Hulderic

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Desvió la mirada hasta la entrada del lugar; estaba su profesor y dos hombres más. Uno tenía cabellos cortos, lacios, castaños claros, a juego con sus ojos y varias cicatrices en el rostro. El otro tenía melena al hombro, negra, rizada, con una complexión física a juego con las del hombre a su lado. Ambos vestían de camisa y corbata. Solo que el primero con un moño en su lugar, con un saco marrón holgado que se notaba que era más por abrigo que formalidad, abrigo o estilo, mientras que el segundo tenía hasta chaleco y todos los aires de seguridad que le faltaban al otro. Un bebé con una mata de cabellos de castaño oscuro, regordete, con ojos plata como el segundo, era sostenido por su profesor. Era extraño.

Se acercaron. Pronto, la camilla estuvo rodeada. En el extremo de su izquierda a los pies de la cama, Severus y el bebé; a la derecha de éste, habiéndose separado, Harry; a su derecha, los otros dos.

"Soy Sirius Black, Líder de la Noble y Ancestral Casa Black... y me valen verga las mierdas formales" 

Harry sonrió, viéndose venir algo así, pero Hulderic no, por lo cual carcajeó varios minutos. A todos los presentes les calentó el corazón y sonrieron con franqueza. 

Bueno, excepto el bebé, que, en cambio, lo acompañó y rió a la par suya, aplaudiendo con sus manitas regordetas. Luego, el resto siguió hablando mientras Severus luchaba con él mientras gritaba "ñooiiocaa", alzando sus brazos hacia Hulderic. Quería ir con el "niño lindo en cama", según los padres.

El "niño lindo en cama", semi-acostado y tapado en la camilla, se sonrojó, viendo sus manos en un intento de ocultarlo. Pero al bebé no le gustaba eso; sabía que era el mismo que le había robado la atención de sus papis, pero ahora que lo veía, entendía por qué. ¡Él ahora quería su atención! No la del de negro.

Como decía, Sirius siguió hablando: "También soy el padrino de Harry, y éste es Remus Lupin, mi pareja; a efectos prácticos, somos quienes lo criaron". El doncel asintió, todavía cabizbajo y avergonzado

"Yo soy tu padrino, Eri. ¿Te puedo llamar así?", añadió suavemente el segundo.

El doncel alzó la cabeza, para mirarlo a los ojos, tan rápido que de milagro no se desnucó. Permaneció boquiabierto unos instantes. Asintió en cuanto captó, percatándose que esperaban una respuesta. "Wow, ¿tengo un padrino realmente? Nunca lo supe".

"Sí... Me gustaría que sepas que cuentas conmigo, incondicionalmente. Y que tengo la intención de estar presente en tu vida, a partir de ahora, si me lo permites..." el niño remitente asintió fervientemente. Remus sonrió. Apartó a Sirius y lo abrazó por los hombros, depositando un beso en sus cabellos, que cuando se alejó, Sirius revolvió, dejando que Remus fuera quien más cerca permaneciera.

Un fuerte chillido... Bueno, uno más fuerte que los que había estado pronunciado continuamente por lo bajo, provino nuevamente desde los brazos de Severus.

"Y él es Phoenix, Hulderic. ¿Te puedo presentar a él?" Remus exclamó por sobre las quejas y tuvo un asentimiento en respuesta. "Phoe, amor; estamos atentos a vos", todos menos el incómodo Huledric le miraron; Phoenix siguió gritando. Eso extrañó a sus padres y a Harry; siempre lo que quería era eso. "Él es Eri..."

"¡Ei! ¡Ei! ¡Kio Ei!", balbuceó, ahora llorando. 

"¿Te importaría sostenerlo? Te quiere a vos" dijo Sirius. 

Severus rió entre dientes. "Qué mocoso...". Por estas cosas no quería tener hijos. Aunque más por los pañales.

Hulderic asintió. Severus se lo dio. 

"¡Ei! Ei" el bebé se calmó cuando el mellizo doncel, que los sostenía firmemente con ambas manos por temor, lo apoyó sobre su regazo, lo rodeó son un brazo y le acarició una mejilla con la mano del otro, frente a frente. Era más, pareció haber restregado la rellenita cara contra ella. Cuando Hulderic peinó sus cabellos y acarició su cuello, rió. 

Incluso Severus mordió sus labios para no soltar ningún sonido. Era una imagen muy enternecedora ver a los dos niños. 

Por supuesto, siempre podemos contar con el oportuno Albus, quien en algún momento entró sin que nadie lo supiera y de alguna parte sacó una cámara con la cual fotografió la escena ante sus ojos.

[ N/A: ¡Albus, yo quiero esa foto! Te la exijo, ¡soy el autor del fic! ]

Reencarnaciones y mellizosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora