacer su voluntad y desafiar al mundo. Sonrió con amargura ¿acaso no era un obstinado?

- Inuyasha...- Susurró acercándose a su rostro sin obtener una respuesta. Sollozó otra vez acariciando su mejilla contra la suya, con suavidad, percibiendo el tenue aroma de su fragancia, la aspereza de su naciente barba.- Inuyasha... despierta...

Ni un solo movimiento, absolutamente nada. Ella recostó la cabeza junto a la suya y su mano acarició otra vez su mejilla, permitiéndose la libertad de actuar como nunca antes lo había hecho con nadie. Su angustia era dolorosa, más que eso, desgarradora y sólo deseaba rogando al cielo que él abriera sus ojos y la observara al fin con su mirada ámbar, cálida y abrasadora, como el fuego.

- Esta ahí, desde anoche...- Murmuró Sango mirándola por la ventanilla de la puerta. Miroku observó a la muchacha sentada en una silla pero con la cabeza recostada en la cama, junto a la de su amigo, que de sólo verlo le partía el corazón. Se volvió para observar a la enfermera, hizo un gesto de resignación con sus labios y por la mirada que ella le daba no eran muy alentadoras las noticias que debía darle, y así fue.-... no hay reacción alguna... ni siquiera respira por él mismo sino por ventilador mecánico... esta estable, dentro de su gravedad...

- Pero... – Miroku tragó con fuerza desviando nuevamente sus ojos azules hacia la habitación del paciente-... sé que esta luchando por su vida... al menos esta estable...

- Cierto...- Afirmó Sango de igual forma alabando la fuerza de aquel muchacho que había ingresado casi muerto al hospital-... se nota que es muy fuerte...

- Ni que lo digas...- Respondió su novio respirando un poco más aliviado pero aún así preocupado-... no sabes como es... un obstinado... un testarudo... nunca se da por vencido...

- Pues eso ya me lo dejó en claro...- Agregó la chica esta vez observando a Kagome. Hubiera jurado que nunca conquistaría a esa muchacha, que ni siquiera podría hablarle... pero la heredera Higurashi estaba ahí, acompañándolo, pasando la noche en su habitación sin importarle los problemas que tendría con su padre, del cual ella estaba enterada, era un verdadero déspota.

- ¡Demonios!- Gruñó de pronto Miroku y entonces el joven entró a la habitación, Sango se le quedó mirando contrariada y él rápidamente le dijo- El que viene ahí es el Mayor, entretenlo un poco...

Irresistible ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora